Narra Elena:
Se podría decir que todo empieza en el año 2009, cuando mi tía Africa y mi abuela Luz decidieron mudarse. Siempre había estado muy unida a ellas, ya que vivían a menos de un minuto de mi casa y perfectamente pasaba allí la mayoría del tiempo.
Cuando ellas decidieron irse fue un impacto para mi, pero aún así intenté ver el lado positivo de las cosas como bien me ha enseñado mi padre Ezequiel a lo largo de todos estos años.
El primer día que me llevaron a la casa nueva, me acuerdo que odiaba hasta el último recoveco, no lograba entender por qué teniendo una casa más grande, en una urbanización privilegiada, cercana al centro de la ciudad, decidían irse a una urbanización pequena, en un pueblucho y lejos de todo, y sobre todo de mi.
Estaba sentada en la terraza, observando y atormentandome aún más, y también veía niños de mi edad jugar correteando por allí, gritando, se les veía felices, tan inocentes, tan sonrientes. De repente sonó el timbre, y no sabíamos quién de las tres estaba más sorprendida, si mi abuela, mi tía o yo, ya que no conocíamos a nadie, decidí contestar y era uno de los niños que andaba jugando por la urbanización preguntando por otra niña, confusiones típicas de críos ya ves tú, y a pesar de decirle que yo no era lo que estaba buscando, me dijo que me uniera con ellos a jugar.
Fue divertido, concí a mucha gente y todos me caían bastante bien, algunas chicas, Marta, Laura, Blanca, Alejandra, Adriana y el chico del telefonillo, Antonio, que a pesar de lo poco que lo conocía teniamos una confianza que no era demasiado normal, aunque dicen que los niños no necesitan demasiados argumentos para confiar en las personas ¿no?.
Ya era hora de irse a casa, ya que era domingo y al día siguiente tenía que ir a clase, mi opinión sobre aquel sitio había cambiado, pero aún seguía dudando de si iba a gustarme aquella experiencia, comparando la fácilidad que tenía antes para ir a su casa cogiendo un ascensor, a un paseo en coche.
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¿Por qué siempre tú?
Teen FictionEsta historia trata de un amor adolescente, complicado, pasional e intermitente, pero a la vez duradero, a veces más serio, a veces en juego, pero siempre lo primero.