"Vida amorosa inexistente".

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Bruno fingió que no me conocía durante la media hora de detención.

Solo quedaban cuatro horas y media.

Bueno para mí y otros que tenían el castigo más alto.

Yo ya había acabado de hacer los deberes para el siguiente día; solo era uno, por suerte.

Victoria se fue cuando se cumplió las dos horas, no sin antes robarle un beso a Bruno.

El director suspiro cuando Victoria salió por la puerta.

El resto; unos cinco se quedaron porque tenían el castigo de cinco horas.

¿Y yo que había hecho para merecer esto?, bueno una buena broma de principio de clase.

-Fue un cliché, pero muy bueno, Ivanova.- por fin Bruno me habló.

Siempre desde tercer curso cuando hacía bromas, solía felicitarme.

"Bien hecho"
"Fue genial"
"¡¿Viste cómo se orino de verdad?!"
"Eso fue épico, lo haré el próximo año"

A lo que yo le respondía:

-Lo tuyo no estuvo mal, aunque pudiste hacerlo mejor.-dije.

-¿Recomendaciones?.- preguntó .

-Cuídate, mi hermana sale lastimada y será lo último harás.-encontré sus ojos, grises, casi podía ver mis ojos verdes en ellos.

-Lo haré.-río.

No era nada raro que Bruno jugara con  las chicas, sino lo hacía, enamoraba a una y al siguiente mes la humillaba.

Tenía una forma muy peculiar de dejar a las chicas.

Esperaba que Bruno cumpliera con su palabra.

Las siguientes horas pasaron muy rápido. Trate de dormir en el pupitre pero fue imposible, no dejaba de pensar que haría cuando llegara a casa.
Tenía que ir a pie o en autobús.

Por suerte creo. . . . .encontré a Jason en el estacionamiento.

-¿Hey preciosa te llevo?.- aunque tenía muy mala reputación, era un chico que desde años esperaba que yo cayera en sus encantos, y conmigo sabía ser encantador.

-Bueno.-le conteste de mala gana, aunque no quería ir en bus, tampoco me emocionaba la idea de ir con él.

-¿Cuántas horas hoy?.- pregunto cuando me senté en el asiento de copiloto.

-cinco.- mire por la ventana.

Vi la camioneta de Riddle, una Ford negra, Victoria estaba encima de alguien que tenía que ser Bruno, y lo besaba con lujuria, me daba asco.

-Oh, todos ya saben que ellos están  juntos, su relación será interesante.-Jason miraba a Victoria con determinación.

-Bueno, Victoria es una chica que  no quiere nada serio, pero sí se enamora de Bruno estará acabada.-dijo, y pensé en cómo Victoria tiraba a sus novios como si fueran basura.

-No sólo es ella, es el mundo. Si las personas se enamoran están acabadas..-respondí mandando una indirecta.

-No, si es de la persona correcta.- me miró como si fuese lo más hermoso.

Sonreí, que ingenuo era.

Apenas dije palabra cuando me enteré que habíamos llegado.

Pensé salir y despedirme, lo más rápido posible pero Jason no lo quiso así.

-Espero que este año si me des una oportunidad.- sentí pena por el.

-Ya te lo dije, solo me conquistaras con una biblioteca como la de Bob Esponja.-intente hacer un guiño, fallé.

-Y yo te dije que ese sería mi regalo de bodas.-hizo una pausa.-Sabes que me encantas, quiero una promesa..

-No estoy preparada.-interrumpí.

Situó sus manos junto a las mías, las aleje.

-Se que es muy precipitado, pero  necesito que me prometas que pensaras en ser mi enamorada este año, te haré feliz lo prometo.-para ese momento mis manos estaban entrelazadas con las de él y ni siquiera supe como mis manos fueron a parar con las suyas.

-Hace mucho frío.-saque mis manos  y las lleve junto a mi boca.

-Solo te pido que lo consideres.-fijó su mirada en el parabrisas.

En ese momento llego Riddle junto con Victoria, se despidieron pero aun así Bruno no se fue.

-Creo que está esperando a que me vaya.- Jason parecía desanimado  por mi falta de sentimientos hacia el.

Jason vivía insistiendo que fuera su novia pero mi vida amorosa no existe, al menos que leyendo, mis protagonistas se enamoren.

-Debo irme.-dije.

Espere a que Jason hubiera acelerado para ir a la camioneta de Bruno.

Debía de decirle, no yo debía amenazarlo de muerte.

-¿A qué esperas?.-fue lo primero que se me ocurrió decir.

-Estoy cuidando a mi nueva cuñada, nadie puede lastimarte.-dijo sarcástico.

-Deberías ser tú el que se tenga que cuidar.- lo desafíe.

Bruno solo me miraba como si le resultase gracioso todo aquello.

-Kylie..tu hermana es una puta, y tú lo sabes.....debes decirle a ella que se cuide porque yo no le ruego a nadie, son ellas las que vienen a por mí. Son un pasatiempo pero no lo entienden por eso terminó con ellas.

No lo aguante y le di un puñetazo con mi mano llena de anillos en el lado derecho del rostro.

-¡Puta! ¡Si los hombres tuvieran una palabra para catalogarlos como Putas! ¡Tú serías uno de los primeros en utilizar esa palabra!.-solté.

Salí de su camioneta, mientras Victoria regresaba  con otra ropa diferente.

Persiguiendo al RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora