-PESADILLAS-

Capítulo 3

La música comienza, las luces brillan, las risas llenan mis oídos y el show da inicio...

El brillo de los reflectores me ciegan, la música suena tan fuerte que me aturde, mi cabeza da vueltas sin parar y puedo sentir como mi cuerpo se balancea sin lograr obtener un punto de equilibrio, trato de sostenerme de cualquier cosa pero no consigo apoyarme en ningún objeto, trato de abrir mis ojos pero las luces me lo impiden por completo, los cierro con fuerza e intento buscar una salida pero no sé en qué dirección ir, comienzo a desesperarme a sentir como el aire desaparece en mis pulmones además de náuseas ...creo que... creo que voy... creo que voy a ... vomitar... y así es, mi estómago se contrae haciendo que el vómito suba por mi garganta y sea expulsado por mi boca, mi ojos se llenan de lágrimas nublando mi vista. A los pocos segundos mi cuerpo puede conseguir estabilizarse nuevamente, el aturdimiento comienza a desaparecer y puedo notar que ya no hay luces ni risas la música sigue sonando pero es bastante suave y suena alejada, el sonido de una máquina de gas suena justo detrás del lugar en el que me encuentro de pie y una débil luz ilumina sobre mi cabeza no es muy fuerte pero puedo ver como el color verde del gas se esparce en el aire, cada vez acercándose más a mí, doy unos cuantos pasos hacia atrás antes de chocar contra una pared fría, corro lejos del humo pero estoy encerrada en cuatro paredes, su color es inquietante es bastante espeso, cubro mi nariz para no inhalarlo pero no sirve de nada ya que a los pocos minutos mi cuerpo comienza a pesar y mi vista comienza a tornarse oscura, hago mi mayor esfuerzo por mantenerme despierta pero mis piernas no aguantan más y el peso de mi cuerpo se estampa contra el suelo, ninguna de mis extremidades responde pero mis párpados siguen un tanto abiertos, escucho el sonido de una puerta abrirse y siento unas manos frías tomarme por las muñecas levantando mi cuerpo, pero finalmente mis párpados se cierran por completo.

Recobro el conocimiento de golpe me despierto agitada y cubierta de sudor, cuando observo mi alrededor me doy cuenta de que mi cuerpo se encuentra atado a una silla con una soga, estoy completamente inmóvil, el lugar en el que estoy es bastante frío, y solo se ve dos luces en el techo de la habitación que iluminan un camino hacia una puerta que se abre lentamente en cuanto pongo mi vista sobre ella, primero veo una silueta ancha y de vestimenta holgada con una cabellera alborotada en un peinado que sería cómico si no me encontrase amarrada y encerrada en una habitación, da dos pasos al frente aun ocultándose en las sombras mientras cierra la puerta tras su cuerpo, comienza a caminar con pasos cortos y lentos, sus ojos analizan mi cuerpo y mi rostro, cada detalle, cada parte, intento mantener mi expresión lo más neutra posible no quiero demostrarle miedo, aunque me cuesta respirar. En cuanto la luz me deja ver su rostro mi sorpresa es extrema, es... es un ... es un maldito y horrible payaso, si existe una cosa que pueda detestar en el mundo son esos asquerosos seres que me han atormentado desde niña, sus sonrisas espeluznantes y sus ojos acosadores no provocan en mi más que escalofríos, este es diferente más siniestro más aterrador sus ojos son enormes y amarillentos, sus facciones son marcadas y decrépitas, tiene una enorme nariz roja que no es más que un pin pon roto a la mitad, su sonrisa parece tener cientos de dientes amarillos, afilados y cubiertos de manchas negras que solo me provocan repulsión, en sus manos lleva un bate, un bate de béisbol su madera se denota vieja, maltratada y casi putrefacta.

Su cuerpo se inclina hacia mí, dejando a escasos centímetros su perturbante rostro, su sonrisa se hace mucho más amplia haciendo que sus ojos se cierren un poco, pasando un dedo por mi cara lentamente inclina la cabeza hacia mi derecha como si analizara cada uno de mis movimientos, las lágrimas descontroladas resbalan por mis mejillas dejando un camino húmedo. El cuerpo del payaso que se encuentra casi contra mí se estremece poco a poco en una risa a ahogada y aterradora, cierro mis ojos con fuerza y trato de calmarme pero comienzo a temblar, estoy aterrorizada no entiendo que es lo que me va a pasar, esto no puede ser real... no lo es, no lo es, no lo es, ¡NO LO ES! ...

Salto y quedo sentada, me toma un momento darme cuenta que estoy en el suelo de mi habitación las sábanas junto con las mantas están tiradas por todo el suelo, maldición... esto está cada vez peor... el reloj marcan las 3: 28 am... las pesadillas nuevamente vuelven a atacar...

  -NG