Introducción:

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Las personas a mi alrededor solían argumentar de las maravillas que América poseía, narrándonos historias, describiéndonos paisajes, expresándonos ideas sueños y anhelos propios de la sociedad, creo que cada niño de todo Japón había escuchado de todo aquello en más de una ocasión.

América donde los sueños más locos y descabellados se cumplen, América donde la vida cobra un nuevo sentido, América donde el mundo y las reglas se voltean, América donde todo es posible. Desde Canadá, hasta Argentina, la impresión era extensa, pero nada podía ser tan impresionante como lo que ocultaba la gran nación de los Estados Unidos de América.

De ese lugar en especial lograban hablarse y expresarse grandes ideas, costumbres y creaciones que la hacían de admiración. Tal vez Estados Unidos lo tenía todo, absolutamente todo, Cine, Música, Baile, Moda, Fama, Dinero, Industria, Suerte... Meramente aquello me parecía la fiesta mundial de los Estados Unidos hacia el globo. El país de la locura, el país del desastre, el país de los excesos, el país la eterna fiesta, el país de las mujeres y hombres más bellos, el país donde los sueños pueden cumplirse, todo lo antes mencionado solo nos podía llevar a una única respuesta instintiva, toda esa locura solo tenía un nombre Estados Unidos.

Nunca fui gran partidario de creer toda aquella sarta de cosas, ya que pensaba que aquel pedazo de tierra no tenía nada de especial, y si lo tenía eso sería suerte no otra cosa, había visito ese país mediante documentales de televisión, pero verdaderamente yo no lograba percibir todo aquello que decían las personas del lugar, a mí solo me parecía una basto tonto y loco país más.

Pero bien solían decir, para conocer América, debes hacerlo con alguien de América, ya que los americanos, suelen vivir como si fuera su ultimo día, y tal vez solo tal vez, por su amor a la existencia, su odio a lo cotidiano, su pasión hacia el triunfo, su depresión ante las caías a las cuales siempre se alzaban, sus fuerzas de lucha, si inteligencia, su estupidez, sus ganas de crecer y de ser niños a la vez, su simple y mera contradicción hacia que le tomaras un tremendo cariño especial a aquella nación.

Porque a pesar de todo, las personas se tienden a enamorar de América por los ojos de un Americano y no por los propios, ya que ellos solo han aprendido a tener ojos para su cultura, y a pesar de viajar cientos de miles de kilómetros fuera de casa, es más que evidente cuando un Americano ha llegado para revolucionar tu mundo, y que en definitiva lo ha hecho para quedarse...

Ya que no todos solemos enamorarnos de América, pero si nos enamoramos de un Americano

Y en mi caso enespecífico no pude hacer palpable esa excepción, ya que siempre creí que no mellamaría la atención nada de lo que tuviese que ver con occidente peroinconscientemente me había enamorado de una perfecta Señorita Americana, y esosolía ser más que suficiente al respecto...

Mrs. All American (The gazette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora