Te Olvidé (Studoc-2doc/Terminado)

IV

Los ensayos eran normales, cada integrante de la banda se limitaba a hacer lo que correspondía. Pronto tendrían un concierto, emocionaba a los cuatro.

—¡Oh, sí! Está genial

—Por supuesto, viejo. ¿Qué esperabas después de tantos ensayos?

—No esperaba menos de ustedes —Se lograba notar su buen humor.

—Ya la próxima semana al concierto —La pequeña Noodle igual que todos estaba con la felicidad en todo su ser—. ¡2D!

—Así es, Noody —prendió un cigarro— ¡Deberíamos festejarlo! — su actitud era la dulce y torpe de siempre, al menos con sus dos amigos—, después de todo es una de nuestras primeras veces en público.

—Buena idea, Faceache —el bajista le escuchó— ¡Alcohol y prostitutas, vengan a mí!

Todos le ignoraron, ya sabían que él era de aquella forma y dijeran lo que dijeran de todas formas llevaría a mujeres, sólo trataban de evitar que la japonesa lo viera. Sin embargo, ella ya preguntaba...ellos se limitaban a decir que Murdoc los llevaba a su winnebago para "platicar".

—Yo prepararé todo.

Y pasaron los días, tal cual como quedó el líder de la banda preparó una fiesta. Música, cervezas, mujeres y algunos conocidos.

—Viejo, mañana es nuestro concierto, no te excedas en la bebida.

—¡Sshhh!... Yo sé lo que debo tomar, gordito —el bajista ya no estaba en sus cincos sentidos. Todo su alrededor le daba vueltas, la única razón por la cual no caía era porque dos mujeres estaban a su lado.

—¿2D? —Habló la pequeña niña, llamando la atención del susodicho— ¿No es malo tomar?

El vocalista dejó su botella de cerveza a un lado.
—Mmm..., sí lo es..., pero no hace daño tomar algunas veces —Sonrió.

Russel se acercó a 2D.
— ¿Te puedo pedir un favor, D?

—Sí, ¿qué necesitas?

—¿Llevarías a Murdoc a que descanse? Es que si sigue tomando tendrá una terrible resaca, y sabes que eso es normal, pero mañana sino se lo podemos permitir.

—No te preocupes, Russ —su voz era dulce — lo comprendo, pero...

—¿Pero? —esperó a que éste le dijera.

—¿No es difícil llevarlo hasta su winnebago?

—Ese el otro asunto —posó su vista en el satanista el cual estaba cantando, muy mal, por cierto —, tu habitación es la más cercana... Así que yo pesaba en que le dejaras quedarse ahí.

Admitía que la idea no le pareció, ¿por qué debía compartir su cuarto con Murdoc?

—¿D?

—¿Eh? sí...por mí no hay problema.

—Gracias, viejo —le dio un leve golpe en el hombro —. Ahora a ir por él —fue hacia donde estaba Murdoc —permiso, permiso — pasaba entre los invitados, seguido de él iba Stuart.

El bajista sintió como una mano lo tomaba y lo jalaba por las escaleras.
—Russel, Russel...yo aún quiero festejar por mañana —lucía feliz, más hablador de lo normal.

—No, tú ya debes de ir a dormir, ya es tarde.

—Pero si hasta Noodle sigue aquí —vio a la pequeña sentada en el sillón jugando con un gameboy mientras disfrutaba de un refresco.

—Igual, ya casi la mando a descansar —agarró el brazo del verdoso, poniéndolo en el cuello del peliazul —. Bueno, D' es todo tuyo. Yo por lo tanto haré que los invitados se vayan.

—Sí —comenzó a caminar con el satanista. Fue difícil llegar hasta su destino, pero lo logró. Lo dejó caer en su colchón y se dispuso a salir.

—2D — Murdoc le tomó de la muñeca.

—¿Qué quieres? —de nuevo estaba ahí su voz indiferente.

—Te extraño.

Se quedó callado por unos segundos. No supo por qué pero su corazón latió más rápido, era como si una parte de él hubiera recordado algo.

—No te vayas —trató de levantarse de la cama—. No me gusta tu i-indiferencia.

—Deja de hablar, Murdoc. Andas muy borracho.

—Puede que tengas razón y éste un poquito excedido...pero los niños y los borrachos siempre dicen la verdad —lo miró a los ojos.

—Basta, Murdoc —aquel odio que le tenía desde el día que despertó en el hospital, estaba desapareciendo, siendo sustituido por algo que desconocía.

—¡No!, quédate...no me dejes solo, Faceache. ¡Mierda! ¿Qué no te das cuenta que te quiero, idiota?

El cuerpo del peliazul se movió sin darse cuenta, al abrir los ojos notó que estaba besando al bajista.