2. Un día más

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| 2. Un día más |
Debra

El sonido de algo rompiéndose en pedacitos me hace despertar.

— Hermes, si rompiste algo importante te echaré a la calle — gruñí como si mi gato pudiese entenderme

Los párpados me pesaban, además de que tenía un horrible dolor de cabeza y la garganta reseca.

Busco entre mis almohadas mi celular, cuando por fin lo encontré justo a la orilla de la cama, pulsé uno de los botones para desbloquearlo, el brillo de la pantalla me deslumbra, cierro los ojos esperando adaptarme al brillo del celular y miro la hora, eran las 9:30. Hora de levantarse. Aunque lo único que quería hacer era quedarme en cama y esconderme de todo.

Me incorporo torpemente, no tenía ánimos pero debía hacerlo. Hace mucho que ya me puedo considerar un zombie, estaba vacía, sin sueños o alguna esperanza, ninguna motivación para salir de la cama por las mañanas y darle una sonrisa real al mundo. Ya no.

Pero he aprendido a vivir con ello.

Me siento en el borde de la cama y me quedo contemplando mis pies unos segundos, había perdido mi calcetín izquierdo mientras dormía y el derecho estuvo a punto de tener el mismo destino. Me quito el calcetín y lo boto al cesto de la ropa sucia, me pongo mis pantuflas y camino hacia el baño arrastrando los pies.

Me miro al espejo, mi aspecto era espantoso: mi cabello tenía un par de nudos, estaba demasiado pálida y eso solo resaltaba los círculos oscuros bajo mis ojos.

Me lavo la cara y acomodo mi cabello lo mejor que pude en una cola de caballo. Abro el primer cajón en busca de algo para aliviar mi dolor de cabeza, cuando finalmente lo encuentro, sirvo un poco de agua en el vaso de cristal y trago la pastilla.

Nota mental: no volver a tomar ron. Pero a falta de whiskey, cualquier cosa era buena.

Me dirijo al pasillo a ver qué desastre ocasionó mi gato ahora, recojo unos libros que tiró y hago a un lado los cristales de una esfera de nieve, un suvenir que gané en algún juego en el último viaje que hice a Disney. Por suerte para mi gato, esa esfera no me gustaba mucho pues yo quería una del castillo y solo pude conseguir una de Mimmie Mouse; por lo que solo dormirá dos días fuera de casa.

Camino por el pasillo hasta el pie de las escaleras, bajo de prisa y entro a la cocina esperando encontrar a papá tomando el desayuno mientras ve las noticias en el televisor o revisa la correspondencia, pero él ya había salido a trabajar como siempre.

Suelto un suspiro y me sirvo el huevo con jamón que papá había preparado para desayunar. Me sirvo un poco de jugo de naranja y me siento en mi lugar del desayunador. Miro la silla vacía de papá, eso no me dolía tanto porque sabía que ese asiento se volvería a llenar en la tarde cuando regrese de trabajar, cosa que era diferente con la silla a su lado, la silla que mi mamá solía usar. Estiré mi mano hacia esa silla, esperando sentir la calidez de sus manos, y escuchar un cariñoso "Buenos días, cielo" pero sabía que nunca volvería a escuchar su voz o a sentir el suave tacto de sus manos sobre las mías al desayunar.

Seguí desayunando en silencio, con mi vieja amiga soledad. Lo triste de la situación es que ni Hermes está aquí para acompañarme, después de romper la esfera debió escabullirse para evitar un regaño. Solo espero que no traiga algún pajarillo muerto como una muestra de disculpa. Eso es lo que siempre hace mi pequeño amigo peludo cuando ocasiona algún desastre en la casa.

Cuando terminé de desayunar, metí todos los trastes sucios al lava trastes, y subí para darme una ducha. Me aseguro de tener mi bata de baño al alcance y me meto a la regadera. El agua caliente recorre por mi espalda mientras lavo mi cabello con el shampoo y sigo con el acondicionador para evitar los molestos nudos al momento de peinarme, observo la espuma del jabón irse por la coladera, suelto un suspiro y deseé que ojalá todos los problemas de mi vida se fuesen de la misma forma.

Savin' Me (Zayn Malik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora