Capítulo 21| Editado.

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[Alexander]

Nos tuvimos que separar por falta de aire, maldito oxígeno necesario.

-Eso, wow -me costaba respirar.

-Escucha, Alex -me dijo mientras agarraba mi mentón-. Todos aquí, incluyéndome, debemos portarnos bien, sino se acabará el campamento.

-¿Por qué? -pregunté.

-El amigo de tu padre, Evaristo, se ha metido en un lío tremendo con todas las manadas. Últimamente está robando cosas muy preciadas para nosotros.

-Y, ¿qué te robo a ti?

Suspiró pesadamente, estaba triste.

-Esto no lo sabe más que mis padres, Caleb y Matt, aunque ahora tú también.

<<Un día como cualquier otro, mis padre tenían una reunión de manadas por lo que yo al ser la hermana mayor me quedaría a cargo de mi hermanito, en ese entonces tenía diecisiete años y él tres. Era una tarea difícil pero buena después de todo, ya que mis padres no permitían que estuviera cerca de mi hermano, mi hermano mayor estaba cuidando a su hijo menor. Bueno al punto, ese día a la noche ya le había preparado la leche y los dibujitos que veía, sólo tenía que tomar la puta mamadera y dormirse, pero no fue así. Yo no sé cómo sucedió pero me quedé dormida y cuando desperté ya no estaba.>> empezó a llorar.

-Ya Gia, lo encontraremos -la abrazo.

-Se que Evaristo lo tiene, Alexander -sollozó-. Actualmente debería tener unos cincuenta o más años, pero su cuerpo sería uno de diecisiete.

-¿Te acuerdas de alguna característica?

-¿Qué? -preguntó confundida-. Oh, sí me acuerdo. Tenía los ojos azules oscuros y su pelo era color negro.

Pensé y pensé, alguien de ojos
Azules, sólo hay dos persona pero no creo que sea ellos.

-Tranquila, nena, lo encontraremos ya verás.

-¿Lo prometes? -saco su cabeza de mi cuello.

-Lo prometo.

-¿Por la garrita? -nos empezamos a reír, asentí e hicimos la promesa.

---+---

-¡Evans! -lo llamé.

Se dio la vuelta y dejo de coquetear con la chica que iba a nuestro curso.

-¿Qué sucede, campeón?

-¿Me cuentas de tu familia? -me vio confuso-. Necesito hacer un trabajo.

-Oh, esta bien -más tonto no podía ser, íbamos al mismo curso-. Pues no hay mucho por contar. ¿Te acuerdas de Savannah? -asenti-. Bueno es mi hermanastra y su padre es el mío también. Él me contó que mi madre falleció en un accidente aunque jamás me cerró eso. Y bueno vivimos en Argentina y nos mudamos para acá.

-Oh, bueno gracias y adiós.

Fui corriendo a buscar al otro chico de ojos marrones. Era Juan, otro de los populares que estaba con nosotros.

-¡¡Juan!!

-¿Qué, Luno? -dijo burlón.

-Cuéntame de tu familia.

-¿M-mi familia? ¿Por qué?

-Es para un trabajo.

-Okey -otro tonto más-. Pues mis padres son empresarios, mis hermanos también y yo estoy por ser lo, he vivido aquí toda mi vida, cualquiera sabe de mí puedes preguntarle a ellos -guiñó un ojo.

Esto es más difícil de lo que pensé.

Su Luno © TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora