El la habia visto llorar mil veces, tantas quizás que ya no se acordaba de su sonrisa. Las imagenes de ella sufriendo venían a el como cascadas de recuerdos y solo podia en silencio absoluto lamentarse.
Esa noche, como ya muchas, ella se habia ido a acostar temprano y en la nada de su habitación sollozaba, teniendo como único testigo su foto juntos.
El sueño se hizo esperar pero al fin llegó, callando por unas horas su dolor.