Te Olvidé (Studoc-2doc/Terminado)

III

Las semanas pasaron rápido, y 2D había logrado recordar a Russel y ha Noodle.

—Me alegra mucho que al fin me recuerdes.

Sonrió antes de hablar.
—Igual me alegro el poder hacerlo, Noody —Su actitud dulce cada día era más notorio, excepto con Murdoc con el cual no podía, ya que además de no recordarlo, cada vez que lo miraba un odio surgía de su pecho, provocando una actitud fría e indiferente.

—¿Entonces no quieres acompañarnos a comprar comida? —preguntaba Russel.

—No, gracias. Es que mi cabeza me quiere doler... Pero cómprame una hamburguesa, y que te den doble ración de papas.

Asintió y salió de la casa con la nipona.
—Volvemos en un rato.

—Creo que jugaré un rato —exclamó para sí mismo. Se tumbó en el sofá y prendió su videojuego. Los minutos pasaron y cada vez estaba más concentrado hasta que vio que la puerta se abrió. Se asomó pensando que eran sus amigos...pero no... sólo era Murdoc. Posó su mirada de nuevo a la pantalla.

—¡Pero qué buena tarde! —Entró pensando que no había nadie—; esas prostitutas valieron los 80 dólares —Caminó y notó a 2D que jugaba, tenía tiempo que no lo hacía. Tomó lugar a un lado del menor.
—¡Genial! Pido este control —Le arrebató al peliazul el que sostenía. Si bien sabía de ante mano que él aún no lo recordaba, olvidó que la actitud de éste era totalmente diferente.

—Yo me largo a mi habitación —Musitó y se levantó.

Al escucharlo su cuerpo se tensó. Nunca había sentido la indiferencia del menor...y dolía, debía admitir.
—¿Temes perder? —No quería que se fuera...tenía días, desde el "accidente" que no charlaban.

Se detuvo.
—No, pero yo no me llevo con personas que no son mis amigos... Menos de las personas que me mandan al hospital —Recordó que sus amigos le contaron del cómo llegó a ese lugar.

—Sé que te dije que no éramos amigos, pero vamos, ¿acaso crees que aguantaría tanto a un tonto sino fuera porque me cae bien? Ni por dinero haría eso —En parte era verdad, además de que tenía recuerdos con él...inclusive podía decir que él fue su primer amigo de verdad, el que lo soporto a pesar de su mala actitud que tenía.

—Tú por dinero harías cualquier cosa —giró para verlo—, además, en verdad creo no te caigo bien...es más, creo que me odias —volvió a sentarse en el sofá, mirando la pantalla—. Noodle y Russel me dijeron cómo es que te conocí.

Soltó el control y lo miró.
—Pero tú nunca me odiaste por eso.

—Quizá mi antiguo yo, no —enserio la mirada—, pero ahora sí. No es como si pudiera estar feliz por dejarme en estado vegetativo.

—¡Por Satán, Stu! Eso ya fue en el pasado —Ahora el menor lo odiaba, eso era algo nuevo. Admitía que se sintió extraño.

—Lo siento...pero hasta que no recuerde el "cariño" —de amistad se refería— que te tenía, no seremos capaces de llevarnos bien —Sentenció.

De pronto una voz se oyó a lo lejos.
—¡Llegó la comida! — entró la pequeña japonesa, muy alegre.

—Sí, al fin —Russel cargaba las bolsas.

2D ablandó la mirada, se puso de pie y dejó al bajista.
—¡A comer! —Se dirigió a sus amigos con voz infantil.

—Ten, éste es para ti —la niña le daba su hamburguesa—, con doble ración de papas, como lo pediste.

—Awww, muchas gracias —le revolvió los cabellos a la infante.

Cuando Murdoc salió de sus pensamientos fue donde se hallaban ellos, decidió poner su actitud de siempre...y hacer como si todo fuera a la perfección.

— ¿Y mi comida? —Notó que no estaba la suya.

—Lo siento, viejo. Pero como no estabas, creí que no llegarías hasta mañana.

—¿Entonces que mierda voy a comer yo, Russ?

—Murdoc, no te enojes. Te vas a arrugar más rápido —Bromeó la nipona.

El satanista le dio la razón.

—Ten —el vocalista partió la mitad de su hamburguesa—, puedes comer la mitad de mis papas —no lo miraba.

Su cara fue de sorpresa, alzó una ceja. Debía admitir que se le había hecho lindo lo que hizo el menor.
—Ammm...gracias —Hizo un pequeño mohín.

2D sólo se comportó de esa forma porque sí, no fue nada en especial, al menos no para él.

Todos comenzaron a comer, platicado de cosas irrelevantes, estúpidas y divertidas.