Sigo atrapada en este mundo en blanco y negro, donde veo sonrisas en lunas menguantes y conejos corriendo, a los que le persiguen un extraño sonido: Tic-Tac. Busco y busco en cada espejo de cada país, ese extraño brillo, que me susurre aquí estamos, seguimos aquí, no nos hemos ido. Pero no encuentro nada mas que el rostro de una escuálida chica de piel blanca, casi inexistente, y de cabello rubio.
No hay magia, no hay alegría. Prácticamente no hay nada. Pobre niña tonta, te abrieron una puerta a tu mundo ideal, y te lo tomaste como unas vacaciones a las que podrías volver cada vez que quisieras, pero no Alicia, se te dieron oportunidades, y jugaste con ellas como si de muñecos se tratasen.
¿Será verdad lo que me dicen cada día la gente de blanco? ¿Es todo parte de mi imaginación? No lo sé, pero lo que sí sé, es que hasta que no vuelva, seguirá siendo la hora del té permanentemente.
Cómeme. Bébeme.
-Eleventh