5. Tiene sus días de lluvia

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Hay demasiadas cosas que me encantan de Splendid. Y, sin duda una de ellas es que él llore. No me gusta verlo llorar, no me gusta verlo triste, pero, al hacerlo, me recuerda que es una persona, que es alguien vivo, con sentimientos. Él tiene aspiraciones, tiene sueños, tiene emociones. Sé que nunca las expresa bien, sé muy bien que él batalla para que los demás sepan lo que quiere transmitir, y llorando puede transmitirlo todo bien.

Me gusta recordar que estoy enamorado de un ser con un corazón puro y no de un alma fría sin sentimientos que nunca ha derramado una gota.

¿A qué viene esto? A que lo vi llorar por estar leyendo por enésima vez Crepúsculo. No entiendo porqué sigue llorando si ya ha leído ese libro mil millones de veces, sinceramente.

Lo vi pasar por el parque mientras sostenía uno de los libros de su saga favorita y estaba moqueando, no tardó mucho para romperse en llanto. Es encantador. Es una novela bien cagada pero igual le encanta leer esas páginas una y otra vez.

Todo ese día no hablamos, la única vez en la que coincidimos fue donde dije anteriormente.

Tampoco lo vi por toda la siguiente semana.

Sinceramente, estoy jodidamente preocupado. Le pregunté a Flippy y a Flaky, que son con los que más se junta, sin embargo no tienen idea alguna. Debe estar grave el asunto para que Flippy dijera que hasta su segunda personalidad está preocupado por Splendid.

¿Pasó algo?

Debería ir a verlo, ¿no? Pero, sinceramente no quiero meterme en su casa así como así, gritando "Oye, huevón, saca tus bolas de la cama y ve a salvar personas." Sería demasiado grosero de mi parte.

Aunque, bueno, no es como si debiera usar exactamente esas palabras, pero por ahí van los tiros.

Me senté en un banco del parque, miré mis zapatos y me quedé pensando.

¿Qué debería hacer? Más bien, ¿debería hacer algo? ¿qué pasa si Splendid no quiere ver a alguien?

Maldita sea, no sabe cómo me pone ese imbécil. Nunca me preocupo así por alguien al extremo de pensar que yo podría ser una molestia, usualmente me la suda y hago lo que me de la regalada gana.

Pero, se trata de él.

¿Por qué me tiene que gustar? Es un idiota con todas las letras, pero igualmente estoy enamorado de él.

Bien, bien, no más vueltas al asunto, Splendon't, concéntrate.

Me levanté de donde estaba y sin más preámbulos fui a la casa del idiota. Entré sin más y grité su nombre, no hubo respuesta y comencé a sudar de los nervios.

¿Dónde estás?

Apreté mis manos en puños y me adentré más en el hogar ajeno, volví a llamarlo y solo escuché un sollozo que provino de alguna de las habitaciones.

Caminé hacia la habitación de donde oí los sollozos, se trataba del cuarto de Splendid. Abrí la puerta sin sigilo alguno, no es como si fuera una operación secreta y él no tuviera que saber que estoy ahí, al contrario, quiero que sepa que estoy ahí para él.

En cuanto escuchó algo volteó con rapidez hacia el marco de la puerta, en cuanto me miró se hizo un ovillo entre sus sábanas.

- Vete. - Ordenó con una voz débil, quebrada.

Ahí fue cuando en verdad me preocupé. Sí, antes también, pero el tan sólo escucharlo así me dejó sin palabras, me dejó con ganas inmensas de darle un abrazo.

Fui hasta la cama, agarré de un extremo las sábanas y lo destapé. Me volteó a ver de mala gana, moqueó antes de pronunciar alguna palabra.

- Te dije que te fueras.. - Agarró una de sus almohadas y se la puso en la cara, no creo que él quiera que lo mire así.

- ¿Qué pasó? - Fui al grano, no voy a invitarlo a un té, hablar de mil cosas y luego preguntarle qué carajos pasó. No, señor, que las cosas las quiero saber ya.

- ¿Qué te importa? - Respondió seco, con aparente molestia.

- Me importa bastante, imbécil. - Si él se iba a poner agresivo yo también.

Sólo que obviamente no me iba a pasar. Tengo que hablarle de un modo ser dulce. Él está mal, la agresividad no va a servir si lo que quiero es que me hable.

- No, no te importa. - Dijo aún tapándose.

- ¿Por qué asumes eso? Splendid, claramente me importa. - Joder, me masturbé pensando en él y llevo ya un buen tiempo queriendo llamarlo mi novio para que me salga con que no me importa.

- Porque es la verdad. - Destapó su cara, tenía la nariz y los ojos rojos, con lágrimas desbordándose por sus mejillas y, aunque sonará asqueroso, algo de mocos.

También apestaba, ¿cuándo fue la última vez que se bañó?

Di un suspiro, me senté a su lado, tomé la cobija que le había quitado y le acerqué una parte a su cara, quería limpiarlo.

- Quítate. - Ordenó mas no hizo acción, por lo que opté por comenzar a limpiarlo.

- ¿Qué pasó? - Pregunté calmado cuando terminé. Él ya había parado de llorar y solo me miraba mal desde su lugar.

- ¿Qué haces aquí? - En vez de responder me hizo una pregunta, joder.

- Porque llevo rato sin saber nada de ti, ¿sabes? Y, en verdad estoy preocupado. - Dije dando un suspiro.

- Por favor vete. -

Splendid miró a un lado y puso su mano izquierda sobre uno de sus ojos, supuse que estaba limpiando algunas lágrimas que amenazaran con salir.

Volví a suspirar, le tomé la mano derecha y susurré su nombre, él me volteó a ver y simplemente no supe qué decir. Se veía completamente indefenso, por primera vez sentí en verdad la necesidad de proteger a alguien.

- ¿Soy un inútil? - Me preguntó y nuevamente se le quebró la voz. No supe qué contestar por algunos segundos.

- No, no del todo. Todos de algún modo somos incompetentes, Splendid. - Respondí mirándolo con calma.

- ¿Pero qué pasa cuando eres tan inútil al grado que ya no quieres hacer nada más porque sabes que lo vas a arruinar? ¿Qué pasa cuando eres un simple juguete al cuál pisotear y después olvidar y abandonar? Splendon't.. -

No necesitó decirme más para que yo pudiera comprender todo.

- ¿Quién te dijo algo? - Moví mi mano de la ajena para pasarla por su cabello, dándole un suave roce.

- Splendon't, ¿qué pasa entonces? - Ignoró por completo mi pregunta y cuál niño pequeño insistió en saber la respuesta de las suyas. Di otro suspiro.

- Sigues intentando, de tantas veces fallar en alguna entenderás lo que hiciste mal y no lo vas a volver a repetir. - Le seguí acariciando el cabello. - Si eres un juguete, lo que haces es encontrar personas que no traigan algo tóxico a tu vida. - Pasé mi mano por su mejilla y mi pulgar por debajo de su ojo, le estaba limpiando unas cuantas lágrimas más que soltó.

- ¿Tú me vas a pisotear y abandonar? ¿Soy un juguete para ti? - No entendí a que venía eso, pero no podía limitarme a no responder.

- No, porque eres la persona de quien estoy enamorado y no podría ser capaz de hacerte algo así. -

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No, no morí, jejox. ;)

Editado el 12/11/2023 ^^

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