La madicion de las gemelas

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Esta leyenda se repite con frecuencia en los poblados cercanos a las carreteras, aunque no se tiene la certeza del lugar exacto donde sucedió esta tragedia. Karen y Karla eran unas hermanas gemelas de ocho años y acababan de mudarse a la ciudad. Sus padres trabajaban la mayor parte del día por lo que estaban bajo el cuidado de una niñera.

Luego de casi tres meses de haber llegado a este sitio, la niñera enfermó, por lo que ese día no pudo cuidar a las gemelas. La madre pensó en faltar al trabajo, pero Karen, la mayor- había nacido apenas unos minutos antes-, dijo que no se preocupara, que sólo eran unas cuantas horas y que nada malo pasaría. La madre confiando en las palabras de su hija, les preparo unos emparedados y se dirigió rumbo al trabajo.

Todo transcurría en completa calma, ya casi anochecía y las gemelas se divertían afuera de su casa. En innumerables ocasiones, los padres les advirtieron no jugar cerca de la carretera, porque era muy peligroso y hasta ese momento habían acatado la orden. La madre estaba apunto de llegar y las niñas, la esperaban sentadas, junto a la autopista.

Cuando vieron que el auto de ella se acercaba, se pusieron de pie y comenzaron a gritar con alegría:

Mamá, mamá!!- exclamaban varias veces.

La madre les tocaba el claxon, en señal de que las había visto. Sin embargo, tanta era la emoción de la llegada y sobre todo, la ansiedad de contarle lo bien que se habían portado que, sin percatarse, ambas estaban paradas justo en los bordes de la carretera.

A lo lejos apareció un camión, que circulaba a gran velocidad; al chofer le era imposible ver a las niñas, ya que se situaba casi al terminar una curva. De pronto , solo un fuerte golpe y los gritos desesperados de una madre se escucharon. El vehículo pasado atropelló a las gemelas y ambas fallecieron al instante.

Los padres de las gemelas se hundieron en una fuerte depresión, que sólo superaron un par de años después. Finalmente con el trabajo y el apoyo de sus parientes lograron recuperarse de tan fatídica pérdida pero jamas pensaron en mudarse de casa; pese ala tragedia decidieron continuar su vida en ese lugar.

Ilusionados nuevamente decidieron tener otro hijo. Al parecer la vida se reivindicaba con ellos, pues esta vez y para sorpresa de ambos, la madre dio a luz a otras niñas gemelas.

Con el paso de los años, las gemelas se parecían cada vez más a sus hermanas difuntas, y esto era para la madre como rendir diariamente un homenaje a la memoria de sus hijas.

El día de su octavo cumpleaños, los padres les organizaron una fiesta. Las gemelas, junto con otros niños, jugaban por todo el jardín y desobedeciendo las órdenes de los padres de no acercarse a la carretera, llegaron hasta esta vía en medio de risas y gritos.

Los automóvilistas circulaban a gran velocidad pero alas gemelas, tanto peligro les parecía divertido. Como era su cumpleaños, ellas creían que ese día podían quebrantar las reglas impuestas por sus mayores; por tanto, se tomaron de la mano y echaron a correr, si embargo, al llegar a los limites de la autopista se detuvieron abruptamente. Todos los niños gritaban, pues los carros pasaban rápidamente.

Los anfitriones y los papás de los niños corrieron hasta el lugar para ver que sucedía y cuando miraron a las gemelas a punto de cruzar la carretera, la madre gritó terriblemente. Con lágrimas en los ojos y visiblemente angustiada, corrió hasta ellas y les reclamó por haber desobedecido; las niñas respondieron al uno mismo:

- Si no pensábamos cruzar, ya nos atropellaron una vez y no volverá a ocurrir.

Desde entonces se dice que Karen y Karla reencarnaron en sus hermanas, que tenían un comportamiento muy extraño, por lo que se convirtieron en unas niñas solitarias.
Nadie supo lo que pasó con ellas, lo cierto es que sus padres decidieron mudarse de casa, para evitar que una nueva tragedia empañara su felicidad.

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