capítulo 5.

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Rápidamente me volteé para reclamarle al él o la qué me tomó y me impidió golpear a la estúpida de Layla, pero cuando vi quién era, me enojé mucho más.


—¡Suéltame! —le grité furiosa a Nathan.


—Calmate, por favor. —dijo aún manteniéndome agarrada de los brazos.


—Nathan, porfavor tú, súeltame, ¡Necesito ir a golpear a esa zorra! —le contesté furiosa tratando de escaparme más de sus brazos, la verdad que sentía mucho asco al ver a los dos.


—No hasta que me digas porque estás así, ¿Qué ocurrió?


—Cómo no voy a estar enojada si... —me callé, si decía algo sobre el plan que Felicity hacia Nathan iba a estropear todo, y por supuesto arruinarlo. —¡Ella me empujó y me enfurecí mucho! ¿Cómo se atreve? ¡Ojalá la escupa un camello por estúpida! —seguí tratando de escapar de sus brazos.


—Entonces, no te voy a soltar hasta que te calmes. —respondió como si nada.


—¿Y tú por qué defiendes a esa zorra? —alterada le respondí.


—No la estoy defendiendo. —nuevamente habló.


—¿Y entonces porque no me sueltas? —pregunté esta vez sin tratando de hacer que me soltara.


—Porque la venganza no soluciona nada. —de la más normal en el mundo respondió, que ganas de golpearlo.


—Pero para mi sí, ahora ¡Suéltame! 


—Primero calmate.


—Está bien. —me rendí y me soltó, ¿Por qué no hice esto hace 5 minutos? Ahora yo también quiero golpearme.


—¿Lo vez? ahora por favor no hagas una locura. —me miró y luego salió del vestíbulo.


—Idiota. —susurré para mi misma. Caminé hacia mi casillero dónde había colocado mi uniforme cuando revisé mi teléfono para ver la hora y eran las 10:08. ¡No puede ser! El profesor me va a matar. De lo más rápido que pude me desvestí y coloqué mi uniforme, me miré al espejo, solté mi cabello y me hice una coleta alta, así el pelo no me molestará durante la práctica, y salí corriendo hacia el gimnasio, cuando abrí la puerta de esta todos se estaban formando, ¡Demonios! Rapidamente me formé, cuando mientras lo hacía miré a Felicity quién estaba adelante de mi.


—Hey. —le moví el hombro y ella me miró.


—Hola. —medió sonrió.


—Creí que te habías ido, ¿En dónde te metiste? —le pregunté, porque no la había visto en todo el día.


—Por ahí. —dijo y me guiño el ojo.


—Oye, en verdad dime, esa no te la creo. —bromeé.


—Quería cambiarme rápido para no ver a Layla, ya sabes, y luego... —una voz gruesa nos interrumpió.


—¡Señoritas! Esto no es una clase social, así que porfavor dejen de hablar. —el profesor nos dijo por lo que las dos nos separamos y asentimos, cuando fue ahí cuando escuché la risa sárcastica de Layla, en este momento queria ir a tomarla del pelo pero lo único que hice fue rodar los ojos por su falta de inmadurez, cuando traté de olvidarlo, y me puse a calentar.


*


Luego que finalmente la clase de educación física terminó volvimos a los vestidores para volver a colocarnos nuestra ropa normal y volver a nuestro horario de clases normales.


Sentí mi telefóno vibrar y era un mensaje de Tyler, una sonrisa en mi rostro apareció y le respondí.


—¿Con quién hablas eh? —Felicity por un momento me vió escribir y preguntó.


—Con Tyler. —fue lo único que dije para luego guardar mi teléfono y caminar a la clase de química junto a ella.


...


Estabamos "tomando atención" con lo que el profesor Edward, estaba explicando, pero yo en realidad sólo estaba haciendo garabatos de corazones o escribiendo mi nombre en letra diferente a la que lo uso o escribia algunas letras de canciones que eran mis favoritas, cómo por ejemplo, Sorry de Justin Bieber.


Miré a mi alrededor y lo único que pude ver es a todos en mi mismo estado, desconcentrados y en su mundo. Sólo los más inteligentes de toda el aula, anotando e incluso mirando a la pizarra con una concentración que me sorprendía demasiado. Miré a Felicity quién estaba recostada en su pupitre, y bueno, nada nuevo, cuando el timbre sonó y todo el salón rápidamente tomó sus cosas y salieron del salón.


—Oye. —le dije a Felicity quién estaba a mi lado. —La clase ya terminó, ya puedes despertar. —dije y ella levantó la mirada por lo cual me asuste ya qué todo su maquillaje estaba corrido, lo que quería decir que se la pasó llorando en toda la clase.


—Soy un desastre. —dijo y volvió a llorar.


—No, no lo eres. —dije y corrí a abrazarla. —Lo único que eres y pareces ahora en este momento con todo tú maquillaje corrido es un mapache. —dije y una risita se escapó de su boca.


—Lo siento, es que ya sabes, es muy difícil, no puedo superarlo. —dijo y ella tenía razón, esos días se han vuelto difíciles con todo lo que ha pasado.


—Te entiendo. —dije y sobé su cabello. —Pero juntas vamos a superarlo, por eso soy tú mejor amiga, para apoyarte en todo momento.


—Gracias Char, te quiero —dijo y me abrazó.


—Yo también. —le respondí.


Romperé el corazón de Nathan como sea y cuando sea, pensé.


The Back-up Plan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora