"Han dicho que el amor es para todos."
Según el capitán Balam Raleigh eso era total mentira, su lema era "No creas en algo que no es digno de creer" para él, el amor no era digno de creer.
¿Que pasa cuando uno de los más temibles piratas de todos lo...
-Oh, ¡venga ya!, anda a cagar, ni siquiera recuerdo por qué estás en ésta nave.-Balam empujó a Elizabeth y ésta se tambaleó solo un poco.-
-Porque soy inteligente y ¡bonita! ¡wohoo!.
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-Elizabeth sonrió tan falsamente que Balam estuvo a punto de encajarle el sable en la yugular.- Ni siquiera yo sé por qué estoy aquí, el único que lo sabe eres tú. andáte a cagar tú, en realidad no te sale nada mal.- Elizabeth para entonces ya estaba muy enfadada, y Balam lo notó cuando ella apretó la boca y levantó la cara. Balam entonces la tomó de la barbilla, rió, respiró y le lamió el cuello. Elizabeth se puso firme y un escalofrío le recorrió la espina dorsal.
-Sabes jugar bien, pero tienes que saber que yo soy muy tramposo cuando juego. Por amor a Dios, pequeña, soy un pirata ¿Que esperabas?.-Balam se echó para atrás y tomó un habano, lo encendió con una cerilla y llevó el humo a sus pulmones, entonces lo expulso en la cara de la niña, pero ésta se mantuvo totalmente firme y las pupilas de sus ojos azules se hicieron más grandes. Se alejó, dio media vuelta y se retiró, con su cabello negro flotando en el aire, su cuerpo emanando olor a alcohol y dejando una esencia embriagante flotando en el ambiente. una vez que la chica se retiró Balam se sentó en su silla, se recargó en el respaldo, miró al techo de madera, cerró lo ojos y aspiró el aire, olía a alcohol, a rosas, a agua de mar, a vino, a cigarros de vainilla, a humedad a enojo y a sexo. El último no tenía mucho que ver con lo pasado, pero Balam no le encontró inconveniente.
-¿C-Capitán?-un tripulante habló.-
-¿Qué?.-respondió Balam.-
-T-Tiene que ver esto.- Balam se levantó rápidamente de su silla y corrió a la cubierta principal. Entonces lo primero que buscó fue a Elizabeth, la encontró y la tripulación corría en una sola dirección.-
-¿Elizabeth?, ¿que sucede? ¿Que has hecho ésta vez?.-Elizabeth solo hizo un gesto con sus ojos.-
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Y entonces él dirigió sus ojos en esa dirección, a sus espaldas se acercaba una nube gigante, neblina, pánico, y una tempestad.
