- Unas simples pasantías no me cambiarán, ¿verdad? Es un año completo lejos de casa, pero el lugar lo compensa. - Cierro mis ojos y suspiro emocionada. - ¡Iré a Seúl!
Un viaje esperado con resultados inesperados. Porque, cuando la vida decide que es...
Sostenía una taza de mi apreciado café con mi zurda, y con la otra mano agarré mi teléfono de sobre la mesa de la cocina, el cual estaba sonando insistentemente en su tercer repique perturbando mi armoniosa y bien merecida paz de vivir sola. Rodé los ojos y solté un suspiro al ver de quién se trataba.
Llamada entrante
Mamma mia
- Hola mamá. - Dejo reposar la taza de café donde posteriormente había estado el teléfono.
No es que me moleste hablar con mi madre, pero a primera hora del día no era algo que se me apetecía realmente.
- Lo sé mamá, pero te he dicho mil y una vez que es mejor para mí si me llamas siendo allá de mañana. Sabes que por la mañana de acá me arreglo y-
- Lo sé cariño, tardas mil años en arreglarte. - Ambas soltamos una pequeña risa. - Bueno, a lo quevenía. Tu padre y yo vamos a tomarnos unas pequeñas vacaciones en México. - La noticia me tomó por sorpresa. Mis padres no eran de las típicas personas que espontáneamente se iban de viaje y mucho menos a otro país.
- ¡Wow! Qué bueno escuchar eso, me alegro por ustedes. ¿De dónde han sacado la idea?
- Pues, ya que no tenemos una hija que nos estorbe...- Mi madre soltó una gran y sonora carcajada. Yo por mi parte rodeé los ojos al tiempo que ella reía. -... Vale. - Decía mi madre tratando de respirar. Qué madre la que me ha tocado. - Bueno, como te contaba. Tu padre ha hecho nuevos amigos y ellos le han comentado la idea.
- Y ustedes ni cortos ni perezosos, ya hasta habrán planeado cómo van a organizar la maleta de regreso, ¿cierto?
- ¡Oye! Nos haces escuchar como maniáticos perfeccionistas obsesivos-compulsivos.
-Como si no lo fueran. - Ahora la de la carcajada era yo. Pude escuchar a mi madre decir cosas inentendibles a modo de queja. - Bueno, ¿y cuándo se van?
- ¡Ah! Por eso te llamaba hija. Mañana a primera hora partimos. - Vale, ahora entendía la insistencia en su llamada.
- ¡Wow! Bueno, entonces les deseo suerte y que disfruten. Le enviaré una nota de voz despidiéndome a papá después. Mamá, te dejo. Ya voy de camino al trabajo.
- Si cariño, suerte. Que sea de provecho. Nos hablamos dentro de una semana, ¿sí?
- ¿Una semana? ¿Acaso no llevan teléfonos?
- Si amor, pero vamos en grupo. Actividades, paseos, cero tecnología... Ya sabes.
-Vale mamá, así que nos hablamos después, mucho después.
Ambas reímos y después de decirnos mil te quiero, cuidate y te extraño por fin colgamos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
