Habíamos iniciado una marcha de recogida de dinero ese día, básicamente, eso consistía en matar todos los monstruos posibles con el objetivo de sacar fondos para la hermandad. Y a diferencia del resto de días, en vez de ir al piso 110, fuimos al 183, que era el máximo piso que habíamos alcanzado en ese momento, con la intención de sacar más dinero al enfrentarse contra monstruos más fuertes. A partir del piso 180, los monstruos eran mucho más poderosos, y por lo tanto, daban mucho más dinero al matarlos. El piso 183 era un piso casi desierto, formado por una gran cantidad de montañas rocosas, y sin un solo sitio con vegetación abundante. No era un lugar muy alegre, pero todos nosotros íbamos contentos por lo que íbamos a comprar con el dinero que sacaríamos en esa marcha de recogida. Los monstruos tardaron en aparecer, pero hubo un momento en el que aparecieron en masa, lo que ayudo a sacar bastante dinero. El objetivo de reunir ese dinero era que la hermandad quería comprarse unas cuantas pulseras multiusos, que eran unas extrañas pulseras mágicas que tenían una gran variedad de usos: creaban escudos mágicos, te teletransportaban, paralizaban a los enemigos te creaban dagas... En fin, una serie de pulseras que nos serían de gran utilidad frente a los próximos bosses. Llevábamos ya 2 horas caminando, cuando di la orden de descanso, y todos sacamos la comida y la bebida para poder recuperar HP y MP, la mayoría de la comida estaba hecha personalmente por Asuna, y la bebida la habíamos comprado en el piso 130. En ese momento recordé lo que me pasara con Kuradeel en SAO, por lo que dije que le pasaran las aguas al compañero de la derecha, y yo no bebí hasta que todos lo hicieron. Ninguno paralizado, que aunque era de esperar, no me quería fiar después de lo sucedido aquella vez. Entonces, cogí mi agua y empecé a beber ya más tranquilo, detuve el error de no esperar, pues 20 minutos después, el efecto de parálisis nos invadió a todos, aunque curiosamente, no quedó ninguno sin paralizar. Pero entonces empezaron a salir red players de las paredes, (claramente estaban usando hechizos de camuflaje), y entre ellos pude ver a algunos de los asesinos que habíamos encerrado el cuartel, Thunder incluido entre ellos. Thunder empezó a reírse, y sacó su poderosa espada, la cual infringía un terrible daño de un solo golpe. Me apuntó con ella, y me la clavó fuertemente en el cuello. Si los criminales habían escapado, probablemente hubieran matado a los que antes estaban en el cuartel, por lo que solo podía tener la esperanza de que el hechizo de parálisis se acabase pronto. Thunder me pegó un segundo cuchillazo, y con eso me destruyó completamente la primera barra de vida. Thander sonrió, y volvió a pegarme un tercer golpe. Un golpe más y estaba muerto, no había más historia. Pero inesperadamente, Thander no me remato con su arma, sin no que pasó a otro para que pudiera verlo morir. A diferencia de como hizo conmigo, esta vez le pegó 4 cuchilladas rápidas que lo mataron en poco tiempo, y se movió un par de pasos hacia Asuna. "noooo, Asuna noo", grité desesperado, intenté moverme, pero mis manos no respondían a las señales, y lo único que podía hacer era hablar. Eso era, hablar... Yo pronuncie rápidamente un hechizo de liberación, y me levanté lo más rápido que pude de un salto. Acto seguido, me dirigí hacia Thander y le golpeé con el hechizo de destrucción y la habilidad de devil slayer activados, pudiéndolo matar en 2 miseros golpes. Después de eso, miré a todos los presos que habían sido liberados, y furioso, pegué un saltó y los golpeé a todos con la habilidad de cuchillazo a distancia y parálisis activadas, lo que hizo que ellos también acabasen paralizados. Fuí liberando a los miembros de la hermandad, y me aproxime a Asuna y la besé mientras lloraba, pues había estado a punto de perderla.
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