Gift.

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La semana siguiente transcurrió sin novedades. Matt ni siquiera intentó contactarme, cosa no extraña viniendo de él. Puse toda mi mente en trabajar y hacer mil cosas, para no hundirme pensando demás. El domingo después de haber hecho limpieza en el apartamento tocaron el timbre; al abrir allí estaba él, todo organizado y oliendo más embriagante de lo normal. Siempre he pensado que huele delicioso, para mi él es genial con defectos incluidos.

-Hola- dijo sonriendo y yo, que había estado rogando por una sonrisa suya toda la semana, por ver su rostro, casi me derrumbo en dos segundos, pero resistí y puse mi mejor actitud de indiferencia.

-Hola.

Me miró, examinando cada movimiento que hacía.

-¿Estás libre ahora?

-¿Para qué quieres saber? - desvié la mirada, incómoda por su presencia.

-Entonces estás libre. Bien - entró a mi apartamento y se sentó en la mini salita improvisada.

-¿Qué quieres? Si no tienes nada mejor que hacer mejor vete.

-Mm... No lo creo. Vamos a ver una película a cine, yo invito. Así que ve a vestirte, las reservas están para dentro de una hora - lo miré, esperando que dijera que aquello era una broma. Al ver mi expresión, agregó -Apúrate, no tenemos todo el día- encendió la tele y se dedicó a esperar. Fui a mi habitación y me cambié por ropa de calle. Al volver, se levantó del sillón y me miró sonriendo, al parecer complacido.

-Te ves bien.

-Como siempre - sonreí, cogiendo el bolsito con las cosas importantes en él y me dirigí a la puerta, pero antes de abrirla me interrumpió el paso, acercándose mucho a mí, rozando su nariz con mi cuello, causándome escalofríos por todo el cuerpo.

-Hay algo que busco hoy y tendrás tu momento para elegir si seguir adelante o no, así que prepárate - me dio un beso y se apartó. Abrió la puerta, salimos y fuimos caminando desde mi casa hasta el centro comercial en que se ubicaba el cinema. Íbamos conversando como siempre, acerca de la última semana en que no tuvimos contacto; al llegar subimos al elevador que nos llevó al piso más alto, compramos las boletas y la comida y entramos a ver la película. La verdad es que había planeado hace tiempo verla con él, pero no pensé que lo recordara. Al salir fuimos conversando a un parque, de noche estaba lleno de parejitas y yo me sentí incómoda al querer que él me tomara de la mano. Guardamos silencio un par de minutos, entonces se giró para verme y yo hice lo mismo.

-Este es el momento de elegir.

-Ah... ¿De qué se trata? ¿Algún nuevo sabor de helado? - Bromeé deseando ocultarme bajo una roca. Rió y de inmediato se pudo serio.

-No. Te diré esto: quiero una segunda oportunidad.

-Pero eso no es nuevo, ya lo habías dicho antes.

-Sí, pero estaba ebrio, y te tomé por sorpresa.

-Bien. Te diré esto bien claro: no te rechazo porque no quiera estar contigo, te rechazo porque perdiste tu oportunidad.

-Eso me parece muy injusto.

-¿Qué parte te parece injusta? ¿Qué me rechazaras brutalmente, mintiendo y además poniendo excusas rebuscadas en vez de ser sincero conmigo, o la forma en que me trataste los siguientes meses? ¿Cuál fue el objetivo de semejante mierda? - Me crucé de brazos, aguantando las lágrimas que amenazaban con salir sin control.

-Sé lo que hice, y no me arrepiento de ello. Tenía que encontrarme a mí mismo, tenía que definir cosas importantes en ese momento de mi vida, porque llegaste en un momento complicado...

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