Mientras la albina abrazaba sus hermosas piernas, unos brazos la abrazaron. "Que tienes ahí princesa?" Dice con una voz jugetona. La princesa voltea y se da cuenta que es Meliodas, ella rapidamente se voltea y se sonroja. "..." Se quedo callada por unos minutos.
"No, encerió. Que tienes ahí Elizabeth?" Pregunta Meliodas, al ver que ella tenía su pequeña libreta y el "reto" detrás de ella. "Eh? no.. no es nada." responde la princesa, el chico se sienta a su lado y empiezan a platicar.
Ella le dolía mucho el corazón pensaba que solo la uso. Ella dio un puño con fuerza y empezó a llorar. Meliodas se quedo callado por que no sabía que pasaba ¿Dijo una cosa mala? No. Solo la princesa quería morirse en ese momento.
"¿Que tienes Elizabeth? A mi no me gusta que estés triste..." Dice Meliodas mientras bajaba la cabeza. La chica voltea hacia Meliodas y se lanza, dejando a Meliodas en el piso y Elizabeth encima de el. Ella empezó a llorar mas y sonrojarse.
"Dime.. ¿Por que lo hiciste?" Pregunto la albina, el rubio solo se volteo y no dijo nada. Se quedaron varios minutos así. Después Elizabeth se aferra contra el y empieza a golpearle despacio, obvio que a Meliodas no le dolía pero a Elizabeth si. "Ya calmante Elizabeth... Te dije que no me gusta verte triste ." Dice el rubio pero a ella no le importo. Solo quería escuchar su respuesta.
Elizabeth dejo de golpearlo suavemente y se aferro de nuevo contra el, pero ahora puso su cabeza entre el hombro de Meliodas, ella estaba jadeando mucho pues estaba cansada se hacer tanto esfuerzo. Meliodas se quedo abrazandola por unos minutos después se levanto y le dijo. "Elizabeth, me merezco un castigo" El solo sonrió. Y se quedo recargado en la barra. Elizabeth se sonrojo y pensó "Pero, por que castigarlo? El no hizo nada." Pensó la chica y dijo que "No."
"¿No? Bueno, no me importa yo te espero en la habitación esperando mi castigo" El sonríe y sube las escaleras para estar en su habitación. Elizabeth se queda pensativa unos minutos y sonrojada por el castigo de Meliodas.
*Mientras tanto con Meliodas*
El entro a su habitación, quitandose todo excepto los boxers, se acostó y puso sus brazos atrás de la cabeza, pasaron varios minutos y Elizabeth aún no llegaba. "¿Por que tarda tanto Elizabeth?" Pensó el rubio, acostado viendo las estrellas desde la ventana, sus ojos brillaban como estrellas fugases, llenas de pasión. El pensaba sobre su castigo. "Parece que no vendrá..." Pensó y se acomodo para dormirse.
Pero la el mango de la puerta se empezó a mover. Y era Elizabeth, Meliodas reacciono y vio a Elizabeth de la cara, sus ojos hinchados, por llorar. Pero aún así se ve hermosa, el rapidamente se empieza a sonrojar al ver el cuerpo de Elizabeth, ella solamente estaba en ropa interior. Ella solamente se sienta en la cama y empieza a hablar con Meliodas.
"¿Ya decidiste cual sera mi castigo?" Pregunta Meliodas, lleno de curiosidad. La albina responde asintiendo, y se sonrojan mas los dos, "Elizabeth... No tienes que hacer esto, solamente te estaba tomando el pelo..." Ella se sorprendió al escuchar aquellas palabras, pero ella respondió con una sonrisa " Aún así... Quiero hacerlo..." Ella dice "¡Verdad o Reto!" Meliodas quedo sorpendido.
Ella antes de entrar, había escrito en un papelito y si el daba verdad seria la mujer mas feliz del mundo, pero a cambio si decía reto. No sabía que pensar... El chico dijo " ... Elizabeth... Bueno si esto te hace feliz. Elijo verdad!"
Elizabeth se acuesta de lado derecho para ver la ventana, ver las estrellas, mientras estaba de lado y le dio el papel sin mirarle la cara. Suavemente Meliodas abre el papelito y lo lee mentalmente. "¿Que sientes por mi?" Meliodas sin dudarlo, echo un gran suspiro y se acerco a la oreja de Elizabeth. "Oye, veme a los ojos..." Dice el susurrando. Elizabeth obedece y se sienta de rodillas en la cama viendo los hermosos y profundos ojos de Meliodas.
Meliodas echo otro gran suspiro, hasta que el rompe el silencio "Elizabeth esto no parece un castigo..." Elizabeth no le hizo caso y miro al otro lado. "Elizabeth... yo no creo nunca pueda encontrar las palabras para describir mis sentimientos hacia ti." Elizabeth no sabía como manejar esa situación. Ella es tan dulce, tan amable, cuando hoyo esas palabras sus ojos se abrieron como platos, ella esperaba el rechazo de Meliodas, pero no era así.
"A medida de que te conocí, me empeze a enamorar de ti. Todas las mañas escuchar tu hermosa y dulce voz. Tu cabello maravilloso en la que el viento la desempeña. Tu sonrisa cálida, hermosa. Tu enciendes mi día cuando estas feliz. Como tus ojos están viendo atravez de los míos." Meliodas comenzó a cariciarle el fino rostro de la princesa y a quitarle el flequillo " A pesar que ocultes tu ojo, ese es el ojo mas hermoso que he visto en mi vida..." El le acariciaba aun su rostro y después acariciarle la cabeza. "Tu eres hermosa, hermosa en cualquier sentido." La princesa estaba apunto de las lagrimas. Nunca antes le dijieron esa palabras tan hermosas, aunque se quizieran ganar su corazón nunca le dirian estas palabras. Las palabras que Meliodas dijo, aceleraron el corazón de la princesa.
Meliodas agarra los hombros de Elizabeth y los acerca mas a el. "Elizabeth... tu eres la única persona que me hace olvidar de mi ira." Ella, quería llorar de felicidad, abrazarlo, sentir su calor, besarlo sentir sus dulces labios de nuevo.
Ella ya estaba sintiendo como sus ojos estaban siendo rellenados de lagrimas. Ella no aguanto mas y abrazo con mucho amor y cariño a Meliodas. Ella se acerco mas a sus labios, cuando sus respiraciones se entremezclaban ya de una vez. Sus labios se estaban tocando, los dos se relajaron y cerraron los ojos, se besan. Al sentir sus labios tiernos, su ardor emitía por su interior. Haciendo que los dos se calienten.
Sin preocuparle a Elizabeth ella hizo un sonido. El rubio acepto su oferta e empezó e emitir su lengua a las profundidades, dejo un fuerte gemido cuando sus lenguas se entremezclaron, el decidió irse mas a fondo, sintió su sabor de cerveza aún. . .
Con sus manos, los dos empezaron a acariciarse la espalda. La espalda de la albina era suave, liza. Mientras que la espalda del rubio era musculosa, con cicatrises. Finalmente Meliodas .Con su mano derecha agarrando su cadera mantenerla cerca de el y ahuecando la parte posterior de su cabeza con su izquierda. Hasta que finalmente satisfecho con su posición, poder deslizar su mano más profundamente en sus cabellos de plata para dejar un gemido satisfecho.
Sus pulmones empezaron a quejarse, pues ya estaban demasiado tiempo besandose. Hasta que se separaron levemente y empezaron a jadear. Empezaron a abrir los ojos poco a poco, encontrandose los cachetes sonrojados de los dos.
Meliodas fue el primero en dejar un suspiro y una sonrisa alegre a la propia chica nerviosa. Se inclino mas a ella para darle otro beso corto.
Elizabeth estaba muy sonrojada, al momento de decir algo no podía. Hasta que Meliodas interrumpe al silencio. "Oye Elizabeth, no me dejaste terminar" Dice este con los ojos cerrados y manos cruzados. "Oh, lo siento Meliodas-sama." La pobre estaba anciosa por escuchar sus palabras y el dijo "Te amo" Elizabeth se quedo un poco congelada, ya que no esperaba eso. No sabía con cuales palabras decirle. "...Yo también te amo! Meliodas-Sama!" Dice la albina aferandose a el. No podía dejar de llorar de felicidad ... Ellos querían estar así para siempre...
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Continuara...

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Verdad o reto.
FanfictionLos siete pecados capitales, muy ocupados en su trabajo, en atender la taberna, cuando los clientes se van, deciden limpiar todo. Causando que el pequeño hawk se encuentra con dos bolsas llenas de papeles. Elizabeth ve lo que hay dentro y se lo qued...