Estoy delante del espejo mientras Miranda, una mujer de unos 40 años con el pelo castaño y los ojos azules, me trenza el pelo con cuidado, aunque ella sea una esclava del bando enemigo, creo que es la única persona a la que le permitiría tocarme el cabello.
Me encuentro con mi propia mirada en el espejo, pero rápidamente la desvío.
-Tienes unos ojos preciosos - me dice Miranda que se ha dado cuenta de mi reacción.
-Gracias, te ha quedado muy bien- digo mientras me fijo en mi pelo, es rubio con un tono anaranjado.
Me levanto y cojo la lentilla que me pongo en mi ojo verde para que ambos sean azules.
- ¿Porque te pones eso?-pregunta
- Como princesa de Asfalis tengo que estar perfecta -digo.
-Lo único que consigue la perfección es estropear tu belleza.
-Si me disculpa, tendría que vestirme -digo, y ella sale de mi habitación para dejarme a solas.