Errores en progreso.

534 12 2
                                    




Narra Tomas:

Trataba de mostrarme intimidante ante ella y creo que resultó, no era un tipo de placer personal el asustarla o hacerla llorar pero en ese momento estaba realmente herido, estaba furioso con ella y todas las ilusiones que me había creado en la cabeza, lo que más me dolió fue el que me negara y justo es mi cara, ¿qué tan descarada necesitas ser para hacer algo como eso? después de reunirnos en varias ocasiones... todas las conversaciones que logramos entablar, los secretos, las risas y hasta los momentos incómodos, todo aquello fue muy importante para mi y llegó a marcarme, justo ahora me siento como un completo idiota hasta observándola, no sé qué haré ahora, no puedo retenerla toda la vida conmigo, espero se me ocurra algo o de lo contrario estando bajo tanta presión acabaré volviéndome loco con todo este asunto. Acabará escapándose de mis manos.

Después de la breve amenaza que le di a Nancy... ella se limitaba a observarme, la cama era suya, por supuesto, yo no podía dormir después de haber presenciado todo ese escándalo... mientras ella reposaba allí junto a mis sábanas blancas yo me acercaba lentamente, sin planes de tocarla ya que de cierta forma lograba producirme asco después de todo aquello, estaba realmente decepcionado pero estúpidamente enamorado, pensaba: Tomas ¿acaso no fue suficiente? y me respondía: A veces nunca lo es, no soy conformista. Ya son las 8:26 de la mañana, no he dormido ni un segundo, mis ojos buscan consuelo en la preocupación y todo lo que he logrado hacer desde que la arrastré aquí ayer es observarla, justo ahora está dormida, nunca había disfrutado tanto de ver a una persona dormir... podría contar sus respiraciones sin aburrirme ni un segundo, notaba algunas de sus venas sobresalir de entre la piel de sus manos y me parecía hermoso, la sentía tan delicada que me fascinaba cada vez más, su cabello no dejaba de acaparar toda mi atención, me gustaban hasta sus torceduras de ojos, las pecas en su pecho, lo pequeño en su frente, sus enormes ojos marrones... es tan sencillo como explicar que jamás existirá nadie como ella. Ya es tiempo de hacer algo por todo esto, me levanté de mi esquina y me fui a la cocina, hice huevos revueltos con tocino y para mi sorpresa el olor logró despertar a Nancy.

—Tomas: Buenos días, creí estarías muerta ya que no te movías. -Le dije en broma aquello para ver si lograba hacerla sonreír aunque sea un poco. Ella me observaba nerviosa.-

—Nancy: Buenos días Tom. -Dijo mientras se recogía las piernas aun en la cama y con la mirada baja, estaba realmente nerviosa, tanto que se mordía las puntas de su cabello.-

—Tomas: -Me muevo con velocidad sirviendo la comida, agarro una bandeja/charola plástica y se la acerco hasta la esquina de la cama, ella estaba lejos de esa esquina.- Si tienes hambre debes acercarte hasta aquí para tomar la comida, vamos Nancy, ven por la comida.

—Nancy: Yo... no tengo hambre, tom... -dijo mientras permanecía con la mirada baja y temerosa.-

—Tomas: No me digas que no tienes hambre, maldita sea estoy tratando de ser amable contigo ¿por qué no quieres ser amable conmigo? -digo gritando y muy molesto, me había sentado a un lado de la cama ofreciéndole alimento y cuando lo rechazó me puse de pie rápidamente y comencé a dar vueltas por la habitación asustándola cada vez más.-

—Nancy: Ya para, está bien, está bien me lo comeré. -dijo asustada y con lágrimas en los ojos mientras se acercaba despacio hacia la bandeja/charola, extendió la mano para alcanzarla sin tener la necesidad de acercarse demasiado.-

—Tomas: Gracias, ya ves que no es tan difícil, no quieras hacerlo todo más difícil. -digo mientras muevo todo mi cabello hacia atrás con mis manos, luego me acerco nuevamente a la esquina de la cama y la observo comer.- ¿Te ha gustado, Nancy?

—Nancy: Ujum... -dijo con la boca llena y asintiendo con la cabeza.-

—Tomas: Así me gusta, si eres buena conmigo prometo ser bueno contigo, ¿de acuerdo? todo este asunto será nuestro pequeño secreto. -digo mientras me levanto de la cama y camino hacia la cocina pero en un momento me detengo y me doy vuelta- Y que no se te ocurra pasarte de lista, abres la boca y te prometo que lamentaras haberlo hecho.

—Nancy: Es un trato, tú no dirás nada y por obviedad yo tampoco. Agradezco este desayuno tan... saludable, por igual la atención pero es hora de irme a casa, seguramente las personas deben estarse preguntando en dónde andaré metida, tú me entiendes ¿cierto? -dijo mientras se ponía de pie rápidamente y recogiendo sus zapatos, se notaba asustada y nerviosa, estaba fingiendo una sonrisa amigable para evitar llorar y se acercaba cada vez más rápido hacia la puerta, cuando al fin logró sujetar la manilla me le puse en frente siendo así su único obstáculo.-

—Tomas: Tú no iras a ningún lado. -digo con cierta velocidad mientras sujeto su mano encima de la manilla.- ¿En serio creías que seria tan sencillo librarte de todo esto? ¿librarte de mi, Nancy? Te equivocas una vez más, otro paso en falso querida. -digo mientras empujo su brazo hacia atrás, tumbando la chaqueta que tenia en brazos lista para salir, la tomo del cuello y casi levantándola la suelto nuevamente en la cama para una vez más volver a posarme encima de ella y tapar su boca con mi mano.- Me parece que no entiendes lo que digo ¿o es que acaso no estoy siendo lo suficientemente claro contigo? -digo lentamente tratando de cambiar mi voz para producirle así un poco más de miedo.- No te conviene ser mala conmigo. -en ese momento saco el cuchillo que tenía guardado en el bolsillo todavía, lo acerco hasta su oído hasta que sienta el frío del metal.- Si quieres puedo ayudarte para que me escuches mejor, nada más te dolerá un poco. -dije mientras le sonreía y ella se asustaba cada vez más.-

—Nancy: No lo hagas... -trataba de decir, ya que todavía tenía la mano sobre su boca ejerciendo presión, ella lloraba sin impedimento alguno, estaba desesperada y en momentos se quedaba congelada.-

—Tomas: Entonces pórtate bien, mira que ya lograste hacerme perder la paciencia en varias ocasione, no esperes una próxima porque no te aseguro que salgas sana y salva de todo esto. -Le digo mientras remuevo un poco mi mano de sus labios, la observo desde arriba y ella continua llorando. En ese momento me levanto despegando nuestros cuerpos pero todavía encima de ella, justo en ese instante alguien toca a la puerta, volteo desesperadamente y Nancy... invadida por un alivio enorme trata de gritar por alguna ayuda...-

La Historia del LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora