Rachel Summers

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Era verano, y no solo eso, sino uno de los días mas calurosos que pudiera recordar.

Eso me motivó aún más para ir por un helado, pues aunque  me encantan los helados, la heladería mas cercana está muy lejos, pero con el calor que hacía valía la pena el caluroso camino.

Tarde en llegar y ya estaba empezando a sudar, me apresuré a ordenar mi sabor favorito: limón.

Los encargados me miraron algo extrañados, pues no era muy normal ver a una mujer con cicatrices rodeandole la parte baja de la cara. La mirada duro poco, pues básicamente fue una mirada de sorpresa por la impresion, y al poco tiempo  fue como si no estuvieran ahí.

Era uno de los beneficios de Inglaterra,la gente estaba acostumbraba a la diversidad por lo que solían ser más abiertos , por lo cual  no era difícil distinguir a los turistas.

Una pareja  de turistas precisamente siguieron mirandome unos momentos más y luego comezaron a hablar en susurro,problamente sobre la razón de las cicatrices. Alcancé a oír la palabra mutante. En lo cual no estaban equivocados pero yo dudaba que esa fuera la razón de las cicatrices.

Aunque mi papá lo diga y tenga sentido pues las mutaciones a veces se demuestran físicamente de diversa maneras, siempre he sentido que fueron causadas por otra razón.

Pero todas las personas a las que les he preguntado me han respondido lo mismo y por alguna razon cada vez me costaba más creerlo.

Las cicatrices siempre han ocupado el segundo lugar en la lista de misterios que resolver.

El primero siempre ha sido el que me ha causado mas conflicto,pues nadie se ha molestado en dercirme ni los mas mínimo, ni siquiera porque es la desaparición de mi mamá.

Pues nunca la había conocido y desconozco la razón.

Cada vez que pregunto la gente hace lo mismo, me mira con lastima, me abraza o hace  algun gesto cariñoso y se va, sin decir nada, excepto mi papá al cual solo se lo he preguntado una vez, tampoco me respondió, en vez de eso y hizo un gesto que indicaba dolor, me habían contado varias historias de mis padres y nunca les faltaba mencionar lo mucho que se amamban asi que no quize causarle más dolor al recordarselo pues lo que haya ocurrido le ha de ser doloroso.

Y luego estaba el hecho de que mis padres fueran muy conocidos, pues ambos habian sido miembros fundadores en los x men,un grupo de mutantes al que me hubiera encantado pertenecer si no fuera por que todos los grupos de superheroes se destruyeron después de la guerra civil.

Scott Summers y Jean Grey, luchadores en incontables batallas con gran impacto en el mundo,   dos personas lo suficientemente conocidas  para que el que yo desconociera lo sucedido con mi mamá se me hiciera extraño.

Y lo peor, era que he estado muy cerca de la respuesta pues al ser muy parecida a mi mamá mucha gente al   verme de espaldas y usar mis poderes suele confundirse -sobre todo cuando uso la telequinésis- las personas suelen confundirse, he oido mucho "¡Jean! ¿Como...?" Y la pregunta siempre queda en el aire, pues aunque ambas tenemos el cabello de un pelirrojo que por momentos se ve naranja y por momentos rojo intenso dependiendo de la luz y ojos verdes intensos, los demás rasgos de mi cara me delatan pues aunque pudiera borrar las cicatrices de las mentes de los demás con telepatía quedan otros rasgos de mi papá como la nariz, que es igual excepto por que la mia es mas      pequeña y un poco de la forma de la cara, la cual es un poco mas ancha de los lados debido al hueso, y estos son mas dificiles de cambiar telepáticamente, a parte de que la gente suele agararme desprevenida.

También he intentado leer las mentes de algunos de ellos pero nunca puedo encontrar nada claro, es como si estuviera borroso o bloqueado, probablemente el Profesor Xavier es el responsable de esto, pues a parte de mi padre ambos parecen decididos a que no lo sepa, de hecho un dia escuché un pedazo de conversación en donde hablaban de algo peligroso relacionado a mi madre, a los poderes tanto de mi madre como míos y a otra cosa poderosa que no alcance a escuchar suspuse que esa era la razón por la cual el profesor Xavier seguía dándome clase sobre mis poderes, a pesar de que ya tenia 20 años y sabía usarlos a la perfeccion.

-Aquí está su helado- dijo el uno de los encargados sacandome de mis pensamientos.

-Gracias-respondí algo distraída, pues era muy seguido las veces en donde dejaba a mi mente divagar.

Pagué y me dirigía a la salida cuando una fuerte lluvia se soltó.

Busqué en mi mochila mi paraguas, pero no estaba ahí, un error de novatos pues había vivido en Inglaterra toda mi vida y sabía que aunque todo indicara lo contrario  una lluvia torrencial podía soltarse en cualquier momento.

- Puedes quedarte un rato si quieres- contestó el mismo heladero que le había dado el helado-o puedo prestarte un paraguas si lo prefieres

- Gracias, no te preocupes estare bien-le respondí mientras caminaba a la puerta, pues aunque no lo pareciera no tenia intension de mojarme en esos momentos, pero no quería tomar un paraguas prestado pues  no le gustaba tomar cosas prestadas pues solía olvidar devolverlas, por lo que optó por usar la telequinesis de modo que las gotas no cayeran en ella, como estaba lloviendo a cantaros y no se podía  ver ...claro, era muy poco probable que alguien lo notara, y en el caso de que lo notaran podia hacerlos olvidar.

Ya estaba a punto de salir cuando el heladero habló:

-No vienes por aquí seguido¿Cuál es tu nombre?

Dudé un poco pero contesté -Rachel, Rachel Summers- y me fui con el helado en la mano alejando la lluvia.

Avengers: the final warDonde viven las historias. Descúbrelo ahora