Se trata de mi primer relato, un fan fic basado en los personajes de la saga crepúsculo de Stephenie Meyer. La obra se encuentra registrada en Safe Creative por los derechos de autoría de la obra, por lo que cualquier adaptación o plagio... La canción que inspiró este relato es "Sigo apostando por ti" , a lo largo de toda la historia incluiré enlaces musicales, como banda sonora de la misma. Y ahora, sin más os dejo con ella:
PRÓLOGO
****La vida no había sido nunca fácil para Bella, pero lo ocurrido hacía 2 años, tras su accidente de tráfico, la cambió totalmente. Ahora había huído de su pasado y, buscó refugio en Forks. Pero no contaba con un pequeño, pero vital detalle: toda decisión conlleva una consecuencia*****
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-Recordad que el viernes tenemos el control de matemáticas T 9 y 10, ¿de acuerdo?.¡Adiós, chicos!
El murmullo de sillas y mesas, junto a varios timbres de móvil, me hicieron darme cuenta de que nadie me estaba prestando atención. Estábamos a lunes, sabía que debería recordárselo varias veces más durante la semana, así que tampoco me agobié mucho por eso.
Recogí mis apuntes y el resto de mis papeles, di un último vistazo al aula y salí de ella, cerrando la puerta con llave.
-Ciao, Edward. Hasta mañana!
-Ey, Ben. Sí, nos vemos.Me dirigí a la sala de profesores, dejé la llave en el casillero y me dispuse a salir. En ese momento sonó mi teléfono móvil.
-Emmett, dime. Espero que no te hayas vuelto a dejar olvidadas las llaves dentro del coche o perdidas en algún otro sitio, porque no me quedan más copias. Has perdido 5 juegos en 2 semanas. Sinceramente, creo que deberías descontarme algo de la cuota de alquiler, sólo por los servicios de cerrajero que hago.- Mientras le soltaba las palabras, pude oírlo exclamar en varias ocasiones.
-¿pero? ¿qué? Auhggg… te quieres ca..!!!.¡¡¡Edward, cállate y escucha!!!!
Solté una carcajada, y le escuché: “ A ver, qué me quieres contar?”.-Me tengo que marchar dentro de 1 hora, por un congreso en Los Ángeles. Estaré fuera hasta el sábado.
-¿y?- le pregunté, no entendía que me explicase sus movimientos.
-Me ha llamado mi hermana hace 15 minutos, que viene de camino. Se quedará unos días en casa.
“Estupendo, Genial” (fue lo único que pensé). ¿así que la hermanita de Emmett nos haría una visita?. Recordaba a Alice, era simpática, pero muy, muy, muy dada a meterse en líos, aunque ella no se los buscase. Todavía guardaba en mi memoria la última que formó en Port Ángeles, cuando quiso evitar que abriesen una clínica abortiva.
-Y, esto… cuando se supone que llega la “criatura”? - quería estar preparado esta vez.
-Debe de estar por el pueblo ya, porque el número que me salía en el móvil era de aquí.
“Ahora sí que me has matado. Esta me la pagas, vamos que me la pagas”- en mi cabeza se iban apilando mil y una formas de cobrarme los servicios de: niñero, guardaespaldas y vete tú a saber qué más para vigilarla.
-OK, Emmett. Ya iba para la casa, le diré que se acomode en tu habitación.
-Gracias, Eddy. Te debo una, hablamos a la noche.Colgué la llamada, tomé una buena bocanada de aire, cerrando los ojos al mismo tiempo. Lo retuve dentro unos segundos y luego exhalé lentamente. “sólo unos días, Edward. Sólo unos días de soportar al monstruito de Alice”. Me fui mentalizando mientras conducía hasta la casa que compartía con Emmett. No es que los alquileres fueran excesivamente caros aquí, en Forks. Pero apenas si había casas en alquiler. La mayoría sólo se vendían. Y mi sueldo como profesor no estaba para meterme en hipotecas. Así que cuando, cuatro años atrás, conocí a Emmett y este me dio la posibilidad de alquilarle una parte de la casa (la planta de arriba), y no me lo pensé.
Ya estaba entrando en la calle, así que aminoré la velocidad. Cuando di la última curva, vi un pequeño coche negro aparcado. “Calma, recuerda que sólo son unos días”. Aparqué mi coche detrás. Salí despacio, contando mentalmente, mientras cogía mi mochila.
Vi una silueta en la puerta de la casa. Me acerqué, intentando ser lo más amable posible. Mientras subía los 5 escalones fui diciendo: “Hola, Alice. Bienvenida. Ya sabrás que tu hermano no está, pero no importa, te puedes quedar en su ha….”
No pude continuar, la figura femenina se había girado lentamente mientras hablaba, y cuando se quedó de frente a mi, debí poner cara de póker, porque ella me interrumpió, y fijando sus ojos castaños en los mío, dijo dulcemente:
-No soy Alice, y creo que no nos conocemos, por lo que puedo leer en tu gesto. Soy Isabella, la hermana mayor de Emmett. Puedes llamarme Bella, y te quiero pedir disculpas, por presentarme así, de improviso.