Parte 1

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Me había levantado temprano, pues aunque hoy tocaba clases solo hasta las 11:30 quise llegar a tiempo para terminar la tarea. Mire hacia mi boro y tome mi celular. Habían mensajes de mi madre y de mi amiga. Abrí el de mi madre y lo leí.

"Hija estamos fuera por bastante tiempo. Hemos tenido unos problemas y tuvimos que partir rápido. Espero que no te moleste. Te amo princesa."

Terminé de leerlos todos y entre al baño, me quite la ropa y entré a la ducha. Tomé shampoo y lavé mi cabello, pasé jabón líquido por mis manos y lavé todo mi cuerpo. Me enjuague, me coloqué una toalla en mi cabello y otra alrededor de mi cuerpo. Salí y mire la hora eran las 7:27 todavía tenía tiempo para arreglarme. Abrí uno de los cajones y tome mi ropa interior, me la puse y fui al armario. Miré toda la ropa que había en él, aveces me preguntaba como mis padres podían gastar tanto dinero en ropa y en lujos. Tome un mahón entubado color azul claro, elegí una camisa negra de cuello y manga larga, tome unos tacones negros y me los puse.

Fui a mi tocador y me miré al espejo. Mis ojos color verde se notaban cansados. Mis facciones eran notorias, y mi cabello color marrón claro ondulado caía por mi espalda hasta mas arriba de mi cintura. Me maquille sencilla, intentando que mis ojos escondieran lo que paso ayer.

- ¡Pelota de imbécil! - dije golpeando el tocador.

Maldito maestro. ¡¡Maldito!! Mis ojos empezaron a tornarse borrosos, las lágrimas se aproximaban a salir. Parpadee unas cuantas veces para poder contenerlas. Me pase corrector en los ojos intentando esconder el cansancio que se notaba en ellos. Me puse delineador color negro y puse un poco de labial color rosa pastel en mis labios para que se vieran un poco sencillos.

Me miré una vez más y me gusto mí resultado. Tome mis maquillajes, dinero, mi celular y salí. Baje las escaleras y el olor a comida inundo mi nariz. Fui directo a la cocina, Alfonsina ya tenía el desayuno listo.

- Buenos días señorita Estefania. ¿Le sirvo el desayuno? - dijo Alfonsina con su tono maternal.

- Si nana. Hoy entro tarde, así que podré desayunar. ¿Que me preparaste? Huele delicioso - dije sentándome en el comedor.

- Huevos revueltos con tocineta, ensalada de frutas y zumo de naranja mi niña - colocó mi plato enfrente de mi y llevé un bocado a mi boca. Me encantaba la comida de Alfonsina, siempre le quedaba todo con buen gusto.

Sonó el timbre y las dos nos miramos. Ninguna dijo nada, Alfonsina dejó el paño en el lavabo y fue a revisar quien era.

- Buenos días joven, ¿en que le puedo ayudar? - escuche decir a mi nana

- ¿Se encuentra la señorita Estefania Sands? - deje de comer al momento. El tenedor calló en el plato y sentí palidecer. Esa voz......me tense completamente.

No podía ser. ¿El aquí? No, esto era imposible. Deje todo en la mesa y me levanté. Fui en dirección a la sala, paré de momento para poder contener los nervios.

"Calma Estefania, calma" dije para mis adentros. Mis manos sudaban y esto daba mala señal.

- Señorita Estefania la buscan - dijo mi nana.

- Si ya estoy aquí - dije cuando llegue - Nana puedes coger el día libre, hoy tengo clases hasta las once y media y luego iré a hacer unos pendientes llegaré tarde, así que no me esperes - dicho esto Alfonsina nos dejó solos - ¿Que se le ofrece señor Swart? - dije sentándome en uno de los tantos asientos que habían en la sala.

Vamos Por Un CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora