~Primera norma~

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El supuesto edificio lo tengo delante de mi nariz. Es algo feo, simple y se nota que tiene sus años, de no ser así tendría otro color. Lo bueno es que la mitad de la pared esta tapada por las hiedras y eso lo hace más ameno. A juzgar por su físico puedo deducir que se construyó a mediados de los años 70.
La finca estaba situada-por lo que veía- más o menos cerca de los alrededores de la ciudad. Parecía una mancha en un cuadro muy bonito, todo era diferente, más actual... y después estaba el edificio. La parte positiva-la única que veia- era que estaba bastante cerca del centro y eso no lo hacía tan lúgubre y me facilitaba el acceso a él.

Después de acercarme a la puerta me di cuenta de que no tenía las llaves para abrirla y que tampoco sabía al menos en que piso viviría.

Acto seguido suspiro haciendo un exagerado «Buffff» mientras intento pensar. Lo que sí sabía era el nombre de con quien iba a vivir «Ethan Gunter» así que solamente tenía que esperar hasta que persona por persona y preguntar el nombre a cada una de ellas.
Otra pista con la que contaba es que mas o menos es de mi edad, por lo tanto no me tenía que ser tan difícil encontrarlo.

Esperé como un búho espera que caiga la noche, salvo que el búho no tiene maletas, ni gente que pasa de largo lanzando miradas extrañas haciéndole sentir como un idiota. No hizo falta esperar mucho, un chico pelirrojo y de ojos marrones caminaba hacia mí, es decir, hacia el edificio.
No sé cuanto tiempo me quedé observándolo, pero lo suficiente para notar un aire un tanto arrogante y una mirada gélida a pesar de ser marrones. Me bastó para saber que no aprecia mucho la compañía y que es de pocas palabras. Pero no soy nadie para juzgarle así que a lo mejor es alguien totalmente diferente a lo que me estoy imaginando.
Su mirada hacía que me sintiera muy pequeña e inferior a él y me impedía formular un simple ‹hola› para poder iniciar una conversación civilizada. Por suerte para mí fue él quien empezó primero.
-¿Ainhoa Black?

Mierda.

Soy incapaz de decir nada, solo me limito a asentir. Él, por su parte, decide entrar y le sigo -como cualquier persona habría hecho-.

No puedo dejarme intimidar por él. Él no es superior a mi -aunque sí de estatura-.

Cuando llegamos al piso me lanzó una copia de las llaves encima de la mesa que después se cayó de esta y tuve que agacharme a cogerlas.

-¿Gracias?- esta vez sí que pude reunir coraje y decir un ‹gracias› con un deje irónico.
Él ni si quiera se molestó en mirarme ni decirme nada y se fue a su habitación, dejándome sola en ese piso tan acogedor a pesar de la presencia de aquel individuo tan frío.

Y me enfadé -¿que clase de comité de bienvenida es esta?- pero sólo pude preguntar algo, me sentía de nuevo pequeñita.
-¿Dónde voy a dormir?

Ni me contestó.

Ahora si que me hervía la sangre, de hecho pensaba que en algún momento las venas me estallarían.

-ETHAN GUNTER- chillé.

Él se levantó tan brusco y de golpe que temía que se hubiera enfadado más aún de lo que estaba. Se acercó a mí y me dijo.
-Primera norma; prohibido gritar, chillar o cualquier alzamiento de voz.- lo recitó tranquilamente.

-¿Me puedes enseñar la casa, es decir, donde están los vasos,los cubiertos, el baño, la cocina, los dormitorios...?- esa pregunta pareció molestarle un tanto ya que aparentaba que hubiera pasado olímpicamente de su primera norma.

Antes de que lo hiciera pensé que nos podríamos decir algo de nosotros para conocernos mejor, pero antes de preguntarlo me interrumpió su voz.

-Ni se te ocurra.

Me quedé bastante sorprendida, por no decir que abrí la boca y los ojos como si no hubiera mañana.
-La cocina está en frente de ti, tu dormitorio es el mío, el baño....

Le interrumpí nada más oír que mi dormitorio es el suyo.

-¿Cómo qué mi dormitorio es el tuyo?
-Que sólo hay una habitación. El baño está a la derecha del pasillo y el comedor es dónde estás tu ahora.

No pensaba dormir con él ni estando ebria, hoy mismo me compro unas mantas y duermo en el sofá y apañado. Así que cogí las llaves que habían encima de la mesa que tan "amablemente" me había entregado Ethan y me fui hacía la puerta, dispuesta a salir de allí.

-¿A dónde vas?-preguntó él reflejando en su tono algo de fastidio, como si le molestase hablar, o especialmente esa pregunta, pero no creo que una pregunta tan simple pueda marcar tanto en una persona.

-Me voy a comprar.- y con eso di por finalizada la conversación ya que abrí la puerta y salí antes de que dijera algo más porque sabía que no iba a acabar nada bien.

Fui a sacar las llaves para poder abrir la puerta y me di cuenta de que me faltaba algo.

Mierda.

El dinero.

Me tocó subir a por él, obviamente.

Cuando entré, musité un simple «perdón, se me había olvidado el dinero» y con eso volví a salir.

***

No sé cómo demonios encontré la tienda, pero la encontré. Fue un milagro y para mi sorpresa no me había perdido.

La dependienta que se encontraba en la tienda era rubia con unos ojos de color verde pardo. Tenía pequitas dado que era bastante blanquita y era alguien con menos estatura que yo.

Para mis adentros pensé - wiiiii, ya encontré alguien más bajito que yo- y sonreí maliciosamente para mí.

Volviendo a ella, tenía una mirada que expresaba timidez, con razón ya que evitaba mi mirada siempre que podía. Al igual que Ethan, pude observar que no era muy amiga de las palabras, pero por otros motivos.

Su cuerpo en sí, era pequeño y delgadito, eso hacía que me diera la sensación fragilidad y que con cualquiera movimiento brusco se desmoronaran sus huesos.

Me limité a sonreír y a hacer mi compra.

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Can yu seiv mai bastard soul

Yayyyy!! Volví búhonitos EL BÚHO ES EL ANIMAL MÁS CACHI DEL MUNDO MUNDIAL ♥♥
:'3 (después de los unicornios)

Mi personaje favorito es Luna Lovegood
-cuál es el vuestro?

*yayy!! No se me ocurre nada de que preguntaros sobre la novela para que comenteis. En este capítulo no ha terminado con nada de trama. -.-

Adiós mais búhonitos ♥♥↓↓↓

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Unicornios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora