Me despierto por la mañana, siento que un camión me ha pasado por encima. Si me dijeran que eso es lo que ha ocurrido me lo creería. Sería más realista que la verdadera situación que viví. Imágenes de la noche anterior me inundan la cabeza: el chico gritando, los ojos del lobo, Damien chillándome... Damien. Mierda, corro a mirar el horario de mis clases el cual aún no he tenido tiempo de aprenderme y para mi desgracia, hoy hay historia, tendré que verle.
Salgo de la cama totalmente desganada, hoy no me molesto en intentar que no parezca que acabo de sobrevivir a un ataque. Cojo del armario lo primero que encuentro que resulta ser un pantalón de chándal negro y una sudadera extragrande en la que me podría esconder entera si me hiciera una bolita. Cosa que me apetece muchísimo.
Me siento a la mesa para tomar mis cereales favoritos, pero la cara del chico al que deje morir ayer no para de asaltarme haciendo que el estómago se me revuelva. Mejor dejo el desayuna para más tarde, no vaya a ser que mi estomago vaya a peor y les eche una vomitona a lo Aubrey en Dando la Nota.
Al poco de salir de casa me encuentro un saludo de una voz dulce y gitona me asalta por la espalda.
- Hola Soph. - me saluda Luce, yo medio adormilada levanto la mano en forma de saludo. - Te has despertado un poco zombi hoy ¿no? No tienes buen aspecto.
-He dormido como la mierda- digo lo más cortante que puedo.
Internamente estoy rezando porque no siga haciendo preguntas, no quiero tener que ser borde, pero tampoco voy a contarla nada de lo que ha pasado. Ella parece entenderlo y seguimos caminando en un cómodo silencio.
(...)
Nada más entrar en la escuela, una cabellera castaño-ondulada llama mi atención. Damien está con un grupo de chicos, sus amigos intuyo, hablando. Bueno él no habla, está apoyado contra las taquillas, con los brazos cruzados y su cara de: odio a todo el mundo. Es al menos un palmo más alto que todos los chicos.
Me giro hacia mi acompañante y de mi boca salen palabras que no había pensado decir en ningún momento.
- Luce, tengo que hablar con Damien un momento. – la aludida pone los ojos como platos claramente sorprendida. Yo también lo estoy, a decir verdad - Cosas de historia- me apresuro a decir. Es lo único que se me ha ocurrido que pueda resultar creíble.
Me acerco a él, arrepintiéndome del momento en el que he creído que esto era buena idea. Ni si quiera he pensado en nada que tenga que decirle.
- Damien tenemos que hablar. – una parte de mí espera que me mande a la mierda y no me pregunte que quiero saber porque mi cerebro no ha pensado nada aún.
Por suerte para mí dice algo que me salva de este marrón.
- Claro que tenemos que hablar, ¿qué haces paseándote por los pasillos con esa cosa? - dice señalando con la cabeza a Luce quien está con su novio.
- ¿Con quién? -miro hacia donde señala y veo a mi compañera sonriendo como una tonta al que supongo que será su novio y que no tengo duda de que me presentará en un rato - ¿con Luce? -asiente- Es mi amiga. - respondo a la defensiva dispuesta a interceder por la única persona que ha sido amable conmigo en este pueblo.
-Es un ser inmundo, ¿no te ha dicho ella lo que es? – la mira con más asco del que me ha mirado a mí nunca - Claro que su novio también lo es. Estoy seguro de que quieren algo de ti Sophie, ten cuidado.
- ¿Qué quieres decir? - No sé si tomarme esto en serio o como una broma pesada, pero si tiene razón... Lucy podría estar relacionado con lo que pasó ayer, verdaderamente no la conozco tanto como para poner la mano en el fuego por ella. Trago saliva sonoramente tratando de alejar esos pensamientos de mi mente.
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¿QUE ES LO QUE SOY?
Fantasía-Cariño tu eres especial. -¿como que soy especial,mami? -no eres como los demás niños. -y sino no soy como los demas, ¿que soy?