~Sin-nombre~

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Me había equivocado de número, ponía 113 y no 111.

Genial.

Mi primer día de clase y ya había metido la pata y encima delante de mucha gente, la cual ya comprendía esos gestos en sus desconocidos rostros, ya sabía lo que iba mal y no era mi cara.

Quizás deliraba un poco.

-P-perdón. ¿S-sabe dónde está la clase 111?- dios. Nunca había tartamudeado como en aquel momento. Debía de estar realmente nerviosa. Viendo la parte positiva, nadie se reía, al menos no ahora.

-Dos clases más adelante la encontrará, señorita.

¿Me había llamado señorita? ¿Acaso tengo pinta de tener 40 años? Vale, vale, sí estoy delirando.
Le sonreí y me fui. Cuando iba a pegar mi segundo paso escuché unas leves risitas. No me molestó porque en el fondo los comprendía, es natural reírse de esa situación, hasta yo lo habría hecho.

-Buenos días Ainhoa...

-Si no le importa señor preferiría que me llamases Noah.

Por parte de los alumnos se escucharon unos susurros que si lo que querían era que no se escuchase lo que decían de forma un poco grotesca, no lo conseguían.
No llevaba un bonito día, lo reconozco, pero llamarme Noah fue la guinda del pastel, y el pastel, desafortunadamente explotó.

-...Black. Mmm... Ya veo, tome asiento.

Me senté en la tercera fila dónde había un hueco entre dos chicos que me miraron de forma divertida tras mi comentario hacia el profesor.
Ambos con el pelo castaño dorado y con ojos claros, como si fuesen típicos modelitos que hay por las costas que hacen surf y tienen una sonrisa perfecta.

Bien.

Pues me dieron asco.

No obstante vi a uno con cabello negro y ojos azules en el fondo del aula, llevaba un piercing en el labio inferior. Tenía un aspecto un poco oscuro, negro dado que vestía con ropas de color propias de góticos.
Miraba hacia la ventana, no la ventana, sino a lo que ella daba.

-Bien. Señorita Black.- otra vez con lo de «señorita», no sé que ven en mí para llamarme así.- ¿Nos hace una pequeña presentación sobre usted?

-Emm. Sí, claro-en ese momento todo el mundo me miraba.- Soy de Noruega. Me gustan mucho los grupos de metal, rock etc., la fotografía, el cine y me gusta leer... Ah y soy lesbiana, lo digo para evitar comentarios innecesarios y lascivos a mis espaldas.

Tras decir esto el profesor me aplaudió.

-Gracias, gracias por tu presentación, ahora sin más dilación proseguiremos con la clase de historia.

Tres horas después, se nos permite un descanso para comer algo o lo que quiera que queramos hacer.

Me fui a la cafetería porque con las prisas que tuve por la mañana se me olvidó coger algo para almorzar. Por suerte llevaba algo de dinero suelto.

-¿Quiere algo?- preguntó la mujer.

-S-sí. Un cruasán por favor.

-1,50$.- le di el dinero y me fui.

Antes de sentarme, vi al chico del piercing sentado en una mesa sin nadie alrededor, o sea forever alone. Al verlo solo no pude evitar acercarme. Él había despertado en mí una curiosidad tremenda, quería conocerlo mejor, porque estaba segura de que él no era como los demás a pesar de estar solo.

-Hola. ¿Me puedo sentar contigo?

-Ah. Tú debes ser Ainhoa, ¿me equivoco?

Nada más escuchar «Ainhoa» me puse echa una fiera, así que le señalé con el dedito amenazadoramente y él dibujó una sonrisa en la que se dejaba ver sus dientes.

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⏰ Última actualización: Aug 23, 2016 ⏰

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