Prólogo

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Pensarán tal vez que hablar de la vida es algo complicado o innecesario, pues cada quien tiene su estilo de vivirla, disfrutarla o bien, sobrellevarla. Sin embargo, ese maravilloso regalo que se ha otorgado, muchas veces se olvida procurarlo y cuidarlo, llegando al extremo de sentir que se es inmortal, pero lo cierto es que nadie sabe el tiempo que va a estar en este mundo y tener la dicha de agradecer estar vivo.

Ahora, vivir no solo significa respirar, abrir los ojos y tener la fuerza requerida para realizar las actividades monótonas que absorben la mayor parte del tiempo, o bien, las que se apropian de cada cual con el paso de los años. Vivir es agradecer por cada rayo de sol que entra a diario o por los días nublados que ocasionalmente parece que arruinan los planes o complica las cosas, olvidando lo hermoso que es dar un beso bajo la lluvia. Poder mirar los árboles y sus follajes al ritmo del viento mientras que en sus ramas se posa algún ave que entona su canto para el deleite de los transeúntes que por ahí casualmente llevan su paso.

Es dar gracias a la naturaleza o a Dios según cada quién, porque hay gente alrededor para amar y que ama con intensidad, mostrando que la misma vida no sería nada, absolutamente nada sin el sentimiento del amor, siendo el amor un decreto irrefutable, es mandamiento divino que da la oportunidad de probar la mejor experiencia de todas que junto a otros hacen de la vida el viaje más placentero y mágico.

Sabiendo de sobra que la misma vida pondrá pruebas en su camino, no pondrá las cosas fáciles, dentro de sus reglas de juego está hacer fuerte a cada persona, precisando que se debe vivir de forma única. Pondrá gente alrededor ya sea para que influyan en la vida de uno mismo, o bien para ser influencia de ellas, dependerá de cada quien qué tipo de marca quiere dejar para con sus semejantes. A veces se tomará la libertad de llevarse a gente que se ama realmente, padres, hijos, pareja, amigos, para sentir desfallecer y querer partir junto con ellos y de esa manera probar las ganas de vivir, sin embargo, también proporcionará las armas suficientes para salir avante, muy a pesar del dolor causado.

Pues de eso se trata la vida, de altas y bajas, de amor y desamor, de dolor y felicidad, y si bien es cierto que cada uno tiene una misión en esta tierra, no todos lo lograrán de la misma forma, o no todos los descubrirán al mismo tiempo, solo no debe faltar la motivación, y sobre todo no debe faltar el amor, a uno mismo y a los semejantes. Ya es opción de cada persona cómo recibir el día a día, si con amargura y reniegos o con ganas de aprender cosas nuevas, expectante a lo que 24 horas le deparan, y sobre todo recibir lo que viene siempre con una sonrisa en el rostro.

No se trata de sobrellevar lo que a cada vida llega, sino por el contrario extraer lo mejor de cada situación, sin bloquearse ante las cosas maravillosas que alrededor suceden, buscando la solución mejor que lleve a una satisfacción y bienestar. Traten de ver la vida como las cuatro estaciones del año, hay que aprovechar de cada momento mientras se está en primavera, pues en poco tiempo llegará verano y quizá ahí empiecen a haber quejas, pero, no se olvide que sigue el otoño que es una etapa bella, sin embargo, tras de ella inevitablemente llegará el invierno y posiblemente se compliquen un poco más las cosas, pero no por eso la vida se acaba, no por estar en situaciones adversas se dejará caer, por el contrario, mirar un momento atrás y recordar todas las veces que se ha salido de alguna complicación desde la niñez y poco a poco se ha ido adquiriendo madurez y fuerza.

El tiempo pasa y las posibilidades se agotan, la vida sigue su curso y para cada uno deberá llegar el momento en que tal y como lo marca la ley de la naturaleza, todo ser vivo deberá morir, habrá quienes crean que se parte hacia una vida mejor, o quienes creerán merecer una eternidad de condena. Sin embargo, evitando llegar a los extremos, mientras haya la oportunidad de bailar, cantar, gritar, saltar, tocar timbres y correr a esconderse existe la obligación de pasarla lo mejor posible aún con adversidades y problemas, pues nadie tiene idea de cuánto tiempo se le permitirá ser maniobrado en este tablero en el que lo único que está permitido es VIVIR... antes de que sea demasiado tarde, pues... La vida se pasa soñando... 

La vida se pasa soñandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora