The Curse of The Mirror (Metallica)

#9. La tribu cani y las divas putas. (final).

Antes de leer en que líos se metieron Lars y su clon, deberíamos ver que tan preocupados están el resto de metallicos.

James, el que parece enemigo del enano, pero igual se quieren (como amigos, ¡eh!), se encontraba bebiendo algo de cerveza sentado en una silla, en conclusión, relajado.

Kirk, por otra parte, parecía angustiado por no saber dónde y cómo se encontraba su BFF.

Sin olvidar a Jason, ese joputa estaba más que feliz, porque sin Lars, no habían bromas pesadas para él.

– Oigan... ¿no andan preocupados por Lars? –preguntó Kirk, mientras cruzaba sus dedos expresando nerviosismo.
– ¡Nah! –exclamaron a unísono el rubio y el castaño –además, hay otro Lars –continuó James –tal vez no lo podemos quedar o bien como mascota ó bien como baterista ¿Te imaginas?, ¡un duende como mascota!, ¡dejaremos la pobreza a un lado!

– Muy graciosillo Hetfield ¿No ves que el clon de Lars es más agüevonado que el original?

– Ya te lo dije ¡un duende de mascota!

Hammett se llevó una mano a la frente y pensó:

– ¿Éste está pendejo o se hace?

Regresando con ambos enanitos.

Esa noche se tuvieron que refugiar en un bosque y dormir una siesta, aunque claro, ambos se vigilaban con odio.

Técnicamente, ambos Larses son iguales, eso aplica las 12 horas que duermen al día.

Lars2 se encontraba abrazando un árbol con mucha pasión, –sí, dormido–, mientras Lars estaba entre un pastizal. Éste último se despertó y se llevó una gran sorpresa: una araña se le había aparecido encima de la jeta.

– Ola Larz, lla yegué eztúpida!!1 –saludó la araña.

Lars gritó como fangirl.

– ¡PUTA MADRE!, ¡SÁQUENME ESTA ARAÑA PELUDA MARICA!, ¡me cago en la puta, Kirk aiudaaah!

Lars2 apareció rápidamente y le quitó la araña de encima, que de hecho, era de 1 cm de grande.

– ¡Pinshe weón!, ¡que no jera tan jrande par favar!

– Sorri –se rascó la nuca.

– Mira no quiero excusas, solo tenemos que subir hasta la cima de esa colina y encontrar la casa esa fea que ustedes tienen.

– Oc.

Tomaron unas ramas que usaron como bastones para caminar por el empinado monte.

Como excelentes distraídos que eran, no se percataron de que habían personas cerca que los vigilaban como si de policías se tratasen.

El par dejó los "bastones" a un lado para chismosear un nuevo descubrimiento en la cima de la colina.

Una tribu de... ¡¿canis y chonis?!

Sí, una tribu de canis y chonis que vestían con camisetas holgadas con extravagantes diseños, pantalones más caídos que las tetas de la abuela de cada Lars y muchos piercings por toda la cara.

– Oh mierda Lars, hemos encontrado tremendas bestias asquerosas

– Ni que lo digas clon fantasma.

Cuando iban a dejar de chismear por ahí, se encontraron a sus espadas a dos canis que los robaron y los noquearon para luego amarrarlos a unos troncos de madera.

Cuando despertaron, lo primero que vieron fue a un tipo que se hacían llamar "El Brayan" y otro "El Kevin", que eran los aparentes líderes del grupo, y eran más feos que culo cagao'.