Capítulo 2: Barreras.

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Finalmente cesaron las llamadas y las visitas, dejaron de preguntarse qué más podrían hacer para ayudarme y las insoportables miradas de lástima que no hacían más que corroer mi ser ya no eran un problema.

Había logrado conseguir un modesto puesto en el restaurante cercano al pequeño ático en el que ahora vivía, interna en las cocinas del lugar no tenía que interactuar con muchas personas, al parecer nadie excepto Joseffe notaba mi presencia.

Juró que no lo haría más, Justine ¡lo juró! – Decía una y otra vez – No lo puedo creer.

Joseffe era el asistente de cocina y de alguna manera siempre terminaba hablándome de su pareja Arthur, al parecer sólo necesitaba parlotear, pues nunca me veía obligada a opinar respecto a ninguno de sus problemas.

¿Lo puedes creer?, es decir, sé que es predecible pero yo esperaba que no volviera a ir a ese lugar su grácil movimiento hizo que me detuviera a observar lo que hacía esta será la última vez, lo prometo.

Estar con Joseffe era reconfortante la mayoría de ocasiones, él no me pedía salir de mi zona segura, sus miradas no eran incomodas y él no buscaba repararme.

Así que ahora iré a casa y empacaré, ¡si señor! ¡lo haré! – giramos al notar las puertas abrirse, era Madeline, la encargada del lugar.

Justine, sé que no es tu trabajo, pero Mario tuvo un pequeño percance y se marchó. Necesitamos a alguien que sirva las mesas ¿podrías hacerlo? – allí estaba de nuevo la sensación a lo desconocido, lo que me producía las miradas curiosa queriendo hurgar, queriendo saber más de mi. ¿podrías?

Ahh – mi corazón quería salir de mi pecho Made... — ¡Pum, pum, pum!

Yo podría hacerlo si usted permite, claro está la voz de Joseffe se oía lejana

Yo lo haré ambos me miraron por un instante — Lo haré Madeline

Muy bien, acompáñame seguí a Madeline hasta el cuarto contiguo- Debes usar esta placa y este mandil

Está bien

Oye no estés nerviosa, durará unos minutos, ¿vale?

Si...

La bandeja en mi mano temblaba y no podía más que mirar el piso del lugar, yo no quería hacer esto, me sentía expuesta y deseaba correr. Una y otra vez miraban mis ojos, querían saber mi pasado, querían saber de mí, no lo podía soportar.

15 minutos, 13 minutos, 10 minutos

Justine ¿podrías llevar este Martini a la mesa del ventanal? – ya casi, falta poco, sólo 5 minutos más

Con pies temblorosos me dirigí a la mesa en donde sólo se hallaba una mujer.

Disculpe, Martini extra seco – sólo 5 minutos, la atenderé a ella y me iré a casa

¡Oh Dios, lo agradezco! lo necesitaba – la voz de esa mujer hizo que mi corazón se detuviera un instante, lentamente levante el rostro y la miré, era ella.

Si me disculpa – miles de recuerdos llegaron a mi mente "...ahora lo más divertido" "ven Justine" "una vez más" "sonríe" "sólo serán unos días" "lo prometo" "él cuidará de ti" "no llores mi niña"

Esto no podía ser cierto, ¿qué estaba mal? ¿Cuánto más tenía que pasar?

Joseffe abrió los ojos en cuanto me vio entrar

¿Qué pasa Justine? ¿Qué tienes? No pareces estar bien mis ojos se cerraron y mi cuerpo cedió ante la abrumadora sensación, lo último que escuché fue la voz de Joseffe pidiendo ayuda.


** Hola mis amores, ahora sabemos un poco más de Justine y me gustaría que me cuenten que piensan de ella. 

Esto es algo nuevo para mi y me haría muy feliz que me den sus puntos de vista, ¿lo harían? 

Bonito día, tarde y noche para todos y todas :D **

Si volvieras a mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora