Capítulo 4

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Mojé la galleta en el chocolate caliente que había preparado Harry y me la llevé a la boca. Alcé la mirada y miré a Harry, que miraba la televisión sin mucho interés.

-¿Tengo que ir al instituto así?-pregunté al terminar de masticar la galleta. Harry desvío la mirada hacia mi rostro.

-Apenas te quedan tres meses de clase, Rachel.

-El médico dijo que tenía que guardar reposo.-reproché mojando otra galleta en el chocolate.

-Rachel.-dijo alargando la última sílaba de mi nombre.

-Está bien, está bien...-murmuré y puse los ojos en blanco.

-Bueno, puedes faltar hoy. Aunque no deberías, ayer no fuiste a clase tampoco.

-Voy a suspender el curso de todas formas.-me encogí de hombros.-Dylan y los otros del grupo no terminaron los estudios... no sé qué harán cuando tengan que buscarse un trabajo en condiciones.

-¿Y piensas rendirte y no intentar aprobar el curso?-preguntó Harry.

-No, pero...

-Si quieres puedo ayudarte en lo que necesites. Siempre se me han dado bien los estudios.

-No hace falta. Yo también soy buena pero queda poco tiempo.

-Tienes tres meses para enmendar tu error. Otras personas no tienen tanto tiempo.

Me encogí de hombros y mastique la galleta en silencio. Desvié la mirada hacia el ventanal que había en el salón para luego mirar a Harry.

-¿Cuántos años tienes?-le pregunté estirando los brazos sobre la mesa.

-Tengo 19.-me respondió pegando la espada en el respaldo de la silla.

-Que mayor.-murmuré mordiendome el labio inferior.-Yo en diciembre cumpliré los 18.

-Tú también eres mayor.-dijo riéndose disimuladamente. Bebió un poco de chocolate y ladeo la cabeza.-Cuéntame algo sobre ti.

-¿Algo sobre mí?-me señalé con el dedo índice.-¿Que quieres saber?

-Como era tu vida antes de conocer a los del grupito de Dylan.

-Era una vida normal. Tenía mis mejores amigas y un chico especial.-las mejillas comenzaron a arderme y supe que habrían adquerido un color rosado, hablar de un chico especial delante de Harry me ponía nerviosa.-La relación con mis padres siempre ha sido misma, no hay mucha comunicación. He tenido que buscarme la vida desde temprana edad, la suerte es que mis padres son adinerados, por lo que ni tuve ningún problema.

-Interesante.-comentó Harry.

-Cuéntame algo tú.-le pedí apoyando los codos sobre la mesa. Casi habíamos olvidado que la televisión estaba encendida.

- Nací en Gran Bretaña, pero me mudé por cuestiones de trabajo de mi padre. Acabaron divorciandose y decidí quedarme con mi madre, por lo que volví a Cheshire en Holmes Chapel.

-¿Qué te hizo volver?

-A mi padre le salió un tumor y decidí mudarme con él. En ese tiempo conocí a buenos amigos, me gustaba más que cuando era pequeño y bueno, me quedé aquí a vivir.

-¿Y tu padre?-le pregunté.

-Murió a los pocos meses.-dijo, y fue bajando la voz a medida que hablaba.

-Lo siento, yo...-empecé pero no supe como acabar.

-No pasa nada.-sonrió y yo le devolví la sonrisa con cariño.

-Y bueno... ¿que sueles hacer en tus ratos libres?

-Canto o juego al golf.

-Cantame algo.-pedí haciendo pucheros.

-Ni hablar.-se rió. Abrí mucho los ojos y le lancé una mirada asesina.

-Me cantarás de todas formas algún día. Y prometeme que cuando me recupere me llevarás al campo de golf e intentaras enseñarme.

-Lo intentaré.-dijo con una sonrisa.-Y dime, ¿qué solías hacer antes de saltar por las ventanas?

-Bailaba.-sonreí, pero al momento borré aquella sonrisa.

-¿Y por qué dejaste de hacerlo?

-El grupo...-intenté evitar el contacto visual con Harry, me sentía avergonzada. Había dejado muchas cosas atrás por culpa de Dylan y los demás.

-Ya no estás en ese grupo, por lo que me tendrás que bailar cuando te recuperes.

-Solo si me cantas una canción.

-Está bien.-asintió.-Pero no ahora, ¿eh? Te quedarás con la duda.

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-Ayudame, anda.-me reí.

Harry se levantó del sofá, y se colocó a mi lado.

-Podrías habérmelo pedido antes, mira que levantarte...-sacudió la cabeza para colocarse los rizos y al verle sentí la necesidad de hacerlo yo.-¿Qué es lo que pasa?

-Quería leer ese libro.-le dije mirando hacia arriba en la estantería.

-Y encima escoges el que está más lejos.-Harry se rió en silencio y alargó la mano para coger el libro. Observé como sus dedos aferraban el libro y lo sacaban de la estantería.

Lo agarró con ambas manos y miró la portada con sorpresa.

-No sabía que seguía aquí.-murmuró y me miró a los ojos todavía sin poder creerlo.

-¿Qué pasa?-pregunté acercándome a él.

-Este es el libro favorito de mi madre... debí llevarmelo sin querer cuando me mudé...-aferró el libro contra su pecho.

-¿Tu madre esta...?-no me atrevía a acabar la frase.

-No. Cuida bien el libro por favor.-dijo y me lo dió no muy convencido.

-Lo haré. Siempre lo hago.

Harry se alejó en silencio y supuse que iría a su habitación. No sabía si debía ir tras él y ver lo que le pasaba. Coloqué el libro sobre la mesa y me ayude de las muletas para caminar.

Al llegar a la habitación de Harry le encontré llorando sobre la cama tapado con las sábanas.

-Harry...-susurré y me senté junto a él. Aparté las sábanas y le abracé.-Por favor no llores.

Me devolvió el abrazo con fuerza, incluso creí que iba a axfisciarme.

-Hace tanto tiempo que no la veo... Sé que me oculta algo, Rachel. Y me temo lo peor...

Acuné su rostro entre mis manos.

-No tiene porque ser algo malo, Harry.-intentaba calmarlo, pero él seguía temblando. Limpié las lágrimas de su rostro.

-Necesito verla.-siseo. Me miró y frunció el ceño.-Saldremos la semana que viene, cuando te quiten ese yeso.

-¿Qué? No. Yo no voy a ir Harry, no voy a dejar que gastes más dinero.

-Tienes tu tarjeta de crédito.-murmuró.

-Sí...

-Paga la mitad.-propuso y no era mala idea.

-Harry...

-Por favor.-me cogió las manos y se las llevó a los labios, besándolas.

-Está bien.-susurré y Harry me abrazó con alegría.

Teenage Dream (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora