***Capitulo 3

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Ya habían pasado tres días del encontronazo con el tipo en la calle y ni si quiera había pensado en ello, lo cual era bastante bueno. En lo que si había pensado era en la casa de mis abuelos. Es que no se me iba de la cabeza, tenía muchas ganas de volver, pero quería ir con María, ella no le tiene miedo a nada y se que encontraríamos cosas increíbles. Pero mi padre no quiere que vuelva si no es con él...
Al final hemos dicho de ir la semana que viene, pero lo dudo ya que es la semana que empiezo el colegio, fin del verano. Mientras hablo con María por whatsapp mi padre se acerca
—Clara, voy a la casa -mis ojos se abren como platos y no creo lo que me esta diciendo.-He encontrado un comprador.
Mi cara ya se desfiguró totalmente e hice una mueca de incomprensión.
—Necesito ayuda, tenemos que limpiar y vaciarla entera.
—Vaya, me pillas de sorpresa, ¿ni si quiera vamos a ver a los clientes primero? Me gustaría asegurarme de que son lo suficiente buenos para la casa...
—Lo son Clara, son amigos míos -mi padre hablaba en serio. Se trataba de la familia Watch, ingleses de origen, bueno en realidad se estaban mudando a España ahora, y al ser una familia grande necesitaban un caserón. La casa de mis abuelos era perfecta.
—Todavía no pueden, están con mucho lío con la mudanza. Pero la semana que viene los he citado a casa como juntada personal, son encantadores ya verás. Además tienen varios hijos que podrás conocer.
—Bueno, confió en ti...-claro que lo hacia- ¿Vamos?
Estuvimos en esa casa horas, encontramos cosas increíbles y nos ensuciamos hasta las pestañas, terminamos cansadisimos así que mi  padre me invito a cenar afuera despues del trabajo duro.
Esa semana volví a empezar las clases y no hubo nada interesante, más bien lo de siempre al inicio de clases, depresión y vagancia. El viernes siguiente era el día que venían los clientes a cenar a casa, así que mi padre y yo preparamos todo e hicimos una cena espectacular. Antes de que llagarán los Watch mi padre me dio una cajita envuelta en un papel dorado.
—No aguantaba más sin dártelo, se que todavía faltan unos días para tu cumpleaños pero quería que te lo pusieras.
¡Me había olvidado! El domingo cumplía 17 años. Recibí la cajita que me dio mi padre y le quite el envoltorio, entonces dí con una caja de madera bañada en barniz, al abrirla había un anillo de plata con una piedrita color verde azulado
—¡Me encanta! ¿Era de mama?
—No, lo encontré el otro día en casa de los abuelos, era de tu abuela y lo saque especialmente para ti, crei que te gustaría.
Abrace a mi padre y susurre 'gracias' al oído, el timbre de la casa nos interrumpió. Eran los Watch.

—¡¡Michael!! ¡Que alegría amigo! -se abrazaron y todos nos saludamos con dos besos. Eran 4 hijos, dos chicas y dos chicos. Kate, Annie, James, Fran y Lauren que era la esposa de Michael. Kate y Annie eran mayores que yo, de 19 y 18 años, James 20 años y Fran el mellizo de Annie, 18 también. 
—Ella es mi hija Clara -mi padre me presentó, lo cual hizo que todos me miraran.
—Clara... Eres igual a tu madre, preciosa. -dijo Lauren casi emocionada, ella y mama eran muy amigas por lo que me han contado.
—Si, preciosa... -repitió mi padre
Yo algo sonrojada sonreí y se lo agradecí asintiendo.
Antes de cenar estuvimos en el salón charlando, hable con las chicas, que fueron muy simpáticas, y también con James, un cago de risa. Con quien menos pude conversar fue con Fran, por pura vergüenza porque era muy atractivo. Era bien moreno de piel y castaño de pelo, un poco rizado y algo levantado delante . Unos ojos marrones y profundos, unas facciones bien masculinas y un trazado de pecas recorría sus pómulos y nariz. Tontamente se me vino a la cabeza imaginarme con el, el castaño y yo rubia, el ojos verdes yo azules, el el pelo ondulado y yo liso. Era una tontería pero me entretuve haciéndolo.
De repente Fran se sienta a mi lado y me susurra al oído
—¿Tengo algo en la cara?
¿Qué? No entendía no pizca de la pregunta, ¿me lo dira en serio o se está burlando de mi?
—Eeh... No
—Ah es que pensaba que se me había quedado algo entre los dientes como me mirabas...-dijo casi avergonzando se al instante- perdón, no he querido decir eso, lo siento de hecho mejor me voy
Se levantó y se fue. Vale. No estaba entendiendo mucho la situación pero me quede inmóvil un segundo y después lo seguí. Se había ido a la cocina. Sigilosamente me asome por la puerta para verlo y vi que estaba con un vaso de agua y unas pastillas en la mano. Me hice creer que sería una aspirina o algo parecido. Entré a la cocina y dije
—Hola.
Fran se asustó y dio un salto haciendo que las pastillas se cayeran al suelo.
—Perdón no quería asustarte -avance unos pasos y le recogí las pastillas del suelo. Él seguía inmóvil en su sitio-.
—¿Te encuentras bien? -dije refiriéndome a las pastillas.
—Si, es sólo dolor de cabeza, desde que salí de mi casa en Inglaterra no para de girar.
No pude evitar sonreír.
—Bueno cuéntame como es la casa nueva, yo todavía no he entrado. -dijo el.
—Pues... -hice una pausa- es increíble, enorme y con un montón de habitaciones, el jardín es gigante y precioso, además la casa tiene un encanto especial. Yo me he criado allí y la adoro. Sólo que ahora lleva 4 años encerrada y está de polvo hasta arriba. Bueno estaba, mi padre y yo la limpiamos para vosotros.
Fran me miraba a los ojos, lo que me ponía bastante nerviosa, pero adoraba que lo hiciera, me transmitían mucha paz.
—¿En serio? Pues gracias señorita -se rió- yo creo que nos va a encantar, por lo menos a mi padre le gusta y tenemos gustos parecidos...
—Yo también lo creo. Háblame de tus hermanos, ¿te llevas bien con todos?
—Si... Mis hermanos. Me llevo genial con todos. Sobretodo con Annie. Ella es mi melliza y somos como mejores amigos. Nos contamos todo y siempre puedo contar con ella para lo que sea y ella sabe que siempre la voy a apoyar. Obviamente con Katy y con James también somos muy unidos, en realidad los 4. Somos una gran familia, James siempre ha sido un hermano mayor increíble, cuando éramos pequeños me ha cuidado como un padre, y a Annie también. Y Katy como una madre. O sea que no me puedo quejar... -yo ya estaba que rompía a llorar de emoción pero me controle lo mas que pude y me límite a asentir-.
—Me alegro mucho, desde luego tienes mucha suerte...
—Si... ¿tu tienes hermanos?
Esa pregunta me dio en el corazón
—No. Mi madre estaba embarazada de un niño cuando murió así que... Se perdieron los dos. -ahí si que se me empañaron los ojos, era extraño yo nunca lloraba, y menos por lo de mi madre, era algo que tenía muy asumido y llorar me parecía una pérdida de tiempo, de echo prefería reír y amar a la madre que tenía en el cielo. Pero ¿por qué si que quería llorar con Fran delante?
—Lo siento Clara -era un momento incómodo.
—Esta bien, lo siento yo, no quería llorar... 
—No te preocu -Fran se calla a escuchar como la puerta se abre.
—Chicos, vamos a cenar -era mi padre.
—Genial me muero de hambre -dijo Fran como su no hubiese pasado nada.
Yo los seguí a los dos y me senté en frente de Fran. Era tan guapo... Y olía tan bien. Mientras cenábamos charlábamos todos con todos, hablamos del colegio, a que universidad irían los chicos y como se acomodarían a la casa nueva. Yo hable poco, simplemente observaba a los demás y sonreía cuando mi padre me miraba. A veces pienso que esta envejeciendo demasiado rápido. Las arrugas ya no las puede disimular y a penas tiene 52 años. Poco se afeita y las canas abundan en su cabeza. Pero nunca dejo de pensar que es el mejor padre del mundo. Todo lo que ha hecho por mi y lo que hizo por mi madre, dejaría con la boca abierta a cualquiera.
—Y tu Clara, ¿que te gustaría estudiar? -era Lauren.
Termino de beber el vaso de agua que estaba ya bebiendo cuando me preguntó y digo
—Me gustaría viajar. Todo lo que pueda. Si tu pregunta se deriva a que quiero hacer con mi vida es eso. Viajar. Y respecto a una carrera universitaria me gustaría probar artes. -me sorprendió lo correcta que parecía con esa respuesta.
—Vaya, que bien. ¿Y que tipo de arte te gusta?
Toda la mesa estaba en completo silencio esperando a que contestara
—De echo todas. Escénicas, pintura y dibujo, fotografía y escritas.
—¿Artes escritas? -era la voz de Kate.
—Si, escribir.
—¿Estas escribiendo algo?
Yo había respondido con tal sinceridad que no me había percatado que no le había contado a mi padre que escribía. De echo nadie lo sabía. Ni si quiera Maria. ¿Qué respondo? ¿Que sí y quedo bien con todos pero confundo a mi padre o que no y quedo como una idiota que quiere ser escritora pero no ha escrito ni una sola carta?
—No actualmente -algo intermedio soy una genia-.
—Yo estoy escribiendo una novela, si te interesa podemos hablar luego. Creo que podía gustarte
—¡Me encantaría!
Me impresiona lo hábil que puedo llegar a ser a veces.
Ya habíamos terminado de cenar, y tomado la tarta de chocolate que yo había hecho. Todos quedaron satisfechos y nos habíamos dividido en grupitos esparcidos por el salón, mi padre con Michael y Lauren, James y Fran y Kate y Annie conmigo.
Kate me hablo de como era su libro, me pareció una excelente idea y le pedí que me hiciese una copia de lo que llevaba hasta ahora. Siempre me ha gustado conocer gente nueva así que estaba encantada. Annie me hablo también de Fran y James. Me contó como era James, y de Fran me dijo
—Es increíble lo que Fran ha mejorado.
—¿Si verdad? -dijo Kate.
—Perdón, ¿ha mejorado? -interrumpí yo.
—Si, Fran tuvo una operación del corazón hace unos años y quedamos todos muy asustados. Lo raro es que el médico los dijo algo bastante insensato yo creo.-Hablaba Kate
—Si, fue un idiota. -la siguió Annie
—¿Qué dijo? -pregunte yo sin entender mucho.
—El médico dijo que nunca podría volver sentir amor. -Kate puso los ojos en blanco como pensando que era una tontería, y la verdad lo era pero me asustaba
—Vaya -dije yo incrédula.
—Si nosotras dijimos lo mismo. La verdad no creemos que sea verdad pero nunca ha tenido novia y James que tiene un poco más de confianza con él sobre el tema de las chicas nos ha dicho que tampoco ha salido con una, y tiene 18 años. -Annie me miraba con los ojos bien abiertos mientras hablaba.
—Pero yo no me lo creo -dijo Kate riéndose- míralo, no es porque sea mi hermano pero es un bombón.
Inconscientemente me puse colorada y me dio calor al escuchar que Fran era un 'bombón'
—Tienes toda la razón hermana, daría lo que fuera para tener un novio como el, a pesar de una operación tiene el corazón más grande de todos.
En eso vinieron Lauren y Michael diciendo que ya se iban. Todos nos saludamos con dos besos y Fran se quedo mirándome un rato esperando a que Michael acabara de darle las gracias a mi padre, yo lo estaba viendo por el rabillo de ojo pero fingí no hacerlo. Cuando ya se habían ido mi padre y yo recogimos la cocina y limpie lo que pude. Estaba muerta de sueño así que me fui a la cama en seguida. Y para que mentir, me acosté  pensando en Francisc Watch.

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