Capítulo 1: El comienzo del desastre

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        Corrí aquella noche como nunca lo había hecho, así mi padre me lo había pedido. Yo no dude en hacer lo que me pedía. Siempre tenía la razón aunque muchas de las veces no opinara igual a él. En cambio, esta única vez no podía opinar ni oponerme sobre el asunto. Primero, no tenía ni idea de lo que pasaba a mí alrededor. Segundo, las pandemias eran cosas del pasado y ninguno de nosotros pensó que volverían a suceder. En 2078 (nuestro año actual) más de 90 años habían pasado desde el último incidente infeccioso que nos involucró a todos. Estados Unidos había asegurado que nos protegería ante cualquier incidente, pero parece que este se les salió de control.

Muchos profesionales piensan que el problema comenzó desde que la tercera guerra mundial se desató. En aquel entonces Donald Trump era presidente de los Estados Unidos. Mi mamá me relató que los latinos sufrieron mucho por culpa de él y sus acciones. Durante el conflicto Donald Trump ordenó a los científicos a crear un arma letal para la siguiente guerra que se desataría en el 2077 y que terminó este año con la derrota americana. Corea, Alemania y Japón se unieron en contra Estados Unidos. Ya Rusia no era parte de bando "amigable" de la metrópolis y por eso, Estados Unidos se vió obligado a usar el arma que creó y que causó la muerte de la mitad de población en Europa y Asia.

Todo el mundo quedó confundido... Las noticias no hablaban, la prensa no investigaba y las organizaciones más importantes de Estados Unidos se mantenían calladas. Lo tenebroso en el momento no era que habían conseguido derrotar a Corea, Alemania y Japón, era el simple hecho de que no dijeron cómo lo había logrado. Hasta ahora que su propia arma los afectó con un emigrante japonés que vino transportando un virus letal capaz de acabar con su víctima en solo horas. Y eso fue lo que sucedió, ahora todos estamos tratando de huir de la cuidad hacia el campo porque como describieron en la radio hace dos semanas,

"Esta enfermedad tiene la habilidad de propagarse con velocidad y causar la muerte instantánea una vez ha alcanzado a un huésped. Mata animales y a seres humanos. Aún no se conoce sobre una vacuna ni un antídoto a ella. Manténganse en casa siempre y traten de no tener contacto con nadie. Se está manejando un protocolo para infectados en todos los hospitales."

Las redes sociales explotaron y las personas comenzaron a unir pistas que poco después la prensa le abrió al público. Surgieron rumores de que el hospital asesinaba a los pacientes que transportaban el virus y ahí fue cuando el desastre explotó y yo tuve que dejar mi casa, en donde mi hermano menor y mi madre estaban contagiados con el virus.

Hoy, dos semanas luego de este último informe reportaron lo siguiente dejándonos con todos los pelos de punta y la piel pálida,

"Apuñalen a los enfermos en la cabeza."

No dijeron ni más ni menos. Mi padre y yo nos reusamos a causarles daño a nuestra familia. Yo al estar tan afligida por el dolor que me causaba saber que parte de mí familia no sobreviviría me fui a mi cuarto y abrí mi computadora. Puse a Beethoven y abrí la página de alguna prensa con información (buscaba alguna solución).

Después de 2 horas, finalmente encuentro información adicional que logró que entrara en pánico...

"THREAT

Anonymus: (Anónimo)

Ok. He estado investigando sobre esto desde hace un día que mi abuela -cuyo nombre ni nacionalidad mencionaré- quedó enferma del nuevo virus inidentificado aún. Yo le digo MHV que significa en inglés Manipulated Hyperactive Virus. (VHM – Virus Hiperactivo Manipulado) No diré mucho solo lo importante de esto y usted decida qué hacer con esta información luego.

Mi abuela murió luego de 7 horas (una muerte bastante rápida). Estuve tan deprimido que la dejé justo donde murió y me fui a la sala a escuchar la radio, pero para mi sorpresa solo dijeron esto:
"Apuñalen a los enfermos en la cabeza."

Yo, hombre de 21 me preguntaba que rayos significaba eso y recurrí a lo más cerca que tenía en ese momento... Mis comics favoritos de "The Walking Dead". No me tardé mucho en reconocer lo que ocurría y se me aguaron los ojos. Mi difunta abuela se levantaría en cualquier momento para darme un mordisco y contagiarme.

Fue cuando decidí por fin, tomar el arma de mí padre y esperar a que mi abuela se levantase. Ahí espere sentado por 12 minutos, cuando de pronto escuché rugidos cerca. La radio seguía prendida y eso causó un impactó más grande en su reacción causando que saliera de su cuarto con gran velocidad.

Yo no estaba preparado para enfrentar aún a mi oponente, pero ella solo tenía las intenciones de morderme con aspecto de animal. Se veía desesperada y te advierto, no er- ."

Mi padre entra en ese momento con lágrimas en sus ojos que no podían limitarse a parar de salir,

"Carla, lo siento... Tu madre y tu hermano. Ellos... Ya sabes."

Caí sentada en el piso tratando de ir hacia él. Lloré y grité aterrada de la situación... Mi gato Christopher entró a la habitación y se acostó junto a mí. Él era muy inteligente y por alguna razón sabía que ya ellos no estarían con nosotros. Mi padre se sentó en la cama.

En agonía solo me quedé mirándolo como si estuviera en un cristal empañado, apenas lo podía ver... Luego, de varios minutos juntos en la habitación recordé lo que leí y me paré enseguida.
"Papá. TENEMOS QUE IRNOS YA. Leí en internet que los muertos están regresando a la vida y que mamá nos morderá y qu-." Mi padre tomó mi brazo.

"Por favor, cálmate. No te creas todo lo que lees por la red, Carla."

Sin parar de llorar me zafé de su mano. Conseguí un par de cosas y las puse en una mochila.

"Carla. No te irás de esta casa. Es peligroso estar afuera." Me pidió.

Lloraba aún más al escuchar eso y comencé a brincar de la desesperación.

Mi papá me cogió y me abrazó para que me calmara, pero yo me continué moviendo para intentar zafarme de sus brazos.

Luego, una figura adicional entró rápidamente a nuestra escena y mordió a papá. Fue cuando entonces él me soltó y la sangre de su cuello cayó sobre mi ropa. Él gritaba por el dolor y la "cosa" que lo mordió continuaba haciéndolo.

"¡Corre, Carla!"

"NO TE VOY A DEJAR." Grité.

"Te amo, Carla." Mi padre cayó al suelo mientras hermano ya despierto fue a destriparlo y sacarle la vida.

"CORRE." Repitió.

El cadáver de mi madre había volteado hacia mí. Su aspecto era difícil de mirar. No tarde mucho en moverme tan rápido como ella lo hacía. Cogí mi bulto y salí corriendo por la ventana. La cerré y la "cosa" que parecía ser mi madre tenía las intenciones de herirme. Yo lloré ahí por unos momentos, dándole el último vistazo a la casa en la que había vivido por los últimos 15 años.

ApocalípsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora