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La semana de examenes paso asi de rapido como un parpadeo. 

No me fue muy bien que digamos..

Sintiéndome inútil, poco inteligente, y otros pensamientos negativos mas, llore. 

Llore de rabia.

Nunca llore tanto. 

Después de desahogarme, escuche música y dibuje hasta hartarme. 

No compartía muchas clases con Mateo, solo una, matemática. Solo lo veía dos veces por semana. 

Wow hasta lo llamo por su nombre, doy miedo.

Mi mejor amiga insiste en que le hable, que le diga Hola aunque sea. Pero no puedo. Por Dios, va a pensar que soy una rara.

Y además de rara, idiota, porque no aprobe nada. 

Me pregunte a mi misma porque pense en el. 



Al día siguiente, me senté en la fila del lado derecho. Esta vez, no lo busque con la mirada, no quería hacerlo. 

Abrí mi cuaderno y comencé a tomar apuntes de la clase. 

Gire la cabeza hacía la izquierda y sorpresa, allí esta el. En la fila del lado izquierdo. 

Por primera vez, en estos dos meses —si, rápido— hicimos contacto visual.

Tenía ojos cafés, comunes y corrientes.

Y aún así, ahí me tenían;

Soñando con esos ojos cafés, comunes y corrientes. 

Dear Crush;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora