La sorpresa

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¡Ring!

El sonido del timbre me sacó de mis pensamientos. Ya debían estar aquí. Mi padre había salido a recoger a su novia y al hijo de su novia para traerlos a casa. Oficialmente estaba prometido. Yo sólo conocía a su novia, y nada más de vista. No me había relacionado con ella y no sabía como era en realidad. El timbre volvió a sonar. Estaba lloviendo fuera. Me levanté del sofá y abrí la puerta con desgana. Una ráfaga de viento y gotas de lluvia azotó mi cara. Tres personas entraron corriendo a casa y cerré la puerta. No podía ver bien porque las gafas se me habían llenado de gotas. Escuché a mi padre preguntarme por qué había tardado tanto en abrir, y yo limpié mis gafas, ignorándole.
-¿Cómo es que tampoco te has arreglado? -se quejó mi padre.
-Se ve bien igual -respondió una voz que me hizo estremecer.
Esa voz... No puede ser... Acabé de limpiar mis gafas y me las coloqué, justo a tiempo de ver a Mr. Right mirándome con los mismos ojos verdes que recordaba. ¿Qué hacía él ahí? Estaba completamente mojado. El cabello le caía sobre la cara, y la camiseta marcaba su perfecto abdomen. ¡Mierda! ¿Qué estaba pasando? ¿Estaba soñando?
-Os... ¿Os conocéis? -preguntó la madre del señorito perfecto más odioso del mundo.
-No -me apresuré a decir.
-Fuimos compañeros de clase -sonrió él-. Aunque a lo mejor no se acuerda.
-Entonces mejor, ¿verdad? -comentó mi padre-. ____, ella es mi prometida, Anne Twist. Anne, yo ya te hablé de mi hijita... Je je. Y bueno, ____, él es...
-Harry Styles -interrumpió el chico-. Aunque puedes llamarme Hazza.
Ugh, no... Mi cara debió ser demasiado expresiva, porque mi padre me mandó llevar las maletas arriba para evitar malentendidos.

¿Qué se le pasa a mi padre por la cabeza? O sea, ¿cómo se le ocurre salir con la madre de mi ex? A ver, que él no lo sabe, pero Hazza y yo sí y... Nota mental: dejar de llamar Hazza a Harry. No está bien...
-¿Te ayudo? -dijo Harry subiendo detrás de mí las escaleras.
Sin darme tiempo a responder, cogió un par de maletas y las subió.
-Jamás pensé que tú serías mi hermanastra.
-Yo lo último que deseaba es que lo fueras tú -solté con odio.
-¿Sigues enfadada? Debí marcarte mucho...
-No creas. ¿Tu madre lo sabe?
-¿El qué?
-No te hagas el tonto. Si sabe lo... Lo nuestro.
-Que va.
-Mi padre tampoco. Y es mejor que quede así.
Dejé las maletas en el pasillo y me dirigí a mi habitación sin mirar atrás. Escuchaba los pasos de Harry, pero yo no me detuve a ver qué quería. No tenía ganas de estar con él.
-Espera leona.
-No me llames así -exclamé, volteando hacia él.
Leona, Hazza... Apodos que ahora estaban prohibidos en esta casa. Pertenecían al pasado, y no quería recordarlos.
-Woah vale, perdona. Ya veo que sigues igual...
-¿Pasa algo ahí arriba, chicos? -preguntó mi padre a gritos.
-No -contesté rápidamente para evitar más preguntas incómodas.
Harry me miró con una media sonrisa dibujada en su rostro.
-Bienvenida de nuevo al mundo de Hazza, leona. Te daría un mapa, pero tú ya eres una veterana de mi mundo.
Con esas palabras, Harry me estiró la mejilla y, dando media vuelta, se fue a su habitación a acomodarlo todo. El infierno no había hecho más que empezar...

Tenías Que Ser TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora