Capítulo 5

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Un pequeño suspiro le dio tranquilidad a Leonardo. 

Giro finalmente el picaporte y entro escuchando el leve rechinido de el metal sin engrasar. 

Lo vio alli sobre su hamaca durmiendo, pero en su rostro aun había algo de enfado.

Se acercó a pasos cortos y tomó los extremos de su cobertor para retirarlos lentamente y hacerse entre ellos, encimandolo.

Rafael se movió levemente y abrió uno de sus ojos al sentir su peso tan cerca.

R: hn... ¿huh?

L: Hola~

R: Qu... ¿Leo?

R: ¿que crees que estas haciendo?

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R: ¿que crees que estas haciendo?

L: Solo vuelve a dormir.

Leo lo abrazo comodamente de la cintura y apoyo su cabecita en su pecho.

R: Me gustaría poder   -///-

L: mn~

R:  . . . Que fue lo que paso con eso de ¨No podemos estar juntos en casa Rafa, es muy arriesgado, y podrían llegar a vernos..¨ 

L: Son las tres de la mañana, todo el mundo esta dormido, ninguno se dará cuenta de que deje mi habitación por unos cuantos segundos.

R: ah... solo unos cuantos segundos...

L: si, no voy a estar aqui el resto de la noche.

R: ya lo se... pero me gustaría mas un par de horas, es todo.

El líder miró sus cositas regadas por el suelo mientras pensaba algo travieso escuchando ese latido tierno de su corazón acelerándose cada vez mas. El cuarto estaba inundado del olor de Rafael y ese único sentido comenzó a dominar en el cuerpo del mayor, siendo casi inevitable poder contenerse a lo que pasaría después.

Rafael le acaricio su cabecita con delicadeza y iba cerando sus ojos despacio algo mas tranquilo que la noche anterior. Pero el aun despierto chico de la selva miro al suelo tomando una decision.

Su mano se deslizo por el pecho marcado y fornido de su pareja. 

Retiro su pejilla de sus pectorales y ocultando su vista le dejo un tierno beso en el plastron, el cual sobresaltó levemente al de rojo e hizo que susurrara su nombre.

R: uh.. Leo.

Él lo miró con cierto rostro espectante y mantuvo su postura anterior para no arrebatarle calor.

R: ¿solo estas aquí por lo que dije?

L: Estoy aquí porque quiero.

Le regaló una de sus más lindas sonrisas y le acaricio sus brazos fuertes.

Leonardo volvió a ocultar su cabecita en el tórax de su amado gruñón para detallarlo a fondo.
Parpadeo unas cuantas veces y por causa del instinto le planto otro cálido beso sobre el corazón...

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⏰ Última actualización: Jun 05, 2016 ⏰

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