Capitulo 1

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Ella estaba nerviosa, era día miércoles y ella sabía perfectamente que ocurría ese día. Sus amigas correrían como locas a la salida a abrazar al chico que esperaba fuera, el chico del cual ella estaba locamente enamorada pero intentaba disimularlo, su boca callaba, sus ojos gritaban.

Él se movía inquieto y miro la hora, solo 4 minutos y podría ver a la chica tímida que caminaba detrás de sus amigas mientras que ellas lo abrazaban.

Ella a pesar de que era callada, siempre lo saludaba y lo abrazaba como todas y eso a él lo enamoraba cada vez más. Podía sentirla en sus brazos, sentir su pequeño cuerpo contra él, tocar con su mejilla el suave pelo de ella y poder aspirar aunque sea por unos segundos aquel perfume dulce que a él le encantaba.

Ella al escuchar el timbre de salida, guardo con inquietud sus cosas, era tiempo de salir y verlo, observar aquellos ojos color té que la inquietaban demasiado. Sus amigas le pedían impacientes que se apurara, ya que ÉL estaría allí esperando. Suspiro y se dijo en su interior que estuviera tranquila, que simplemente seria otro miércoles más de su estúpida semana.

Ambos estaban nerviosos, siempre lo estaban, era como su rutina, una rutina que a ambos le encantaba.

Él al ver a sus amigas correr sintió como su corazón se hinchaba, sabía que ella venía detrás, con la mirada en el suelo o en sus manos, con sus mejillas rosadas y con lentitud.

Ella ya estaba bajo el portal, unos últimos pasos y podría sentir los brazos de él alrededor de ella, podría sentir su aroma masculino y deleitarse con la sensación de protección que él le daba.

Cuando ambos se miraron, sintieron en sus corazones una calidez increíble, como si ambas almas se echaran de menos la una a la otra. Ella dejo un poco de lado su timidez y con sus mejillas rojas abrió sus brazos a la espera de que él la tomara y la acercara a su cuerpo.

Él observaba como ella abría sus pequeños brazos, invitándolo a su calidez, sin dudarlo, sin perder ningún segundo, la abrazo, sintiendo el rápido corazón de ella al compas del suyo.

Parecía tan irreal para ambos, pero las voces y los gritos del lugar los despertaron de su ensoñación y como si les rompiera el corazón se separaron.

Se observaron ambos a los ojos, la taza de té se revolvió.

Ambos se sonrieron y miraron a los espectadores.

Él respondía a lo que sus amigas preguntaban, quería hablarle, quería irse con ella y hablar tranquilos de cosas triviales.

Ella miro con intriga la mano del chico quería saber que se sentiría poder tomarla en cualquier momento sin tener que pedir permiso, sin sonrojarse, sin sentirse “irrespetuosa”.

Cuando sus amigos se estaban ya despidiendo, sabía que era la hora de preguntar.

Ella tembló, era su turno de hablar.

Él espero, a pesar de que el tiempo no podría ser eterno, la esperaría.

Jugando con sus dedos, lo observo, el té de sus ojos brillo. Miro el suelo por última vez y con fuerza en su corazón hablo.

–¿No te irás? –El negó– ¿crees que podríamos ir a tomarnos unos batidos?

Él sonrió, esa era la invitación, era la propuesta, la oportunidad, no la dejaría escapar, jamás.

–Vamos –El le sonrió, ella se sonrojo.

Ambos caminaron, siempre lo hacían, eso implicaba más tiempo juntos, a ella le encantaba la presencia de él, no se sentía sola, y la personalidad de él le encantaba, la hacía sentir única, especial, hermosa.

Ojos color té.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora