Capítulo 2

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Si claro, te lo diré en su debido tiempo- Dije sonriente

Ya estábamos Eduardo y yo en mi casa así que le dije que se sentara y me dispuse hablar.

Voy hacer muy directa Eduardo, ¿me estas engañando?- Dije con un nudo en la garganta.
Vi su cara de sorpresa al escuchar mis palabras,pero también de ¿enojo? No, no debería de enojarse, ¿Porque lo haría? Si su respuesta es "no" entonces no le encuentro sentido a su enojo.

-Ríe sarcástico- Pero que tonterías dices? ¿Te has escuchado Kenya?

Me he escuchado perfectamente, pero porque no respondes a mi pregunta?- Dije de lo más tranquila.

Es que es sencillo, no te he estado engañando- Se acerca a mi

No Eduardo, no mientas, sabes perfectamente que si lo haces, ¿No me digas que ya se te olvido? - Me salio un sollozo

Oh vamos cariño, ya te he explicado todo- Se acomoda un mechón de cabello- sabes que te amo.

"Sabes que te amo" esa frase esa maldita frase me la dijiste justo antes de irte a ver con esa- Dije al borde de las lágrimas

Maldita sea Ken suenas como una enferma de celos- Eso me dolió

Sólo prometemelo, prometeme que nunca me harías daño- Dije casi suplicando

Te lo prometo- Nos vimos a los ojos, y esa promesa fue sellada con un tierno beso.

Han pasado ya varios días desde que hablamos Eduardo y yo, desde entonces esa pesadilla que me quito tantas veces el sueño no ha vuelto ha ocurrir, doy gracias a Dios por lo mismo.
Cuento los meses, las semanas, los días, las horas, minutos, segundos, para poder salir de la universidad, hacer una vida diferente a la que se lleva cuando estudias, en fin son tantos proyectos, quizás unos se logren y otros no.

● Ecos De Amor ●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora