Recuerdos pasados

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Jamás pensé que Harry volvería a mi vida...

No podía dejar de pensar en todas esas tardes que habíamos pasado juntos, cuando aún estábamos saliendo. "No te dejaré jamás". Esa fue su promesa. Pero no la cumplió. Su padre y su madre se divorciaron y él se fue a vivir con su padre a otra ciudad. Rompió mi corazón en mil pedazos. Se olvidó de mí en días... Es por eso que lo odio tanto.

Guardaba fotos suyas en mi móvil. Una de ellas fui incapaz de borrarla. Fue la noche que cenamos en su restaurante favorito. Él llevaba un gorro muy adorable. Por un momento deseé volverlo a ver, me dije que lo perdonaría pero ahora... Mi odio no hacía más que crecer y crecer.

Hazza, Leona... Esos dos apodos cruzaron mi cabeza como estrellas fugaces, y dejaron un destello de luz en mi mente.

La primera vez que le llamé así fue cuando casi lo hicimos... De poco nos pilla su padre. Le llamé Hazza sin querer en el momento en que él me abrazaba fuertemente. Y fue también cuando le dejé las marcas en la espalda. Por eso yo era su leona. No lo llegamos a hacer, yo sigo siendo virgen, pero estuvimos muy cerca.

Esos recuerdos me acosaban y me perseguían y no sabía como hacerlos desaparecer.

En ese momento llamaron a la puerta y di un respingo. Sin dar más tiempo, se abrió de golpe. Era Harry y estaba sin... Sin camiseta... Ni pantalones... Iba en calzones y estaba allí, de pie. Me quedé mirándole en silencio, sin saber qué decir o qué hacer. Él tampoco habló hasta varios segundos después.
-Mi ropa estaba mojada. Quería preguntarte donde está el cesto de ropa sucia para echarla ahí.
-Yo... Bueno, al final del pasillo hay un cuartito... Ahí está todo lo de la lavadora y eso...
-Gracias.
-Vístete.
-Lo dices como si no te gustara lo que ves.
-Es de mala educación andar por ahí en calzones. ¿Acaso me ves a mí en ropa interior por la casa?
-No, pero no me molestaría.
-Eres un grosero.
Le lancé la almohada a la cara y él la atrapó riéndose. Parecía que estaba disfrutando con mi enfado.
-Para ti siempre seré Hazza y tú para mí seguirás siendo esa leona que conocí -murmuró entre risas.
Me levanté de un salto y salí de mi habitación. Era insoportable estar con él.

Poco después nos encontrábamos todos cenando juntos, como una gran familia. Mi padre no dejaba de hablar y Anne igual. Harry estaba muy metido en la conversación y yo me dediqué a remover con el tenedor las verduras de mi plato.
-¿Sabes? ____ se volvió vegetariana gracias a un novio suyo... Nunca quiso presentármelo, pero seguro que era un buen chico.
El trozo de patata se me atragantó al oír esas palabras. Miré a mi padre con los ojos desorbitados, pidiéndole con la mirada que se callara.
-¿Ah sí? ¿Y cómo te dijo que era ese chico? -se interesó Harry con media sonrisa.
¿Para qué preguntaba si sabía perfectamente quién me hizo vegetariana?
-Estaba muy contenta con ese chaval. Decía que era guapísimo y muy listo, y aún me acuerdo que hasta hace poco seguía hablándome de él y...
-Ese tío no es nada para mí ya. Se convirtió en un idiota -solté, cortando la conversación.
Seguidamente dejé el tenedor en la mesa y subí a mi habitación muy furiosa. ¿Por qué mi padre no se callaba la boca un poco? ¿No podíamos tener una cena tranquila? Escuché que cuchicheaban algo bajo y en seguida oí unos pasos subiendo por las escaleras. Pensé que sería mi padre que venía a disculparse, pero no. Era Harry otra vez.
-Qué quieres -exclamé con tono enfadado.
-No sabía que pensabas tan bien de ese chico... -murmuró.
Yo permanecí en silencio.
-Él también ha estado pensando en ti todo este tiempo, y lo siente mucho por haberse comportado como un capullo. ¿Podrás perdonarlo?
Harry se estaba disculpando por todo lo que había hecho... Mi corazón dio un vuelco, pero ahora esas disculpas no me valían. Había estado esperando mucho tiempo.
-Vete -dije.
Harry iba a decir algo, pero se calló y retrocedió lentamente para salir de mi habitación.

Tenías Que Ser TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora