CAPITULO 23. VERDADES

51 2 17
                                    

Nota aclaratoria: Acordaros que es un borrador, que se volverá a revisar cuando se publique la novela completa.

ADVERTENCIA: En esta novela aparecen escenas sexuales explícitas H/H. El libro es SOLO para adultos. Puede vulnerar la sensibilidad de algunos lectores. Los que no estén dentro de estas normas, abstenerse de seguir leyendo. Gracias.

Todos los derechos reservados. All rights reserved.

Para saber más cosas sobre la novela, puedes dirigirte al blog http://emirosesantiago.blogspot.com

CAPITULO 23. VERDADES

Le explicamos la historia a Ryan, y desde entonces está irritable conmigo, con Evan, con el mundo. Primero la tomó con Evan, diciéndole que tenía que haber hecho más, que cómo pudo haberse creído semejante mentira. Luego arremetió contra su madre por haberle abandonado aunque no se supiera porqué. Y luego despotricó contra sus abuelos, tanto unos como otros, aunque aquí ahí, razón no le falta. Son unos hijos de puta, tal como dijo Evan. Accedió sin reparos a hacerse la prueba del ADN, y ahora estamos esperando los resultados. Evan ha ido a buscarlos y el sobre permanece cerrado en la mesa del comedor esperando que alguien de nosotros se atreva a abrirlo. Creo que todos sabemos que dependiendo de lo que haya en ese sobre, va a cambiar nuestras vidas. Aunque si soy sincero conmigo mismo, ya sé lo que hay ahí.

Al final, es Sam quien se acerca y abre el sobre. Lo lea. Mira a los dos y se lo suelta. Porcentaje de probabilidad de paternidad entre Evan Campbell y Ryan Fields en un 99,9%. Evan es el padre biológico de Ryan. Todos nos quedamos mirando los unos a los otros. Temo la reacción de Ryan. Evan se va acercando al chico y le tiende una mano.

— Ryan...

— ¿Por qué? ¿Por qué? —Alcanza a decir el chico mientras se aleja de Evan para llegar hasta mí a darme un abrazo.

Yo le sostengo mientras por encima miro a Evan que quiere acercarse, pero le digo que no con la cabeza. No quiero apresurar las cosas. Poco a poco. Ahora tengo entre mis brazos un chaval asustado, que no entiende nada porque a pesar de lo maduro que es, solo tiene quince años, y hay cosas que a veces son imposibles que nos quepan en la cabeza, sobre todo después de la historia que nos ha contado Evan.

Parece que Evan lo entiende y recula para sentarse en el sofá con la mirada de decepción en su rostro y con un suspiro de resignación, no dice nada más. Sam también permanece callado, y se va hacia la cocina, supongo que a traernos algo para que todo el mundo se tranquilice.

Ryan sale de mis brazos para decirme en voz baja sin querer que lo oigan los demás, aunque no tiene mucho éxito.

— ¿Podemos irnos a casa? Por favor...

Asiento con la cabeza y mientras él me espera delante de la puerta principal, yo me despido con un pequeño beso primero a Sam y luego otro pequeño beso y un abrazo a Evan mientras le digo en el oído.

— Dale un poco de tiempo. Es un buen chico y hablará contigo cuando esté preparado.

Entonces Ryan y yo salimos de casa de Evan para irnos hacia el centro. Hacia nuestra casa, que se ha convertido en nuestro santuario de protección ante las adversidades.

Vamos hacia casa andando, sumidos en un profundo silencio mientras solo se oye algún coche que pasa por la calle. Vuelvo a tener esa sensación de malestar. Un pequeño y mal presentimiento, pero al final decido no hacerle caso porque creo que es debido a todo lo que ha pasado momentos antes.

— Evan no es mi padre, eres tú —dice Ryan interrumpiendo el silencio.

— Vale —le digo no queriendo decir nada más y que sea él mismo quien reflexione.

Fieles AdiccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora