¿Qué pasaría si por equivocación alguien de quien ni siquiera sabias de su existencia recibiera tu carta de amor?
¿Tú qué harías?
Bueno, es así como empieza esta historia.
A la chica más ruda de toda la escuela le gusta el chico más tierno y so...
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Algo dentro de el se sentía incomodo.
Al ver que a pesar de ser el chico mas popular de la escuela, había una chica que ignoraba por completo su gran existencia. Y lo peor de todo es que alguien tan tonto como Kisho, conmoviera el corazón de una fiera como ella.
¡Maldición! ¡Que clase de humillación es esta! Pensó molesto
-Kisho...- dijo en forma de lamento Hanako y llevo su mano hacia el pecho sin darse cuenta- ¿Por qué me duele tanto?
Kuro siento lastima hacia ella.
Es lógico tonta; el podrá ser tu amigo pero como mujer le das mucho miedo como para quererte. Incluso yo lo haría
Pero por primera vez veía como incluso la temida Hanako tenia la cara de una chica normal, siendo abandonada por el hombre que ella amaba
¡Maldición!
Kuro la tomo del brazo y tapo su boca. Y obviamente Hanako comenzó a patearlo, morderlos pero Kuro como un buen hombre resistió hasta que se alejaron lo suficiente como para que los gritos de ella no se escucharan.
Buena suerte Kisho. Esto es todo lo que puedo hacer por ti.
Decía el, imaginándose heroicamente.
-¿Porque me trajiste hasta aquí?
-Para que no arruines la confesión de Kisho
Hanako se molesto.
-¡Entonces porque me traes! ¡Ye debería impedir eso! ¡Yo debería...
-¿Tu confesión no era para mi verdad? Si no para Kisho
Ella se quedo en silencio.
-mmm... bueno estoy decepcionado, pensé que por fin tu también habías caído en mis redes, pero veo que me adelante demasiado
-¿Que?
-Olvídalo, todavía eres una tonta respecto al amor
-¡Y lo seré mas por tu culpa! ¿Qué pasa si Kisho acepta a aquella chica?
-Pues todavía me tienes a mi- dijo con optimismo
Pero ella solo le lanzo su zapato.
-¡Oye no me avientes tu sucio zapato!
-¡No esta sucio!- dijo ella sin importancia- Es solo que merecías ser golpeado por lo que dijiste
-¡¿Pero porque?!
Ella no dijo nada, solo se sentó en el suelo. Y el solo la miraba. Hasta que unos minutos mas tarde.
-Ya es hora de irnos- dijo Kuro- ¿Quieres que te lleve a tu casa?
-No es necesario
-Como quieras
Caminaron juntos hacia la salida y después ella siguió su camino, ni siquiera despidiéndose de Kuro y el solo la vio alejarse.
