¿De quién provenía aquel pensamiento? Intente buscarlo atontada, no lo encontré, en la biblioteca se encontraban pocos chicos y de ellos nadie pareció voltear a verme, analice cada rostro incluso salí de la biblioteca y no encontré a nadie, ya no puedo afrontar todo esto sola, necesito ayuda...
-Me estas tratando de decir, ¿Qué eres bruja? -Dijo John.
Ya necesitaba decirle a John lo que me estaba pasando, ya no soporto tener que escuchar sus pensamientos sin su permiso.
-Ya te dije que no soy bruja, ni estoy loca, escucho lo que la gente piensa o lo que la gente siente.
-No, a mí no me engañas Iris Scarlet, tú te estas drogando.
-¡Ya te dije que mis vitaminas no son drogas John!- le dije sonriendo
-Bueno, si tan sitica eres, dime que estoy pensando-Dijo cerrando los ojos como a un niño que estan apunto de darle una sorpresa
-Que quieres un pastel de queso.
-Bruja.- Dijo sacando la lengua como un niño.
-Bien, ahora que sé que eres bruja dime, ¿Por qué?
-Uno, no soy bruja, dos, comencé a escuchar voces hace poco realmente no sé qué paso, es genial enterarte de algunas cosas pero no me gusta poder escuchar lo que piensas sin tu permiso.
-¿Estás diciendo que podrías enterarte de las respuestas de el examen de matemáticas de hoy?
-No se John tu sabes que no me gusta hacer trampa.
-Lose Iris, pero bueno, ¿Por qué me lo cuentas?
-Necesitaba decírselo a alguien pero si tu apenas y me crees ya me imagino lo que me dirían.
-Ay Iris-Dijo mientras me daba un abrazo- Te iré a visitar al psiquiátrico te lo prometo.
-John! No iré a dar a un psiquiátrico!
-Bueno, ahora que se tus brujerías, algo más que quieras decir?
-Escuche un pensamiento en la biblioteca, creo que alguien siente algo por mi...
John se quedó en silencio, cuando...-Iris tiene novio! Iris tiene novio!- fue gritando por toda la escuela con voz de niño de cinco años.
Después de golpear a John y querer irme a casa cerca de la puerta de salida un pensamiento extraño toco mis oídos, fue un pensamiento frío, cruel, y con consecuencias.
-Atrápala, la quiero muerta.
Es época de Noviembre lo que me generó un choque de frío apenas atravesé la puerta; John estaba esperándome en su auto, palidecí tanto con aquel pensamiento que al instante John subió a su auto y encendió el motor, subí corriendo al auto y aceleró, no hablamos hasta estar a unos kilómetros de la escuela.
-¿¡Ya vas a decirme que te pasa!?
-¡Cállate y sigue conduciendo!
Al llegar a una gasolinera lejos de mi escuela recobre la respiración y pude contarle lo que sucedió, al inicio reacciono con enojo por casi causarle un infarto.
-Y si ese pensamiento era una metáfora?
-Era real John!
-Bueno, que piensas hacer?
-Hay que regresar.
-Estás loca mujer, iremos a tu casa ahora mismo, tus padres deben estar enfadados.
Creo que John tenía razón, mis padres casi me gritan cuando John entro conmigo, el les dijo una excusa coherente y nada paso a mayores. Después de que John me dejo en mi casa decidí tomar un baño y dedicar a relajarme un poco, no podía pensar en otra cosa que no fuera lo que sucedió en el colegio, pero al mismo tiempo, la idea de que alguien sintiera algo por mi me daba escalofríos de emoción. Después de todo esto caí en coma, cerca de las doce de la noche y a las cuatro de la mañana una piedra de tamaño medio rompió mi ventada y como de película de terror esta tenia amarrada una nota, la nota heló mi sangre, con tinta negra, la nota decía en letra de molde.
Los oídos que escuchan mas haya, son los que morirán antes que los demás.
Sentí un golpe frio en mis venas al ver esto, quería llamarle a John, pero al ver la hora en el reloj a un lado de mi cama me percaté de que las horas habían pasado demasiado rápido, eran ya las tres de la mañana y John tiene que descansar.
Sentí un escalofrió.
Luego un golpe en la nuca.
Voltee de golpe a ver mi ventana, una silueta.
-Ahora si tienes miedo?
De un salto gire sobre mi cama y sujete un bate de béisbol que guardaba debajo de mi cama en caso de una emergencia. Y ESTA ERA UNA EMERGENCIA.
Me acerque a la ventana, y esta se encontraba sin ningún rasguño, observe el piso, la nota tampoco estaba, todo era tan confuso, nuevamente escuche un ruido, pero esta vez se trataba de bigotes, que de regalo nocturno traía hacia mí un raton casi muerto entre los dientes, le quite al animal de la boca y con profunda lastima lo metí en una caja de zapatos que encontré en mi armario, lo deje afuera de la ventana para que el olor a muerte no inundara mi habitación, vi como bigotes se enorgullecía de sus actos, a veces la gente, o ente caso, gatos, llegan a hacen las cosas sin pensar en cómo dañarán a otros.
Toda la noche la pase con la cabeza hundida entre las piernas sepultada debajo de un montón de cobijas, sentía el color de mis lágrimas cayendo por mis mejillas, y el frío apoderándose de mi cuerpo, alcance a dormir cerca de las cuatro treinta de la madrugada, tuve un sueño borroso y poco organizado, un montón de sombras se encontraban a mi alrededor, de momento, me encontraba en una habitación blanca sentada en una silla de tortura al estilo antiguo, un montón de personas me veían, y entre esas personas, un rostro familiar apareció, pero no de la manera que hubiera querido. John. En sus ojos se notaba cierta lastima, demasiada, estaba hablando con mis padres, y poco a poco se acercó a mí, y se despidió, de mi boca no podían salir palabras, y en un fallido intento de llamar su atención él se fue, dejándome sola.
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Mis Mejores Pesadillas
Mystery / ThrillerMis mejores Pesadillas. Iris. Una chica de dieciséis años con un secreto que está empezando a volverla loca, un montón de voces a su al rededor, o más bien, pensamientos de los demás que solo ella escucha, una serie de problemas se suman a su vida...