Aventurandome al bosque de mi interior, donde esa parte mía tan pesimista y melancólica se ve tan reprimida y exiliada al verte y por más que me abandoné a mi mismo y deambulé por las calles por las que siempre pasas no puede evadirse lo que se quiere con tanta ternura, alguien qué se impregna a cada rincón de la noche, haciendo de la más tranquila de ellas; una vorágine de besos y caricias anheladas.
Y así pasa mi tiempo ausente, recordando ese lindo y tibio lugar, saboreando mis recuerdos de tu aliento y el aroma tan único, sobrepuesto sobre mí y sobre el tiempo. Haciendo cada minuto más largo hasta no verte sonreír, hasta no entender tus miradas sobre mí y preguntarte "porque me miras así".