Bendito sea el día en que te conocí, bendigo cada una de tus palabras y cabellos, bendigo tus negros ojos, que son como dos ventanas al infinito amor que te tengo...
Bendito sea aquél día en que me enamore de ti, y entregué todo sin pedirta nada mas que tu dulce compañia...
Bendito sea aquélla mañana en que perdí toda pena y te hablé con el corazón, alma y pecho en mano...