Her Heart Feels // (CAMREN)

Capítulo Siete

Descubierta por Dinah al tener un pequeño detalle con la castaña se maldijo por no ocultarlo de su vista lo suficiente, sentía aun sus mejillas sonrojadas, intento calmarse y serenarse permaneciendo inmóvil mirando nada en particular, ¿Porque sentía esa sensación que la rubia conocía algo más que ella ignoraba por completo? Respiro profundamente durante un minuto, dando una media vuelta paso por el pasillo hasta el final frente a la puerta de la diseñadora.

Giro con cuidado el pomo metálico, adentrándose sin hacer demasiado ruido. La luz se mantenía tenue al interior con un bombillo encendido en dirección a la pared izquierda. Desde la ventana podía apreciarse una parte de la ciudad iluminada ante la oscuridad de la noche.

Sus ojos buscaron encontrarse con la persona que tenía a su cabeza dando vueltas y a su corazón latiendo como si fuera a salírsele en cualquier momento. Iluminada solo por una pequeña lámpara de noche delgada, Camila estaba inclinada sobre el escritorio del que parecía ser de diseño con los colores esparcidos alrededor de la madera terminando de pintar con la yema de sus dedos el dibujo frente a ella, sus cejas estaban levemente fruncidas, su labio inferior estaba siendo mordido un poco mientras repasaba en forma uniforme los bordes del papel sin dejar espacios blancos, su cabello caía a ambos lados de su rostro hasta perderse en sus hombros.

Ahí estaba tan concentrada en lo que más le apasionaba, despreocupada de ensuciarse las manos, ni siquiera necesitaba de un borrador porque sabía exactamente lo que tenía que hacer. Su rostro estaba relajado sin ninguna preocupación por delante. Alejandro tenía razón en una cosa, Camila daba una imagen de alguien fuerte e imperturbable ante los demás pero cuando estaba sola se permitía bajar esos escudos y ser ella misma. ¿Hasta cuándo se ocultaría de esa forma? Sumida en sus pensamientos se sobre salto cuando la castaña comenzó a hablar.

-Dinah ¿Se te ofrece algo más? –Sin levantar la mirada cambio de color aplicándolo en el papel. –Es raro que te quedes ahí parada observándome, sé que eres tú ya que nunca tocas la puerta. –Negando con su cabeza, sonrió de lado al recordarlo. Su voz era tan suave y diferente, no quería hablar e interrumpir el momento, pero tenía que hacerlo ya estaba ahí.

-No soy Dinah. –Flexiono su mano derecha escondiendo la pequeña caja detrás de ella, para que Camila no se diera cuenta.

-Lauren. –Apenas fue audible su nombre en los labios de Camila. Al levantar su mirada y perderse en esos marrones oscuros que la miraban sin vacilación dejo de respirar por un momento, no pudo evitar aclararse un poco la garganta. -¿Qué haces aquí? –No estaba molesta pero si intrigada.

-Yo... Bueno traje tu auto justo a tiempo como lo había prometido. Porque ya sabes tenías que transportarte y llegar de ese modo a tu casa, a no ser que vivas cerca y no lo utilizaras pero creería que... -Estaba hablando demasiado rápido, casi hiperventilando sin decir algo coherente.

-Aguarda Lauren estas divagando, respira un momento. –Espero hasta que respiro pausadamente tres veces, su corazón no dejaba de latirle fuerte. Tenía su mirada marrón sobre ella y no podía formular algo claro. – ¿Te sientes mejor?

-Sí, seguramente es la chaqueta que llevo puesta. ¡Dios! ¿Hace calor aquí o soy yo?–Negando con su cabeza ante lo tonto que había sonado aquello esperaba se lo creyera y dejara el tema.

-Seguramente eres tú, afuera esta helado. –Frunció el ceño recordando. –Al menos es lo que he notado por la forma en la que los árboles se movían.

-Nunca se sabe. Quizá puede que estés equivocada. – ¡Genial! de un momento a otro habían terminado hablando del clima.

-No lo creo. –Se detuvo pensativa. -¿Pero tú no vienes de haya fuera? –La miraba inquisitivamente esperando una contestación de su parte, nada tenía lógica si lo decía de una forma o de otra.