Those days.

27 2 0
                                    


Todo comenzó hace algunos años, en la universidad Brighton. En esa época llegué a conocer tanta gente importante, cada una de ellas me marcó de manera diferente y viví muchas cosas distintas. Durante el segundo semestre de mi primer año, conocí a Matt, un chico encantador y único, desde la primera vez en que cruzamos miradas. Nos llevamos muy bien de inmediato, al parecer ambos sabíamos que la otra persona era confiable, así que comenzamos a hablar. En aquel entonces intentamos cruzar el límite que categoriza una amistad, pero resulté dramáticamente rechazada por él, un chico lleno de miedo a arriesgar en el amor que pasaba por una situación más bien complicada en su vida.

No diré que no fue doloroso, esa noche recuerdo haber regresado a casa con ganas de llorar, me levanté al día siguiente sin ganas de hacer nada, ¿Qué se podía hacer? Nada. Si él no quería estar conmigo de esa manera era más que lógico no forzar mi entrada, eso lo habría arruinado todo, lo transcurrido y lo que podía pasar más adelante. Fuese cual fuese el resultado, yo estaba dispuesta a aceptar lo que llegara de la mejor manera posible, avanzar y cumplir mis objetivos era la prioridad incluso por sobre una decepción amorosa.

Continuamos siendo amigos, la verdad es que después de superar ese primer lapso y aceptar la realidad formamos un gran vínculo, con tiempo obviamente.

Conocí más gente, recuerdo bien mi aventura con Luke, un chico excepcional con quién viví grandes cosas pues aprendí a querer apropiadamente a alguien más, aprendí el significado de cuidar, valorar, cultivar, luchar y perseverar. Pasamos lindos momentos juntos, pero también atravesamos un millón de experiencias amargas que entre los dos se hicieron más ligeras.

Sin embargo, con Luke las cosas no fueron tan simples. Tomó un par de meses para empezar a hablar en forma, para enfocarnos el uno en el otro, a pesar de vernos a diario El interés mutuo se cultivó mucho antes de pensar en algo más. En navidad recuerdo que nos vimos un par de veces, me regaló un osito de peluche que no he desechado ni pienso hacerlo, fue algo único, un recuerdo hermoso. Para año nuevo no vi venir nada, su confesión llegó de repente, un día tan normal se convirtió en un día importante. Nuestro primer beso fue de noche, hacía frío y yo me congelaba hasta los huesos mientras que él me observaba atento y divertido, le divertía que él tuviera la temperatura corporal de un oso y yo todo lo contrario. Salíamos de cine, se detuvo camino a la cafetería más cercana, tomó mi rostro con sus manos y miró directamente a mis ojos, para entonces mi cuerpo había empezado a temblar del nerviosismo y él se dio cuenta, porque me abrazó muy fuerte, como si no quisiera dejarme ir nunca, y susurró a mi oído: -"Me gustas tanto, Shae, que no me explico cuánto he esperado para decírtelo, para abrazarte..." él también temblaba, entonces supe que era correspondida por esa persona que alegraba cada uno de mis días, cada fin de semana, con su sonrisa y forma de ser. Lo abracé tan fuerte como pude. Después de un rato, no imagino la expresión que tenía en el rostro, pero él me besó lento, con tanta calidez, tratando de apoderarse de aquel instante y grabarlo por siempre en su memoria. No fui indiferente, aquello lo deseaba desde hacía tanto tiempo que reaccioné. Creo que ha sido el segundo mejor beso de mi vida.

Después de salir por unos meses que se volvieron cinco años, tres de los cuales fueron de maravillosa convivencia íntima como pareja, todo terminó de la misma forma en que empezó, sin aviso, pero con muchas lágrimas de por medio. Nos cansamos el uno del otro, no estábamos tan destinados como creímos en un principio.

Una tarde llegué a casa después de un mes fuera de la ciudad y la sorpresa fue enorme al ver esa chica rubia de 17 años en mi cama con la persona que amaba, bien acaramelados. No hice un escándalo, sólo me fui haciendo todo el ruido posible y una hora después había llamado a Matt para que me ayudara en lo siguiente.

Destiny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora