Una Descendiente Diferente (Carlos X Tú)

Capítulo 11

*Noche* *Un oscuro callejón en Dream Land*

-Y dime, pequeña Layla, ¿tenemos un trato?- una mano se acercó a una chica de cabello cobrizo esperando ser estrechada. El dueño de la mano le sonreía socarronamente, sabiendo la respuesta.

-¿Por qué me trajiste aquí?- la chica de ojos marrones profundos se cruzó de brazos y sacó la cadera de lado, mostrando que no le temía a su aura de superioridad.

-Un pajarito me ha comentado que cierta reencarnación humana de Fanline le gustaría visitar Auradon...- el chico caminaba lentamente a su alrededor, con las manos cruzadas por detrás de su espalda -Quieres dejar este mugroso lugar...- su voz se volvió grave repentinamente, haciendo que el ambiente sea tenso -Deseas jugar Turney con los chicos de la preparatoria de Auradon y mostrar que eres mejor que los hombres...- finalmente, se detuvo frente a ella.

-¿Y-Y tú cómo sabes eso, mugroso perro callejero?- frunció el cejo la chica.

-Sé muchas cosas...- se acercó un paso a ella -...también cómo se que quieres alejarte lo más posible de Bradley, Layla- esa sonrisa que comenzaba a odiar apareció una vez más. Layla apretó los labios y sus manos sujetaron fuertemente el borde de su buzo.

''Layla, reencarnación de Fanline de la historia de Bambi. Anteriormente, conocida por ser una chica absolutamente dulce y caritativa con su entorno. 

Vivir en Dream Land no era malo para ella en un principio, ya que solía ver el lado positivo a todo.

Bradley era su novio, reencarnación de Bambi de la historia con su mismo nombre. Destinados a casarse, habían planificado ser pareja desde un comienzo para ya adaptarse a la presencia del otro. Pero el ''bueno'' de Bradley no pudo abandonar sus andanzas...¿a qué me  refiero con andanzas? No es muy complicado el asunto, en realidad. Éste chico ya tenía cómo costumbre intentar ligarse a más de una chica a la vez; así consiguió a Layla. 

En un principio, Layla era ciega ante las cosas que hacía su pareja, mientras de vez en cuando le dedicara un ''Te Amo'', una cursilería o una sonrisa le hacía el día.

Pero, cuándo por primera vez abrió los ojos, se dio cuenta de que hacerlo dolía mucho. Ver a la persona que solía amar besarse con una chica muchísimo más atractiva que ella le hizo darse cuenta de que aunque fuera el destino escrito el que los unía ya no eran dignos de permanecer juntos.

Así encontró a Rob, reencarnación humana de Robin Hood, quién estaba juntando lo necesario para su ''puesta en escena'' frente a todo Dream Land. Con el último deje de bondad que le restaba, se ofreció a ayudarle, ya que, aunque era amigo de Bradley, él era tan buena persona como lo era su antepasado.

Rumores se expandieron intentando afirmar que había una segunda intensión en el repentino acercamiento de Layla a Rob, y claramente, éstos llegaron a los oídos de su ex-novio.

Bradley se le acercó un día en el que el sol ni se asomaba por los grandes nubarrones, él le agarraba fuertemente el brazo y le gritaba exigiéndole explicaciones. Ella le miraba de mal manera a la par que confundida, ¿quién se creía que era para dirigirse así? Al parecer, y a pesar de lo sucedido, él no caía en que ya no estaban juntos.

Minutos después ese poco confortable encuentro se había formado en una gran discusión, comenzada por el mujeriego, claro. La gente se paraba a ver la escena, con temor en sus ojos, no sabían lo que les sucedería si su líder llegaba a enterarse sobre la pelea entre los personajes principales de una historia próxima a estrenar. Pero volviendo a el par, no paraban de hacer gestos y gritarse entre ellos, cómo si fuera quién más exageradamente furioso luciera iría a demostrar quién tenía la razón. Pero antes de que Layla fuese a retirarse por creerse que había ganado, escuchó unas palabras que marcaron su vida y personalidad hasta el día de hoy...