Quédate a mi lado

Parte 5

Pues bien, pensarán que clase de idiota e ingenua aceptaría tragos de góticos extraños y se iría a pasar la noche con un extraño, muy apuesto, por cierto...pero no es el punto. Aunque digan que las chicas Californianas son muy libres, yo no soy de esa clase, pero ahora me arrepiento de eso.

Suena un despertador y marcaba las 4 a.m, abro mis ojos y veo abrirse la puerta del...creo yo que es el baño. No es mi casa, ni sé donde estoy. Demonios.

-Donde estoy?! -digo en un tono alto, lo que hace que él se voltee hacia mi.

-En mi cuarto. -dice el apuesto chico, con una sonrisa a medias.

-Eso lo sé, pero que hago aquí, quien eres? -replico.

-Mi nombre es Austin, y estás aquí porque ayer estabas tan ebria que ni levantarte podías. -dice en un tono un tanto burlón.

-No pedí que me trajeras.... espera... hemos tenido algo? -digo con una voz nerviosa.

-Claro que no, no me acuesto con ebrias. -levanta una ceja.

-No estaba ebria, estaba drogada o algo así, y si hubiera estado en mis 5 sentidos te aseguro que no hubiera aceptado venir a tu dormitorio. -le digo.

Me mira y se voltea, rápidamente se dirige a la puerta y la abre.

-Entonces preciosa, ya estás cuerda, puedes retirarte. -dice señalándome la salida.

Me levanto decidida, tomo mi bolso, y salgo por la puerta. Creo que no debí de hacerlo, porque....no tengo idea de dónde estoy.

*bajo las escaleras* Estoy en una casa muy grande y elegante, hay cuadros retro, y muebles de cuero, parezco estar en casa de millonarios.

-Espera. -oigo una voz detrás de mi mientras bajo las escaleras y volteo. Era August.

-Qué quieres? -le digo.

-Por qué lo haces? -me mira confundido.

-Hacer qué?

-Por qué te drogas? -me dice.

-No lo hize yo, August... Soy nueva aquí y no pensé que iba a ver un grupo de imbéciles que vendrían a hacérmela.

-Oh, entonces retiro lo dicho. Así que eres nueva aquí. Sabes llegar a tu casa? -pregunta él.

-Ni siquiera sé donde estoy. -le digo confundida.

-Quieres qué te lleve? -dice agarrándose la parte trasera de su cabeza.

-Puedo sola, gracias. -lo digo en un tono cruel.

-Ay por favor, no seas orgullosa... jamás vas a llegar sola, tengo que correr pero me das mucha pena,la verdad ...así que te llevaré, traeré las llaves de mi auto. -dice Austin en un tono mandón.

-Dije que no gracias. -niego con la cabeza.

-Te espero en el auto! -me dice ignorando mi NO.

La verdad es que si quería que me llevara, pero no quería aceptarlo porque me botó de su habitación, y después se ofrece a llevarme. Mi celular está sin batería y no puedo comunicarme con mi madre para avisarle cómo estoy. Supongo que si llego a casa encontraré a mamá en shock por saber que no dormí en casa.

*Me abre la puerta de su auto, y estando ahí nadie dice una sola palabra*

-Dónde vives? -pregunta Austin.

-Toma. -le doy la dirección que tenía de Paris escrita en un papel sanitario.

-Conozco esta casa, segura que es tuya? -me dice sin quitar los ojos del papel.

-En realidad, no es mía, es de una amiga, pero de su casa sé guiarme hasta la mía. -le explico.

-Eres amiga de Paris Becker? -me dice sorprendido.

-Si. -digo sin saber lo que pasa.

-Vaya, olvidé preguntar tu nombre. -me dice.

-Sam Falls, ese es mi nombre.

Durante todo el camino, que no habrá tardado un poco más de 30 minutos ...nos mantuvimos en silencio, uno realmente incómodo.

*Para el auto*

-Gracias -le digo y bajo del auto.

-Tienes que tener más cuidado, no estamos en cualquier ciudad. -me dice con voz alta.

-Si me dieran dinero por cada vez que me dicen eso, me volvería millonaria. -digo poniendo los ojos en blanco.

-Sonríe, enciende el auto y grita...un gusto haberte tenido en mi habitación! Y arranca el auto.

-Eres un idiota -le grito y me pongo tan roja como el color del tomate.

*Camino unos cuántos minutos y llego a mi casa, saco las llaves y abro la puerta*