Capitulo 4

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Rubius

Trato de pasar entre toda la gente. Hace un calor que te cagas; no puedo creer que las personas puedan bailar (o mejor dicho refregar sus cuerpos) entre sí mientras están sudando. Que puto asco.

Tardamos más o menos una hora y media en encontrar quien nos diga donde cojones quedaba la fiesta, hasta que nos cansamos y decidimos salir a buscar con el coche alguna fiesta que esté cerca. Resulta que la casa de Jordan estaba a dos edificios de mi piso -.-

Que subnormales somos.

– ¿Dónde están las chicas? – pregunta mi Mahe mirando para todos lados.

– Tranquilo Max, que tu Chloe debe de estar por aquí – digo.

(N/A: Son las chicas que son protagonistas en The Life Is Strange, Rubius se refiere a que Mangel se parece a Max, ignorando que la segunda es una chica, y Tamara a Chloe por sus personalidades <3. Si no sabes que es The Life Is Strange: mátate.)

Levanto la mirada y me encuentro con la de Beatriz, veo que le murmura algo a alguien a su lado y dirige toda su atención en Mangel. Yo busco saber quién es ese alguien a su lado, y cuando levanta la mirada, me encuentro con la de Alexa.

Hostia puta, aunque la odie profundamente, debo admitir que está MUY buena. Tiene un vestido que le llega un poco más arriba de la mitad del muslo, dejando ver sus perfectas y largas piernas, y se amolda perfectamente a sus curvas. Su cabello esta suelto con un par de ondas que le da un toque salvaje a su atuendo, el cual me acabo de dar cuenta que tiene unos mechones de color rojo, y lo que más me llama la atención: sus labios carnosos y rellenitos pintados de un rojo pasión que me tiene algo idiotizado.

Mierda, hasta me he puesto palote.

– ¡Rubius! – grita Mangel pasando repetidamente su mano ante mis ojos.

– Mangel, no me dejas ver – digo mientras empiezo a caminar hacia donde están las chicas.

– Hola Miguel – dice coqueta Bea mientras sacude sus pestañas continuamente. Oh, pobre Mahe, se cuánto le pone que le hagan eso.

No piensen mal e.e solo que he presenciado momentos así.

– Hola Beatriz – dice con clara sorpresa en su voz. Siento que alguien me toma del brazo y literalmente me arrastra de donde estamos. Levanto la mirada y me encuentro con Alexa. ¿Qué cojones...?

– ¿Qué haces? – le pregunto.

– A Miguel le gusta Bea, ¿no? – pregunta.

¿Miguel? Ahhhh, se refiere a Mangel. Que soy subnormal. ¿Debería decirle?

– Pues a ella le gusta – suelta antes de que pueda responderle. Abro mis ojos con asombro y vuelvo mi mirada hacia mi amigo. Esta rojo mientras la amiga de Alexa se le acerca peligrosamente.

¿Quién lo diría? Una loca fiestera y un gamer tímido.

¡SALSEOOOOO!

Como crece mi Mahe... c':

– Entonces... los dejaré a solas – digo. ¿Qué hago ahora? No conozco a nadie aquí. Trato de mirar disimuladamente a Alexa, la verdad es que siento que no la puedo dejar de ver, está demasiado buena.

Y esos pechitos...

– ¿Disfrutas la vista? – me dice con una sonrisa burlona. Trato de ocultar mi vergüenza y sorpresa. ¿Quiere jugar? Juguemos.

– La verdad es que si – admito, y ella abre sus ojos con sorpresa -- ¿Qué? ¿Pensabas que lo negaría?

– Pues sí, nunca pensé que fueras capaz de decir algo así, la mayoría de veces eres un capullo, en muchos sentidos.

– Habla la guarra que se acuesta con cualquiera en fiestas – comento como si fuera lo más normal del mundo.

– Que te vallan a tomar por culo – dice alejándose. Como no tengo nada más interesante para hacer, la sigo.

– No lo has negado – le grito mientras la sigo por el pasillo y subimos las escaleras de esta enorme casa.

– Estúpido – escupe. Entra a una habitación y cuando ve que entro con ella bufa. Cierro la puerta detrás de mi – ¡deja de seguirme!

– ¿Y si no quiero?

– Capullo.

– Puta.

Nos quedamos mirando. El típico juego del desafío de miradas, el que la aleja primero pierde. Esta roja de la furia y su respiración es errática. Debo admitir que sus ojos me están quemando por dentro, no sé qué sucede pero me siento débil ante su mirada.

Un brillo que desconozco aparece en ellos.

No sé en qué momento sucede, pero en un abrir y cerrar de ojos ella estaba pegando sus labios a los míos, besándome desesperada. Tampoco sé cuando fue el momento exacto en el que yo le seguí el beso, simplemente pasó.

Remarco su labio inferior con mi lengua para después abrirme paso y empezar realmente la función. Coloco mis manos en la parte baja de su espalda casi en su culo, cuando ella comienza a caminar hacia atrás y yo para adelante, haciéndonos tropezar y caer sobre la cama que hay en la habitación.

No sé qué mierda está pasando... todo esto que está pasando no significa que ella me guste o algo por el estilo, solo me estoy dejando llevar... aunque como soy nuevo en esto, no sé qué hacer, solo la beso mientras me acomodo de tal manera en la que se que no la aplastaré.

Me estremezco cuando siento que sus manos ascienden por debajo de mi camisa haciendo que consiga una erección. Estoy enloqueciendo, odio no saber qué hacer.

Subo un poco mis brazos para que ella termine de sacarme la maldita camiseta y me impulsa un poco hacia atrás para cambiar roles y ella estar ahora encima de mí. No puedo evitar que un vergonzoso y fuerte gemido se me escape cuando siento nuestras partes íntimas tocarse, por no decir que está sentada sobre de mi erección presionándola haciendo que cada vez me duela más.

Me siento en el borde de la cama con ella a arcadas y la beso nuevamente. Detecto un ligero sabor a alcohol que es remplazado por el sabor a vainilla del labial. Dejo un último beso en sus labios para comenzar un camino de besos por su barbilla hasta su cuello, donde me encargo de succionar un poco y morder como una vez vi en una película. Ella gime y eso casi hace que pierda el control de todo.

Decido ser un poco menos tímido y llevo mis manos a sus muslos donde acaricio un poco y luego las subo hasta sus caderas. Sin querer cuando pase mis manos por sus piernas levante su vestido y mis manos quedaron por debajo. Iba a retirarlas pero ella me besó salvajemente mientras agarraba mis manos colocándolas nuevamente donde estaban. Debajo de su vestido.

Se mece hacia delante y ambos gemimos. Mierda, que repita ese movimiento.

Coloca sus manos por detrás de mi cuello tirando de mi cabello y yo coloco mis manos en su culo donde puedo detectar creo que material de encaje. Quiero que haga de nuevo ese movimiento. La empujo hacia mí y esta vez ella gime más fuerte. Yo solo disfruto el placer que recibo de solo estar frotándonos, es increíble.

– Odio admitirlo Rubén... pero ahora mismo te deseo... y mucho.

Enemigos Con Derechos [Rubius] • 1era Temp. •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora