El Gotei 13

183 22 14
                                    

Una casa roja, una casa azul, una cabaña, un perro, un vagabundo, una prostituta, etc. Eso era lo que veía por la ventana. Después que me metió al auto el arranco sin preámbulos y yo solo me quede tranquila mientras miraba la ventana. Entre los dos nadie decía nada, incluso creo que había un ambiente incomodo, pero no me importa, después de todo no quiero hablar con nadie. Los lugares que recorrimos me recordaba mucho a cuando había llegado por primera vez a Karakura, y por si no se habían dado yo no era de aquí, más bien yo no era japonesa.

-¿No crees que deberíamos hablar un poco para aliviar el ambiente? –No respondí y seguí mirando por la ventana pero esta vez de forma aburrida– O vamos, no seas de esa forma y sonríe igual como estabas en el parque –al parecer este quiere que lo mate sin piedad– Preferiría que no me mates -¿Hable en voz alta?- Si y lo sigues haciendo –mierda...

Mire hacia el otro lado avergonzado y con algo de nervios, maldito Blanquito-kun. Otro ambiente incomodo se formó pero yo seguía mirando la ventana del otro lado, no me importaba si me hablaba o no yo solo quería salir del auto.

Blanquito-kun paro el auto y pude ver que se había estacionado enfrente de una gran instalación de color blanco con una insignia rara. Me abrió la puerta para que saliera, dude por un segundo pero no tenía nada por hacer, y al parecer no podía escapar con tanta facilidad. Al salir me di cuenta que estaban los jefes de todo el Gotei 13 junto con al parecer sus asistentes.

Atrás de ellos estaban Inoue, Yuki y Yami rodeados, no me sorprende para nada, ya sabía que pasaría. Yuki gruñía mientras que Yami los miraba mal y al parecer les quería pegar. Inoue solo los miraba con una gota de sudor en su frente y miraba de reojo para los otros lados. Ellos no podían hacer nada.

-Sit –hable fuerte y ellos me escucharon mientras me miraban.

Los tres obedecieron y se sentaron obedientemente esperando mis siguientes órdenes. Un viejo se acercó un poco y yo solo lo mire de manera neutral, aun no iba a demostrar mi verdadero yo.

-Bienvenida al Gotei 13, Ouka Miu –me miro con sus ojos abiertos tratando de intimidarme, que risa da este viejo.

-¿Para qué me quieren? -.

-Estuviste en la reunión, deberías saberlo –paso de largo Blanquito-kun y se dirigió donde los demás jefes- Además eres parte de nuestro plan -¿Qué?

¿Yo parte de su plan? Como si les fuera a obedecer así como así. No dejare que nadie me mande. Nadie.

-¿Ella es del plan? Deben estar bromeando. Lo único que veo es a una niña mimada –alto ahí, ¿Me dijo niña mimada? ¿A mí?

-O-ouka-sama, d-debería tranquilizarse –hablo Inoue tratando de tranquilizarme mientras Yuki y Yami temblaban.

No estaba haciendo nada malo, creo. Mire que los jefes se habían puesto en guardia y el viejo retrocedía unos pasos, creo que me tienen miedo... Tengo una idea.

Me acerque un poco y ellos sacaron sus armas por si acaso, eso no me detendrá. Llegue hasta cierto punto y me detuve. Metí mi mano en mi bolso y fui sacando algo lentamente. Lo mostré y ellos apuntaron, pero luego se dieron cuenta de lo que tenía en mi mano y me miraron confundidos.

-Es una... -.

-¿Flauta? :/ -.

-A poco pensaban que era un arma -.-' –bajaron sus armas algo avergonzados mientras que mis mascotas (incluyendo a Inoue) miraban con una gota estilo anime, este era mi gran plan.

La flauta que tenía era algo vieja, pero aun funcionaba y tocaba melodías muy bonitas, perfectas para mi plan. Los jefes se relajaron y el jefe general me hablo.

-Bien, necesito que nos acompañes adentro –yo tan solo asentí y lo seguí aun con mi flauta en mano.

Por el largo camino observe que había muchos tipos peligrosos, amables, suaves, rudos, en general había de todo. Llegamos hasta una instalación especial donde todo estaba de blanco y vacío, aunque sé muy bien que habrá armas escondidas. El viejo se paró enfrente de mí y comenzó explicar sobre lo que tendría que hacer.

-Como sabrás yo mande al jefe Hitsugaya a que te vaya a buscar para hacer un examen de admisión –lo interrumpí ya que sabía lo que significaba.

-Para así demostrar mis habilidades ya que la mayoría no confía en mi porque no me han visto en acción y piensan que son mejor por solo a ver pasado un simple examen que cualquiera lo puede hacer solo con la habilidad suficiente y el conocimiento de armas, ¿Cierto? –lo había explicado todo con aburrimiento ya que ya sabía lo que dirían, era lo mismo que en ese lugar.

-No te creas tanta niña. Nosotros somos asesinos profesionales que han pasado por un riguroso entrenamiento desde que tenemos 10 años. Tenemos experiencia matando con asesinos de igual nivel, no creo que ni siquiera pases la prueba –me respondió de manera enojada una jefa de la segunda división.

Me acerque a ella de manera rápida para quedar a un metro de distancia. La mire fijamente y ladee la cabeza, esto iba a ser bueno.

-¿Qué pasa si paso el examen? –pregunte de manera inocente y ella tembló un poco pero se mantuvo firme y me miro de igual forma.

-Te respetare y te pediré perdón –yo extendí mi mano exigiendo más a lo que ella se sorprendió, para luego pararse firme- Te comprare lo que sea –sonreí como gato asustando a algunos que estaban en la instalación.

-Si yo no lo paso entonces seré tu sirvienta por todo un año –le extendí la mano y ella lo acepto con la mirada decidida, pobre ilusa.

Nos separamos y observe que habían colocado una mesa con pistolas para dispararle a unas bolas de cristal que se balanceaban de un lugar a otro. Estas bolas de cristal se encontraban lejos, creo que llegaban hasta los 400 km, algo que es imposible a menos que estuvieras en la cima del monte Everest. Se encontraban dispersas por el lugar y eran muy pocas, eran unos 20 y por cada 20.000 m colocaban otra bola de cristal, sí que estaba locos.

Camine hasta la mesa, cogí una pistola al azar y dispare sin vacilar. La bala le dio a una sola bola de cristal y ese era el de 400 km. Camine donde Inoue y le pase el arma para que el igual disparara.

-¿Yo igual debo hacerlo? –asentí y este solo suspiro y tomo la pistola.

Miro por unos segundos y luego disparo dándole al de 360 km, dejo la pistola en la mesa y se vino al lado mío mientras aun reinaba el silencio. Tenía tantas ganas de reírme pero debía aguantarme o si no se iban a enojar conmigo... a quien le importa lo demás, a reírse se ha dicho.

-Pues parece que no hace falta más demostración, ¿O sí? –pregunto el viejo y el jefe de la secta división tomo la voz.

-¿Qué hay de combate cuerpo a cuerpo? –el viejo duro unos segundos para luego decir.

-Entonces el jefe Kuchiki combatirá con Ouka Miu -.

Mi plan está a punto de comenzar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 04, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Triste Realidad (Hitsugaya Toshiro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora