2. Estoy tan sola

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Al final me fui a dormir. Era lo mejor que podía hacer que estar aguantando a mi mama hablando sobre su novio. 

Me deprimía el echo que mi mama fuera tan linda para su edad. Tenia 40 años y tenia una piel perfectamente bronceada, sus gigantescos ojos cafés, su cabello negro hasta los glúteos y esa gruesa boca siempre pintada por un impecable labial rojo intenso. 

En definitiva era la mujer mas bella que conocía y yo, su primera y única hija, era todo lo contrario a ella. Cabello castaño claro, piel mas blanca que la leche, ojos grises y una boca de tamaño común. 

No era nada linda, nunca me arreglaba  y aunque lo hiciera seguiría siendo igual de fea, no entendía porque mi mama saldría con ese hombre 10 años mayor  que ella, a lo mejor por su dinero, ella me decía que se sentía segura que todos necesitamos a alguien que nos haga sentir importantes y felices. 

¡Puras mentiras!  

Nadie es importante para nadie, mas que para uno mismo, pero la gente se ciega con esas grandes farsas del amor y la religión. Nunca en mi vida he sentido el mas mínimo amor, ni siquiera de mi madre. 

A la mañana siguiente mi madre me fue a levantar de la cama.  

-¡Ginebra! Levántate a preparar el desayuno- Dijo mi mama con un tono seco. 

-¡Agh! Mama ¿Cuando sera el dia que me despiertes para decirme algo bueno?- Dije tan enojada como siempre. 

-El dia que no te quejes de todo.- Dijo y cerro la puerta con enojo. 

Me levante de mala gana y salí descalza. 

-Ya vine, ¿Que quieres de desayuno?- dije con los ojos entrecerrados. 

-Lo que sea, pero apúrate tengo poco tiempo y con lo lenta que eres supongo que sera lo mas sencillo posible- Dijo reprochando. 

Me tuve que tragar mis palabras y comencé a preparar unos huevos con tocino. Se los serví en su plato y me dirigí a mi habitación. 

-¡Ya me voy a trabajar!- Supuse que termino sus desayuno y salí después de escuchar la puerta cerrarse con agresividad. 

Me alegraba que se fuera, le daba gracias a dios darle la oportunidad a esta mujer de  poner una estética con Spa, eso la mantenía ocupada todo el dia y me hacia tan feliz el echo de tenerla lejos de mi. 

Mi madre y yo nunca nos llevamos muy bien que digamos, y era lo mismo con mi papa y con todo el mundo. 

Decidí no desayunar y me dirigí a mi cuarto a cambiarme, para salir un rato a caminar sola, como siempre. 

Salí con unos Blue Jeans mas rotos que mis ilusiones, una camisa de un grupo de rock que desconozco y unos converse negros. 

Comencé a caminar sin rumbo por la ciudad y termine frente al centro comercial, decidí entrar para ver, encontré algunos distractores por mas o menos una hora, y termine varada como una balsa frente a un local de tatuajes y me atreví por primera vez en mi vida a hacer algo que siempre quise hacer, me dirigí al local y le dije al chico en el aparador que quería un tatuaje. 

Me metieron a un cuarto y me sentaron en un tipo sofá a esperar a la tatuadora.

Llego unos cuantos segundos después y me marco la piel. 

Forever 16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora